¡¡¡Mamita para qué te traje!!! Muy difícil estar en los pantalones del secretario de Hacienda. Hernán Morelle, en la cuenta regresiva de convertirse en la cara del ajuste. Además de haber sido lanzado por el intendente Arroyo, como uno de sus eventuales sucesores, con todo lo que ello implica y no vamos a abundar en detalles al respecto.
Mourelle no ha generado onda con sus colegas, que tienen rango de funcionarios de ley, y aquí debe haber una reflexión, ya en el EMDER y en el ENOSUR, le sacaron bolilla negra. No es lo más aconsejable para el sillón que ocupa, porque quienes deberían ser sus soldados propios, muy probablemente pierdan enjundia a la hora de entrar en combate. Ya había tenido un roce con otro funcionario de ley, de mayor envergadura, cuya instancia llevó a una reunión de presidentes de bloque.
Ya en situaciones normales o regulares, el secretario de Hacienda es el enemigo común. Le tiene que decir que no a todos, desde el intendente hasta el personal de maestranza. La condición de caos financiero y económico de la MGP, que no recauda para pagar sus gastos, pasa a ser un trabajo no saludable para quien debe manejarse con algún tino político, y no carecer del mismo, lo cual agrava el cuadro.
Hay dos episodios que no deberían pasar desapercibidos, o mejor dicho no desconocerlos. La gobernadora Vidal, disfrutaba con sus hijos de una grata velada teatral con el éxito de la temporada, María Eugenia Florez (Fátima). Su momento de relax, no pudo prolongarse tras la función, el inoportuno colapso del predio de disposición final, requirió de su intervención para solucionarlo. Mourelle no era ajeno a la toma de decisiones en ese tema, cuya precariedad se ha transformado en permanente, por no decir perenne.
En otra oportunidad, la celda del teléfono de la mandataria provincial, debió activarse en tránsito internacional. Estaba en China en misión comercial clave. Hasta allí llegó una queja, la quita de exenciones para los teatros, que es como tocar una vaca sagrada. Mariu ordenó desactivar esa chance de recaudación. Mourelle había sido quien quiso ordeñar a Rottemberg, Faroni y Baldini, todos militantes de la causa Ladrey.
Cuando hay problemas con todos, el problema no son todos, sino uno. Tecsan, la UOCRA, los trabajadores municipales, guardavidas, aplicación de la multa (que debió restituir) a la 9 de Julio, el intento de gravar al sector primario productor, desautorizado por el intendente, la judicialización del caso OAM y la concurrencia a la mediación del caso sin propuesta municipal. También le bajaron el pulgar, a la archi necesaria eliminación de la MGP como agente de retención de financieras usurarias, que viven del endeudamiento del empleado público, aunque en este caso medió la gestión de ex funcionario que casi volvió a ser. Toda su gestión ha sido sometida a revisión y también entró en modo tutorial con la llegada de Carlos Gaspar, su cancerbero.
Ya hicieron la cuenta, a este gobierno le restan 18 meses de mandato. Razonablemente, ningún profesional accedería a una transición de esta naturaleza. Por ello se archivó un plan B, que comprendía la llegada de la contadora Malena Baro. De extracción radical, fue secretaria de Hacienda de Junín, también contadora de esa comuna durante la gestión del intendente Mario Meoni, ex titular de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Senadores, dicta la cátedra de Hacienda Pública de la Universidad Nacional del Noroeste. Baro es la esposa de Roberto Costa, presidente del bloque de senadores provinciales de CAMBIEMOS.
También han llegado a considerarse, por lo menos como extrañas, algunas decisiones de Mourelle según un interlocutor obligado: “La verdad que es indescifrable el ida y vuelta que tienen con Arroyo”, se sinceró el protagonista ante mdphoy.com
Por su complejidad es un final abierto, mientras tanto la caravana de los jueves, renueva el ánimo afectado por las tensiones.
Jorge Elías Gómez
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