Sin firmar convenios, la Presidenta buscó abrir posibles negocios
LUANDA, Angola.- Cristina Kirchner no selló ayer un acuerdo petrolero ni anunció ningún megaemprendimiento criollo en Africa. No aseguró tampoco el desembarco de capitales angoleños en la Argentina, ni viceversa. En su visita a esta ciudad , la Presidenta protagonizó amistosas actuaciones públicas para establecer un vínculo de cooperación a futuro .
La temperatura rayaba los 35 grados cuando la Presidenta llegó al Palacio de Gobierno, una casona de estilo colonial desde donde se observa la bahía de Luanda. Caminó el trayecto del auto hacia la puerta de entrada bajo un paraguas negro que le sostenía uno de sus custodios. El calor la agobiaba.
"La Argentina es un país que está emergiendo y Angola está en reconstrucción. Ambas naciones tenemos necesidades en común. Hay grandes oportunidades", destacó tras el encuentro en privado que mantuvo durante más de una hora con su par angoleño, José Eduardo Dos Santos, que gobierna el país desde 1979.
Cristina Kirchner se mostró eufórica en su segundo y último día aquí: bailó danzas autóctonas y, antes de irse, celebró con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el despliegue empresarial en la feria de productos argentinos que ella finalmente pudo recorrer anoche en las afueras de Luanda.
Desde su llegada, buscó trazar paralelismos entre los dos países. Apeló a la historia, a la economía, a la cultura y a la música. Y precisó: "Es una misión política, comercial e ideológica".
Contó que admiraba de joven a Agostinho Neto, el primer presidente de Angola y líder del partido que encabezó la descolonización portuguesa. Mencionó a Ernesto "Che" Guevara "por su aporte a la independencia" y comparó la guerra civil angoleña con lo que fue la crisis de 2001 en la Argentina y la dictadura militar de los años 70.
"En Angola, casi todo está por hacerse. Queremos recuperar el tejido productivo a diez años del fin del conflicto. Hay un gran interés de cooperación", sostuvo Dos Santos, interesado por diversificar su economía, sobre todo, en el rubro alimenticio.
"No es sólo vender pollo en Angola. Es para que los angoleños aprendan a criar pollos y desarrollen la actividad", le espetó después la jefa del Estado, delante de su comitiva y del gabinete angoleño.
En una sesión extraordinaria por su visita, Cristina Kirchner fue recibida en la Asamblea Legislativa después del almuerzo con Dos Santos.
En el Parlamento, el oficialismo goza de una cómoda y abrumadora mayoría: 191 de los 220 diputados responden al Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) del presidente que gobierna desde hace 33 años.
"Este lugar representa el corazón de la democracia angoleña. Hay que respetar los valores indiscutibles e insustituibles de la democracia y del voto popular", dijo ante un auditorio con varias butacas vacías, en su mayoría de los representantes de la oposición.
Los referentes del principal sector opositor solicitaron una audiencia con Cristina Kirchner a través de la embajada argentina, pero nunca obtuvieron respuesta. Así lo aseguró el vicepresidente de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita), Ernesto Joaquín Mulato. El Unita encabezará hoy una manifestación para reclamar elecciones libres y transparentes. Además, denunciará violaciones de los derechos humanos en la ciudad de Cabinda, un enclave rico en petróleo que limita con el Congo.
Tanto en el mensaje a los legisladores como lo hizo tras el encuentro con el líder angoleño, Cristina Kirchner resaltó el vigor de los países para no sufrir los impactos de las crisis económicas. "Nunca nos caímos del mundo, el mundo se cayó sobre nosotros. Hay un cambio de época y hay que saber decodificarlo sin mezquindades", señaló.
Cuando habló sobre el colonialismo, la Presidenta buscó complicidad para darle mayor impulso al reclamo por la soberanía de las islas Malvinas. "El Atlántico Sur es una zona de paz, que debe estar desmilitarizada. No sólo por Malvinas, sino por los recursos naturales. Gran Bretaña tiene que sentarse a negociar", protestó.
El candombe
La jornada maratónica de Cristina Kirchner terminó casi como empezó: fascinada por las melodías y las cadencias africanas.
Por la mañana, bailó y jugó con un grupo de bailarinas locales, que la recibió cuando dejó una ofrenda floral en el monumento a cinco heroínas de la guerra civil angoleña.
Y por la noche, en la feria de productos argentinos, volvió a divertirse con la música y los instrumentos autóctonos. "Cómo me gusta el candombe. Me gusta más que el tango, que es medio melancólico", dijo.
Se despidió de Angola y de los empresarios. Salió raudamente rumbo al aeropuerto. En la madrugada de hoy, Cristina Kirchner ya estará otra vez en Buenos Aires y su aventura angoleña quedará en el recuerdo..
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