En un ambiente de arenga política, los candidatos apenas respondieron preguntas sobre el complejo entramado electoral con un par de frases hechas
TUCUMÁN (Redacción).- El evento prometía ser esclarecedor para el nuevo panorama electoral de la provincia. Mauricio Macri, Ernesto Sanz y el tucumano José Cano iban a presentarse juntos ante la prensa para responder las preguntas más incisivas y aclarar el complejo sistema de alianzas en que entró la oposición tucumana.
Nada de ello ocurrió. En el salón de un hotel céntrico, desde temprano, militantes del PRO y la Unión Cívica Radical se ubicaron desde temprano con sus respectivas pecheras, banderas, bombos y los infaltables globos. El clima, plagado de cantos de uno y otro sector, era de evidente acto de arenga política.
El trío central hizo su ingreso entre gritos y aplausos de los militantes de ambos espacios. La prensa, apenas ubicada como podía, planteó desde el comienzo la necesidad de preguntar con libertad, repreguntar a los candidatos y manejarse con la tranquilidad de no ser abucheados ante inquisiciones incómodas.
No fue posible. Los candidatos respondieron con discursos estandarizados a los interrogantes que los periodistas apenas pudieron formular.
Los temas más candentes quedaron sin definición. ¿Cómo garantizará un espacio tan heterogéneo la gobernabilidad en caso de llegar al poder? ¿Cómo se resolverá el reparto de candidaturas para atender al complejo entramado en que se ha transformado el Acuerdo Cívico y Social? ¿Qué cambió en la UCR y en el PRO, que durante años aseguraron que no se aliarían unos con otros? ¿Dónde queda parado Sergio Massa, que continúa manifestando su apoyo a Cano, pese a combatir a Macri y Sanz? ¿Cómo se explica a la militancia tener que conseguir y cuidar votos para Amaya, quien todavía se define como kirchnerista?
No hubo ninguna respuesta convincente. El evento, que fue convocado como una conferencia de prensa, terminó convirtiéndose en un mitín de arenga política en el que el periodismo apenas pudo recoger frases armadas para la ovación. Ni respuestas, ni ideas, ni definiciones. Sólo bombos, cantos y frases hechas.
La metodología suena lógica para una fuerza política en extremo heterogénea y compleja. Dentro del espacio conviven socialistas que en el resto del país combaten al PRO, radicales que a nivel nacional fustigan al kirchnerismo, seguidores de Elisa Carrió que no concuerdan con la UCR y la lista continúa.
Al costado del escenario, la radical Silvia Elías de Pérez escuchaba los discursos junto al macrista Alberto Colombres Garmendia. La Senadora afirmó no tener inconvenientes en renunciar a su candidatura a Intendente, lanzada hace tiempo, para cederla a un amayista (léase peronista). El PRO ya bajó a su propio candidato a Gobernador, Manuel Avellaneda.
¿Cómo se devolverán esos favores políticos una vez que el espacio haya accedido al Gobierno? La respuesta seguirá haciéndose esperar porque la prensa, con mucha frustración, sólo pudo recoger frases hechas, mucho bombo y pocas ideas en el acto opositor más importante de estos agitados tiempos políticos.
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