El sábado pasado, Cristian Ritondo cumplió nueve meses de gestión al frente de la cartera de Seguridad, una de las más calientes y complicadas de la provincia de Buenos Aires. Si bien admite la gravedad de la situación actual, destaca el trabajo que están haciendo, aun cuando en varias ocasiones quienes tienen que combatir el delito, los policías, son los personajes protagónicos.

-¿Cómo analiza estos nueve meses de gestión en la lucha contra la inseguridad en la Provincia?

-Sabíamos que no había recetas mágicas, pero sí entendíamos que íbamos a tener una responsabilidad única de apostar al cambio. En el corto plazo no puede haber soluciones para la inseguridad, aunque trabajando en el reequipamiento y la capacitación policial se pueden obtener resultados.

-¿Por qué sigue habiendo tantos muertos durante asaltos?

-Yo no puedo ir a la casa de una familia que perdió a un ser querido con una estadística. Preferimos pelear contra las mafias. Estén donde estén es el mandato de la gobernadora (María Eugenia) Vidal y la decisión de un gobierno que no transa. Decían que la inseguridad era una sensación y que la droga estaba de paso. Estamos para hacernos cargo de que sin una buena Policía no habrá una buena seguridad y que vamos a pelear sin tregua contra el delito.

-¿Es posible luchar contra el delito cuando la misma Policía libera zonas e integra bandas delictivas?

-Es posible. Es una cuestión de entender que a veces la seguridad tiene cuestiones de emergencia, esto es un tiempo mucho más prolongado. Es un proceso que tiene que cambiar. Acá el que mancha el uniforme, se va.

-¿El presidente (Mauricio) Macri le plantea su preocupación por la inseguridad?

-Habla con Vidal y también conmigo. A Mauricio le preocupa absolutamente todo lo que tiene que ver con la seguridad.

-¿Cómo se sale de esto?

-Estamos viviendo hechos producto de una violencia heredada, de años de crecimiento del narcotráfico, de abandono y de una Justicia que no acompañó. Muchos de los asesinos tendrían que haber estado presos al momento de robar. Las armas que estamos encontrando son de bandas organizadas, no de transas, como se los llama en la jerga. Esto estaba escondido o protegido. Además, muchos jóvenes que crecieron en estos últimos años se alimentaron de mentiras y promesas, hoy muchos de ellos no van a trabajar ni que tengamos pleno empleo. No está en sus planes. Fueron engañados, se criaron con dolor, ven al trabajador al obrero como a un estúpido y eso lo tenemos que cambiar entre todos. Ningún pibe nace asesino, se hace. Lo hacen, o quizás peor, lo hacemos.

-La batalla contra la inseguridad, ¿la están ganando, empatando o perdiendo?

-Peleando todos los días, en un partido muy difícil, pero hay un equipo que deja todo.