Comicios municipales en italia. Son Virginia Raggi y Chiara Appendino. Integran el M5E, el partido “antisistema” del cómico Beppe Grillo.
La abogada del Movimiento Cinco Estrellas (M5E) Virginia Raggi se convirtió ayer en la primera alcaldesa de la historia de Roma luego de aplastar –con el 67% de los votos– en el balotaje al candidato del oficialista Partido Democrático (PD) Roberto Giachetti. Su compañera de partido, Chiara Appendino, dio la sorpresa en Turín al remontar más de 10 puntos de desventaja y alzarse con el gobierno de la industriosa ciudad del norte.
Los triunfos se dan en el marco de las elecciones municipales en 120 ciudades, en las que además de estas derrotas hubo triunfos del PD del premier Matteo Renzi, en lugares como Bologna y Milán. El gran perdedor de la jornada fue el ex premier Silvio Berlusconi, cuyo candidato fue derrotado en esta última ciudad, su histórico bastión.
Candidata del partido nacido como consecuencia de la crisis europea de 2008, Raggi casi duplicaba el 35,25% de la primera vuelta del 5 de junio y asumirá el gobierno del Campidoglio. De la mano del movimiento fundado por el ex cómico Beppe Grillo al calor de las consecuencias de la crisis económica europea de 2009 y con un tono reticente a Europa, Raggi consiguió la pole position en la capital tras una campaña basada en las problemáticas vecinales de Roma, como la seguridad y la limpieza.
Además, Raggi logró capitalizar el descontento popular que existe en la capital italiana por los recientes escándalos de corrupción, especialmente luego de la renuncia a fines de 2015 del anterior síndico Ignazio Marino, acusado de supuesta malversación de fondos.
Ese crecimiento del Movimiento Cinco Estrellas se explica a partir de la debacle social que han provocado continuos ajustes presupuestarios en Italia, uno de los países más ricos del planeta con crecientes bolsones de pobreza. Intervienen además un descrédito histórico de la clase política tradicional –la “casta”, como la llama el pueblo– y una furia de las clases medias por la burocracia estatal y la falta de eficacia en la gestión del sistema de partidos, comprometidos en casos de corrupción. Todo ha dado lugar a la emergencia de candidatos “antisistema” con un discurso que desprecia la política. En sus comienzos, el Movimiento Cinco Estrellas se declaró euroescéptico y a favor de la democracia directa, incluida la virtual.
Los comicios, a pesar de ser municipales, fueron planteados por la oposición desde el principio de la campaña como una prueba de popularidad para el gobierno nacional de Renzi, quien, al igual que sus dos predecesores, Mario Monti y Enrico Letta, no fue elegido en las urnas sino designado en 2014 por el jefe del Estado, tras una serie de ejecutivos fallidos.
Si bien tras la primera vuelta Renzi había sido tajante al anunciar que “absolutamente no” renunciará en caso de perder Roma y Milán, desde el M5E y desde los partidos de derecha como Forza Italia y Liga Norte buscarán nacionalizar los resultados.
Además de Raggi, Appendino, dio la sorpresa (sacó el 54,6%) en Turín y remontó los 11 puntos para lograr derrotar al centroizquierdista Piero Fassino. Appendino se presentó al balotaje con el respaldo de la ultraderechista Liga Norte de Matteo Salvini, quien en Roma también había dado su apoyo a Raggi. Además, en Milán, el candidato del PD Giuseppe Sala ratificaba con los primeros datos la ventaja sobre el centroderechista Stefano Parisi, luego de una ajustada victoria por poco más de un punto en la primera vuelta.
En Bolonia, otra de las 6 cabezas de región en la que se renovaban autoridades, se daba con las primeras tendencias la otra victoria del PD de la mano de Virgilio Merola, mientras que en Nápoles ganaba una alianza de centroizquierda de la que no participó el PD.
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