En su presentación en la Copa del Mundo de Inglaterra, la selección argentina cayó 26-16 ante Nueva Zelanda, por la primera fecha del grupo C; por momentos, le jugó de igual a igual
Si los Pumas buscaban lograr un batacazo y llevarse una victoria histórica de Wembley, necesitaban de alguna colaboración de los All Blacks. Pero esa ayuda involuntaria no llegó. Pese al gran comienzo de la selección argentina, que fue superior por varios tramos del partido, Nueva Zelanda tuvo un segundo tiempo de campeón y se llevó una victoria 26-16, por la primera fecha del Grupo C del Mundial de Rugby Inglaterra 2015.
Más de 10.000 argentinos contribuyeron a establecer un récord de asistencia en mundiales con 89.019 espectadores en el mítico estadio londinense. Al final, aplaudieron a los Pumas, que jugaron un gran primer tiempo en el que asustaron a los All Blacks. La ilusión de alcanzar una actuación histórica en la Copa del Mundo todavía está viva, y más después del partido de hoy.
Los estábamos dominando en todos los aspectos del juego. Estábamos haciendo todo bien y arracamos muy bien el segundo tiempo. Pero son los All Blacks (Hourcade)
Los Pumas se mostraron nerviosos en los primeros minutos, algo esperable tratándose del debut mundialista. Siete penales en los primeros 20 minutos costaron nueve puntos en contra y una amarilla (a Pablo Matera, por matar el juego). Con el paso de los minutos, los argentinos empezaron a ajustar las piezas y a desplegar la estrategia que habían trabajado en la preparación: jugaban desde todos los lugares de la cancha, movían la pelota y embestían cuando el juego así lo requería.
A los 22, Senatore se escapó por la punta izquierda, Imhoff logró un buen quiebre por el centro de la cancha y Petti, el más joven del equipo, llegó al try filtrándose pegado al ruck. El dominio continuó y entonces quienes empezaron a cometer penales fueron los All Blacks. Así, McCaw y Conrad Smith vieron la amarilla y Sánchez estiró la ventaja a 13-9.
Luego de que Carter y Sánchez intercambiaran penales entre el final del primer tiempo y el comienzo del segundo, Nueva Zelanda tomó el control del partido. Empezó a atacar con los forwards, cuidó la pelota y avanzó. Aunque los Pumas tacklearon y tacklearon, el asedio se hizo incontenible y la carga los terminó quebrando. Cada vez que recuperaron la pelota, no supieron conservarla y los despejes no fueron buenos.
Así fue todo el segundo tiempo, un monólogo de los All Blacks. El ingresado Sonny Bill Williams marcó la diferencia y Nueva Zelanda consiguió dos tries (Aaron Smith y Cane). La diferencia no fue mayor porque los Pumas no se entregaron, pero las diferencias entre uno y otro quedaron en evidencia.
"Los estábamos dominando en todos los aspectos del juego. Estábamos haciendo todo bien y arracamos muy bien el segundo tiempo. Pero son los All Blacks, vino una contra y ya está. Sabíamos que podía pasar", analizó Daniel Hourcade, el head coach de los Pumas, tras el encuentro. "Es un primer paso, hay que pensar en Georgia y Tonga, que van a ser muy difíciles", agregó.
Agustín Creevy se mostró entusiasmado por la actuación de la Argentina. "Por momentos hicimos muy bien las cosas, pero después nos demostraron que son los mejores del mundo y no los pudimos aguantar". Y sentenció: "Nos vamos con sensaciones encontradas".
Ahora, los Pumas tendrán un corto período de recuperación, ya que el viernes se enfrentarán en Gloucester a Georgia, que con la victoria de ayer ante Tonga se convirtió en el principal rival de los argentinos en la lucha por clasificarse a los cuartos de final.
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