En 24 hs hubo dos discursos en tono electoral. El de Cristina Kirchner y el de su hijo Máximo. Los objetivos: marcar quién manda, encorsetar las intenciones del Presidente, cuidar a Massa y allanar el camino para una candidatura sin adversarios internos.
El problema es el mismo que en el 2017. Y el mismo de dos años después. Quien a veces duda sobre la candidatura presidencial de Cristina Fernández es Máximo Kirchner. Fue el gran ausente en el acto del viernes en la UOM junto con Eduardo ‘Wado' de Pedro y Martín Insaurralde que incluso dejó vacía la silla reservada para él. No es raro. Si habla Cristina no va su hijo. Y viceversa.
Veinticuatro horas después, en Mar del Plata y al cerrar el Congreso del PJ luego de una intensa agenda que incluyó el viernes una reunión con empresarios, Máximo Kirchner hizo una advertencia al peronismo pero principalmente al Presidente y a su sueño de reelección. Es condición indispensable para que ella sea candidata que el peronismo esté unido. La regla aplica también si ella bendijera, por ejemplo, a Sergio Massa. Lo que no aceptará el kirchnerismo es que se ponga en duda quién es "la jefa".
Máximo Kirchner cree que Alberto Fernández representa un escollo y puede atentar contra el proyecto en marcha camino al 2023 como en el 2017, fecha que mencionó especialmente. En aquella elección intermedia, en la categoría senadores Esteban Bullrich ganó con 41.35%; Cristina Kirchner por Unidad Ciudadana llegó a 37.27 y Florencio Randazzo, con Alberto Fernández como jefe de campaña, se quedó con 5.3%. Sin contar los once puntos de Massa, el peronismo dividido sumaba 42.5%, un punto más que Cambiemos.
¿CFK hubiera ganado si Randazzo no se presentaba? ¿Y qué hubiera sucedido si ella habilitaba la PASO y su exministro quedaba dentro? La segunda pregunta no es la que se hace el kirchnerismo que renueva esperanzas desde el discurso que en clave electoral pronunció la Vicepresidenta en Pilar.
No puede volver a pasar otra vez en un frente como el nuestro, amplio, que aquellos que se valen de construcciones colectivas una vez que esa construcción colectiva lo lleva a un lugar tan importante inicie una aventura personal.
"No puede volver a pasar otra vez en un frente como el nuestro, amplio, que aquellos que se valen de construcciones colectivas una vez que esa construcción colectiva lo lleva a un lugar tan importante inicie una aventura personal. Para aventureros existe el turismo. La política es responsabilidad. Para eso se va a esos lugares. No para poner cara de víctima y yo no fui", advirtió. Y agregó que "cuando la vida te ha dado todo es cuando más dispuesto a dar tenés que estar".
¿A quién le dio más la vida en términos políticos sino a quien fue elegido Presidente? No hay dudas a quién le apuntó con el mensaje.
Los últimos acontecimientos, la llegada de Massa al gabinete, el atentado contra la Vicepresidenta y el triunfo ajustado de Lula Da Silva en Brasil empujan al kirchnerismo a ver sólo una o a lo sumo dos opciones: Cristina o el ministro de Economía con su bendición. En ese plan Axel Kicillof ya tiene el aval para ir por la reelección lo que explicaría la ausencia de Insaurralde en Pilar y luego en Mar del Plata.
El renunciamiento anticipado y público de Máximo Kirchner en nombre de su madre fue relativo. Dijo "creo que no será candidata". Eso se transformó en un "ni". Lo que se desprende de su discurso es que la 'salvación' del país ahora depende de ella.
OPERATIVO CLAMOR EN MARCHA
Abel Furlan, secretario general de la UOM, dijo que "Cristina es la dirigente más capacitada"
Varios de los que estuvieron en el congreso de los matalúrgicos y en el del PJ de Mar del Plata se juntaron la semana pasada en el quincho de la sede nacional de SMATA. La "Peña bonaerense" reúne mensualmente a dirigentes como Juliana Di Tullio, Julián Domínguez, Carlos Kunkel, Edgardo Depetri, Daniel Gollan, Roberto Feletti, Adriana Puiggros, María Laura Leguizamón, Mario Oporto, Marcelo Fernández, Diana Conti, entre otros legisladores, ex ministros y ex legisladores con militancia en Buenos Aires.
Es cierto que la mayoría son de ascendencia puramente K. Pero es un dato que todas las usinas coincidan y que en esa reunión haya salido un pedido unánime para que Cristina Kirchner vaya nuevamente por la presidencial en el 2023. Lo mismo se interpretó del mensaje de Abel Furlan, titular del poderoso gremio de la UOM que la describió como "la más capacitada".
Hasta las bromas de Furlan parecieron preparadas. "No me hacen caso" se excusó cuando los delegados cantaron "Cristina presidenta". En Mar del Plata Kirchner hijo actuó con disimulo y tomó agua mientras los congresales cantaban lo mismo que tenían estampado en las remeras. Detrás suyo Andrés Larroque acompañaba con palmas.
A diferencia de su hijo, la Vicepresidenta se mostró menos rencorosa. Apuntó a recuperar la mística electoral e hizo un reconocimiento -¿autojustificación o guiño al Presidente?- de lo estratégica que fue la decisión del 2019 a favor de Alberto Fernández. "No me arrepiento", señaló aunque estigmatizó al jefe de Estado en casi cada alusión a los salarios y la situación económica.
Al salir y en voz baja varios de dirigentes repitieron quejas. "No comprendió el lugar que debió ocupar" dijeron sobre el Presidente mientras el entorno de Cristina se dividía entre quienes pedían "no apurarse en hablar de candidaturas" y los que como Leopoldo Moreau se mostraron muy entusiasmados y plenamente seguros de que ya se lanzó. El camionero Pablo Moyano y el intendente Juan Zabaleta destacaron la propuesta de unidad de la Vicepresidenta.
EL KIRCHNERISMO PREFIERE A MASSA
Es notorio cómo al kirchnerismo lo anima Sergio Massa. Con dos frases fuertes la Vicepresidenta respaldó y reconoció su trabajo. Si tiene releativo éxito habría esperanza para el peronismo. ¿Podría acompañarlo en una fórmula Wado de Pedro?
Sobre el ministro del Interior no hay certezas y también las aguas se dividen entre desconfiados y entusiastas. Dos son los errores que le atribuyen esta semana. El primero haber insistido públicamente contra de las PASO y el segundo fue haber abierto el debate sobre elecciones intermedias.
"Dejen de hablar de las PASO, no están los votos" había advertido el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi en el encuentro de juventud que organizó el Instituto Patria en la quinta de San Vicente.
Y a Cristina nadie la oyó hablar del tema en público. En privado tampoco dio ninguna señal a favor de modificar el sistema. Máximo no habló de las PASO sino de unidad en el PJ nacional y bonaerense. Se cree, como repitió en varios programas el diputado Eduardo Valdés, que la mejor opción sería postergar la Primaria para acortar el lapso que las separa de las generales. Hubo algún cruce pero se obvió y no se definió la cuestión en el congreso marplatense mientras que en Mendoza la jefa del PJ, Anabel Fernández Sagasti, dio una señal al anunciar que La Cámpora no disputará internas con intendentes peronistas. Una helada afectó a toda la producción cordillerana, urgencia que se suma a muchas otras urgencias.
La convocatoria a un gran acuerdo democrático que hizo Cristina Kirchner va en la línea del 2019 cuando se corrió de la campaña para visibilizar la moderación del Alberto Fernández. Aunque parece imposible con la oposición, apunta a resucitar el sentido del Frente de Todos pero apenas se parece al mensaje antigrieta de Lula Da Silva al ganar el ballotage en Brasil.
¿Renunciará a su reelección Alberto Fernández? El jefe de Estado cosecha viejos aciertos y se muestra como un jefe de Estado con roce internacional. En campaña, e incluso contra el consejo de Cristina Kirchner, visitó a Lula en la cárcel de Curitiba. Luego ayudó a Evo Morales y esta semana recogió gestos de los dos. Primero viajó a celebrar con el brasileño y el viernes organizó un acto con el boliviano, coartada perfecta para no ver a CFK en vivo. Enterado del discurso, respiró aliviado desde la provincia de Santa Fe sin prever que la estocada la daría Máximo Kirchner, aquel niño que le cedía su dormitorio cuando visitaba a sus padres en el sur.
El cada vez más estrecho círculo íntimo que componen Gabriela Cerrutti, Pepe Albistur y la ministra Victoria Tolosa Paz no se despega del lado del Presidente. Le editaron casi una película para redes sociales con imágenes y reflexiones en su viaje a Brasil y destacaron la próxima cita en México con Manuel López Obrador. Ya no hablan en cambio de la fallida cita con Joe Biden en Estados Unidos mientras Fernández exagera su rol de líder regional.
Último dato: en el cierre del discurso Máximo Kirchner mencionó un tema que siempre esquiva. Pidió pensar en "los que se lleva la inseguridad". El mensaje fue para Sergio Berni a quien ya había criticado por la represión en el Estadio Único de La Plata.
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