Barrios de Pie y Movimiento Evita perdieron presencia territorial en el último año. La batalla cultural del gobierno libertario y una salida política.
Por José Maldonado
A más de un año de la llegada de Javier Milei a la presidencia, los movimientos sociales acusan el golpe de la política del gobierno libertario. Lejos de las grandes movilizaciones en 9 de Julio, las organizaciones reconocen haber perdido presencia territorial en el conurbano y apuestan por una "salida política" dentro de la interna del PJ.
El Movimiento Evita y Barrios de Pie, las dos organizaciones sociales más importantes, perdieron la administración de planes sociales, ya no participan en los programas de ejecución de obras de infraestructura social en los barrios y se quedaron sin recursos para la enorme red de comedores que tienen desplegada en todo el conurbano.
"Estamos resistiendo desde hace un año. Obviamente, nos golpeó mucho. Se perdió mucha gente que trabajaba en territorio, que estaba en alguna obra en un barrio, que cocinaba o atendía un comedor y que por ese trabajo cobraba un plan", reconocen en las organizaciones sociales, que pasaron a integrarse dentro de la estructura del gobierno bonaerense o en la gestión de municipios, como el caso de Mariel Fernández, del Evita.
Movimientos sociales sin piquetes
El gobierno de Milei anunció desde el primer día de su gestión la decisión de sacar de la cancha a los movimientos sociales que habían tenido un importante rol dentro del gobierno del Frente de Todos en la administración de áreas y programas del ex Ministerio de Desarrollo Social, que co-gestionaron. En diciembre, la Casa Rosada se jactó de la disminución notable de la protesta social en la calle y de los piquetes en la avenida 9 de Julio, casi una postal durante el gobierno peronista.
Desde Capital Humano, Sandra Pettovello fue la cara visible de una política que combinó el inicio de procedimientos judiciales contra dirigentes sociales y el desarme de todo el andamiaje que sostenía el despliegue territorial de los movimientos, a partir de la desaparición del Potenciar Trabajo, que llegó a tener 1,6 millones de beneficiarios en todo el país, la mitad de ellos en la provincia de Buenos Aires.
El desfinanciamiento del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) que manejaba la organización de Juan Grabois y de otras líneas de programas de trabajo cooperativo fue el golpe de gracia, junto al fin de la entrega de alimento a los comedores, donde trabajaban los beneficiarios de planes sociales cocinando y dando de comer a sus vecinos.
La batalla cultural
Desde los movimientos sociales reconocen haber perdido presencia territorial también como consecuencia de la batalla cultural del gobierno libertario contra la política de las organización y la militancia social.
"Quedamos involucrados en el proceso final del gobierno del Frente de Todos e identificados con ese fracaso", reconoce otro dirigente e una de las organizaciones que manejó Desarrollo Social entre 2019 y 2023.
Por eso, dice, hoy la política de movilización y protesta social quedó en un segundo plano. Entre los festejos del Gobierno por la desaparición de los piquetes bajo la amenaza del protocolo de Patricia Bullrich, otro dirigente reconoce que hubo más movilizaciones al gobierno del FdT que contra Milei. "Quizás porque las marchas obedecían más a una lógica política que a la expresión real de un malestar social", admite.
Con Axel Kicillof
Alejada de las calles, la dirigencia de los movimientos sociales apuesta hoy por una salida política como parte de la discusión interna en el peronismo y alineados detrás de Axel Kicillof -que les abrió las puertas de su gobierno- o cerca de Cristina Fernández de Kirchner.
Barrios de Pie arrancó 2025 como una de las patas del operativo de construcción territorial que viene desplegando Kicillof para una eventual interna con el kirchnerismo. Su referente, Daniel Menéndez, asumió el año pasado el cargo de subsecretario de Economía Popular en el Ministerio de Desarrollo bonaerense y hoy proclama al gobernador el heredero de Néstor y Cristina Kirchner.
En paralelo, el Movimiento Evita también desembarcó en el gobierno de Buenos Aires de la mano de Gildo Onorato, una de las caras de la renovación de la conducción tras la salida de "Chino" Navarro, que asumió en el Instituto de Asuntos Cooperativos. En el Evita hay distintos posicionamientos con respecto a la interna porque otros sectores aparecen alineados a CFK. En medio de esa discusión, la organización de Emilio Pérsico pide definir candidaturas en las PASO para evitar una ruptura total en el peronismo.
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