La pasada elección dejó al Movimiento Evita sumido en una profunda crisis interna que alcanza a sus tres figuras principales: Emilio Pérsico, Jorge Taiana y Fernando 'Chino' Navarro.

No fue una derrota electoral más. En esta elección el Evita quedó fracturado por la estrategia electoral trazada desde la cúpula.

Las tensiones ya estaban instaladas en la previa al cierre de listas. Pérsico venía bajando hacia el interior del movimiento fuertes críticas a Cristina. Él y el Chino Navarro cerraron filas con Florencio Randazzo, tentados en la posibilidad de una interna con Cristina Kirchner dentro del PJ.

Ni Pérsico ni Navarro querían que los referentes del Evita vayan a la cola en las listas que no las iba a decidir el PJ y que por el contrario se iban a cerrar en el Instituto Patria.

Pero no vieron venir la jugada de la ex presidenta de esquivar esa confrontación creando Unidad Ciudadana y llevándose a Jorge Taiana como segundo candidato a senador. Allí explotó la crisis. Incluso, LPO pudo saber que Pérsico amenazó con echar a todo aquel que mostrara cierta simpatía por el ex canciller.

Fuentes del interior del Evita descartan que la jugada de Pérsico, Taiana y Navarro haya sido la de tener candidatos tanto en la lista de Cristina como en la de Randazzo. "Hacia adentro la crisis es total", dicen.

Pérsico está por encima de todos e intenta mantener la unidad del Evita. En estos últimos dos años se abocó de lleno a lo social, más que a los armados territoriales. En ese giro tomó una postura muy dura hacia la ex presidenta y eso hizo ruido hacia el interior del movimiento donde desde las bases pedían acompañar a Cristina (incluso algunos proponían ir con Sergio Massa).

Se sabe que la relación entre Cristina y Pérsico nunca fue buena, el nexo en los primeros siete años de mandato K fue con Néstor Kirchner, con quien el líder del movimiento mantenía una relación fluida.

Fernando Navarro, Emilio Pérsico y Jorge Taiana.

Hacia adentro del movimiento siempre existieron además fuertes tensiones y disputas internas. Pero esos roces finalmente se saldaban con una clara estrategia hacia afuera. Los grandes temas de discusión que propuso el gobierno kirchnerista se convirtieron en una bandera que terminó tapando las disidencias internas.

Eso fue lo que se quebró en esta elección. El Evita enfrentó la contienda electoral partido. Y el resultado fue adverso.

Taiana quedó afuera del Senado y el Chino Navarro no entró por la Tercera Sección (le ganó el FIT, que consiguió arrebatarle esa banca) y luego de 12 años como diputado se queda afuera de la Legislatura. Navarro logró ser el presidente de bloque Frente para la Victoria en los últimos años del kirchenrismo y es considerado como uno de los diputados con mayor capacidad de negociación tanto hacia el interior de su bloque como con la oposición.

Tampoco logró renovar su banca Gustavo Di Marzio, que encabezaba la lista de Cumplir en La Plata. Solo queda en la Legislatura bonaerense Patricia Cubría, a quien le quedan dos años de mandato.

En las listas locales sucedió lo mismo y varios candidatos del Evita se quedaron afuera de los Concejos Deliberantes. Un caso es Pilar donde el movimiento llevó como candidata a Valeria Domínguez. Allí el Frente Justicialista no llegó siquiera al 4,7% de los votos que determina el piso para conseguir una banca.

Pero desde el interior del Evita descartan que el sustento del movimiento social más grande del país se vea resentido por quedar afuera de la Legislatura bonaerense y los Concejos.

"En la Legislatura estaba la caja del Chino, no del Evita", explicó a LPO una fuente del movimiento. Por el contrario explican que los recursos con los que se sostiene el Evita surgen del ministerio de Desarrollo Social que controla Carolina Stanley.