El concejal de Morón, perteneciente al bloque UCR -Juntos dialogó con El Cactus y dejó un balance sobre el trabajo deliberativo en pandemia, la búsqueda de consensos entre las coaliciones y el rol del radicalismo dentro de Juntos por el Cambio.
Por Franco Barrios
– ¿Cómo fue el trabajo del Concejo Deliberante durante la pandemia?
En cuanto a lo local, siempre manifesté como una puesta en valor que desde el Concejo Deliberante puntualmente, nunca se dejó de trabajar. Me parece que independientemente de las diferencias que pueden haber existido siempre entre los distintos bloques políticos hubo un denominador común que fue que no se deje de trabajar, por eso se modificó el reglamento interno, lo que permitió seguir sesionando y se pudo trabajar a través de la virtualidad. La pandemia, como todas las grandes crisis en el mundo y en la historia, deja algunas cuestiones positivas. En el caso de la virtualidad es una herramienta que no sólo en el Estado sino también en el quehacer productivo de la vida de cada uno de los ciudadanos vino a aportar; otro ejemplo es la digitalización en muchos órdenes relacionados a la Justicia, se demostró que se puede generar y producir más con el home office priorizando la productividad por sobre la carga horaria.
– ¿Creés que toda la dirigencia política estuvo a la altura de la situación?
Hubo etapas. Me parece que en el primer momento encontró a todo el arco político junto, tratando de entender lo que estaba pasando, que muchos no lo entendían y se puso en valor lo que finalmente se tiene que poner en valor por sobre todas las cosas que es la vida. No había margen como para exponer mezquindades personales ni oportunismo político, eso fue rescatable dentro de lo trágico y duro. Los argentinos nos sentimos codo a codo, laburando para salir adelante y no era porque jugase la selección.
Después, nos encontramos en otra etapa donde, a criterio mío, el ejecutivo nacional puntualmente exacerbó un pseudo autoritarismo, golpeando la mesa y queriendo marcar autoridad cuando golpear la mesa o levantar el tono de voz no es lo que te da autoridad.
Entonces nos encontramos con situaciones lamentables, como amenazar al Surfista que venía de Brasil e irlo a buscar para aplicarle todo el rigor de la ley o se la agarraban con los runners, o nos decían que el país de los vivos se había terminado y después nos encontramos con que el presidente estaba de joda (quiero utilizar la palabra joda para hacer bien claro) con la pareja y los amigos en la quinta de Olivos. Me parece terrible porque la ejemplaridad de aquellos que tienen la responsabilidad contagia. Lo mismo con el robo de vacunas, se pierde la ejemplaridad y es altamente negativo. A partir de ahí se desbarrancó ese clima de la primera etapa.
-También hubo marchas antivacunas y anticuidados con muchos dirigentes de Juntos por el Cambio que participaban y las promovían ¿Qué opinión te merecen?
Desde el 2001 en adelante, la manera de hacer política cambio, el bipartidismo cambio, y se transformó en una política de coaliciones. Dentro de las coaliciones seguramente hay distintas vertientes y distintas maneras de abordar los temas. Yo no estoy de acuerdo con las marchas antivacunas, en absoluto. Es una herramienta que genera la ciencia, para salvar vidas así que no estoy de acuerdo con los antivacunas y menos aún con militarlo
– En relación al intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner ¿Cómo se vivió en el Concejo Deliberante?
Esa misma noche, en un chat que tenemos los presidentes de los bloques, acordamos incluso antes que diputados o senadores, repudiar y manifestar la preocupación y así lo hicimos. La realidad que primero hay pensar en la persona. Pensar que un tipo que apretó un gatillo y que podría haber generado lo que por suerte no generó es tremendo, para ella y su familia. Y después desde lo institucional, la gravedad de imaginarse la posibilidad de que alguien, ya sea de manera personal o grupal, pergeñe una situación así, es de una gravedad institucional tremenda que viene a poner en riesgo estos casi 40 años de democracia que venimos construyendo.
– ¿En qué momento se encuentra el radicalismo en Morón?
La verdad que estamos en un muy buen momento. En 40 años de democracia es la segunda vez que el radicalismo puede hacer en Morón una lista de unidad, sólo había ocurrido en la crisis del 2001. Porque los radicales tenemos la virtud de que resolvemos nuestras cuestiones en un proceso interno, que a su vez se puede transformar en un defecto, cuando eso se transforma en un internismo, que es poner todo el esfuerzo para perjudicar al correligionario. Yo digo que, en la vida, en el trabajo y en la política en general, es sano competir, tratar de elegir en función de quien está mejor. Pero esa discusión se puede dar de dos maneras: una es si esas dos personas hacen el esfuerzo para crecer y mejorar y dar una mejor oferta electoral y entonces a la larga va a hacer que uno va a estar mejor que los otros, pero todos van a estar mejor. Ahora si la discusión, se da para que el otro no crezca, poniéndole la pata, inventando chicanas, entonces ahí todos van a estar mal.
Entonces el radicalismo hoy, en Morón tiene una organización donde hay un comité de distrito con 20 personas son autoridades en la cual hemos tenido la suerte, la dicha y la capacidad de elegir a Silvina Samparisi para que presida el Comité de Distrito de Morón, yo tengo el orgullo de acompañarla en la vicepresidencia, pero además tenemos subcomités de circuito, en El Palomar, en Haedo, en Castelar, en Villa Sarmiento que sinceramente son personas comprometidas y que trabajan diariamente para transmitir la idea de lo que es el radicalismo en Cambiemos y bueno, nos preparamos para ser gobierno en el 2023, ese es el objetivo.
-¿Qué análisis haces de la participación del radicalismo en el gobierno de Ramiro Tagliaferro en 2015 -2019?
El radicalismo en Morón no fue parte del diseño de las políticas públicas y ni siquiera hubo una coalición parlamentaria, como pasó a nivel nacional, sino que hubo una participación parlamentaria de algunos referentes del radicalismo. El radicalismo en el 2015 se reinventó hoy tiene otra musculatura, fue parte de un proceso y también hubo muchas idas y vueltas en nuestro espacio político. Algunos que exigían un poco más de protagonismo y otros que entendían que era parte de un proceso que de culminarse nos iba a encontrar en una situación que es la finalmente estamos hoy que es una construcción política ya más de paridad que de acompañar.
-¿Cómo es la relación al interior de la coalición siendo oposición?
La verdad es que con nuestros distintos matices hemos podido sostener la unidad de la oposición. Puede haber alguna diferencia con respecto a la instrumentación, pero me parece que, igual que a nivel provincial y nacional es una puesta en valor que todo el espacio opositor esté votando juntos en las cuestiones que nosotros entendemos que son sustanciales y que los vecinos nos exigen como fue por ejemplo en la última sesión en donde se aumentaron las tasas. Ahí la realidad es que la situación de los vecinos está durísima y agregar un 25% más que no es un 25 porque proyectado a todos los aumentos anteriores prácticamente da un 110% de aumento por la revaloración de la base imponible más dos aumentos durante el año y la cláusula decía “hasta un 25%” hubiésemos tenido aunque sea el gesto de si era necesario, explicarlo primero y aplicar menos. Entonces en esas cuestiones creo que fue importante y seguramente si Tagliaferro hubiese querido articular unas diferencias profundas lo hubiese hecho, así que eso lo pongo en valor, estamos siendo todos responsables, cada uno desde el lugar que nos toca.
– ¿Cuáles son las principales críticas que le haces a la actual gestión y que es lo que rescatas?
Esencialmente lo que es el espacio público está detonado, las calles puntualmente. Se necesita un plan integral para mejorarlo para los próximos 30 años. No se puede ir emparchando, esto tiene que estar acompañado del mantenimiento constante, del alumbrado, de las cloacas. Otro tema central es el de la seguridad, y vemos que hay más énfasis en poner foto multa que en generar los elementos que le den la posibilidad al vecino de Morón de sentirse más seguro. Y después administrar los recursos humanos. Vemos que gestión tras gestión se crece en cantidad de empleados (no es sólo de esta gestión) y los vecinos no ven eso traducido en mejores servicios en la calle, y a eso sumale que los trabajadores municipales cobran un sueldo super bajo y no debería ser así, porque además se acorta la posibilidad de adquirir personal sobrecalificado.
Lo que rescato es en cuanto a la impronta que pone el Intendente Lucas Ghi de no exacerbar las diferencias, sostiene lo que cree pero respetando lo que piensan los otros espacios. Yo creo que igual esa cuestión discursiva debe ser sostenida en la gestión y a veces lo que veo es que se transforma en un relato.
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