Cerró su gestión con una multa de $14.000 y cargos por $1.410.683 por la contratación directa de la Casa del Bicentenario, una obra no finalizada que debió ser licitada. La edificación a medias se construyó en el predio del Cementerio Aborigen.
Pésimo. Así fue el cierre del 2015 para los intendentes bonaerenses. La proximidad de los comicios, tal vez, hizo que las desprolijidades sean más notorias. El organismo que audita las gestiones se mostró contundente. El 95 por ciento de los municipios sufrieron multas económicas.
En 2015, los cuatro años de gestión llegaban al final. Había que hacer las cosas bien para lograr la reelección. No sucedió. El cambio fue grande, y el despelote previo, también. Pese a que las rendiciones fueron todas aprobadas, el Tribunal de Cuentas repartió sanciones para 127 de los 135 jefes comunales que culminaron la gestión en diciembre de aquel año.
El exintendente de Baradero, Aldo Carossi cerró su gestión con una multa de $ 14000 y cargos por $ 1.410.683 por la contratación directa de la Casa del Bicentenario (no finalizada), cuando el valor de los contratos imponía la realización de una licitación privada para la selección del contratista.
Una de las razones del bochazo generalizado fue quizá la proximidad de las elecciones, que hizo que el foco no estuviera puesto en la gestión y sí en las urnas. ¿El gran cambio electoral está relacionado con las desprolijidades marcadas por la entidad presidida por Eduardo Grimberg? Todo puede ser. La coincidencia está. Aunque, claro, puede ser sólo una casualidad.
Las multas oscilan entre 5 mil y 48 mil pesos, y los cargos llegan a superar los 200 millones de pesos; tal el caso del exjefe comunal platense Pablo Bruera. También, vale aclarar, hay castigo monetario para los alcaldes que apenas llevan un año y medio de gestión; en la mayoría de los casos por errores o deficiencias administrativas de menor calibre, que habrán tenido la oportunidad (o no) de corregir en el ejercicio del año pasado.
Dos párrafos aparte para los intendentes que no fueron alcanzados por la lupa del tribunal. A la cabeza, al igual que en el ejercicio 2014, Fernando Carballo (FR), exmandamás de Magdalena y actual diputado nacional, quien cerró sin siquiera una amonestación o un llamado de atención.
Lo acompaña en este selecto escalón el florense Alberto Gelené (sí fue amonestado su sucesor, Ramón Canosa).
En tanto, recibieron la “amarilla” Walter Torchio (C. Casares), Eduardo Bucca (Bolívar), Ismael Passaglia (San Nicolás) y Gustavo Cocconi (Tapalqué), un póker de peronistas (el nicoleño saltó a Cambiemos), que, a pesar del tsunami macrista, fueron respaldados por su gente y consiguieron así la “re” en el cargo. ¿Premio a la prolijidad o casualidad? Vaya a saber. El que no fue votado pero sí mostró prolijidad fue el también PJ Juan Delfino (Suipacha). (LaTecla)
Prepara su regreso
Más allá de esta multa a la que Carossi está acostumbrado porque el Honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires lo sancionó en 9 de sus 10 años como jefe comunal, el exintendente prepara su intento de regresar a la primera plana de la política local. Desde que perdió las elecciones se mantuvo alejado pero no dejó de escribir y sacar a relucir su pluma porque es quien escribe los argumentos que luego leen los concejales de su bloque. Carossi siguió como asesor del bloque que representa a la agrupación política que lleva el nombre de su padre. Suele concurrir a las sesiones legislativas cuanto hay despachos divididos o temas polémicos; va a escuchar cómo leen lo que él escribió.
A todo esto avanza el calendario electoral, se aproxima el cierre de las alianzas y a fin de mes es la presentación de las listas para las PASO de agosto. En el PJ mientas algunos ya tienen definido ir con CFK y otros con Randazzo, hay algunos que siguen deambulando a la espera del cierre definitivo de las listas.
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