En la previa al cónclave partidario del lunes, el jujeño volvió a mostrarse con el precandidato provincial del PRO. Abad se prepara para territorializar la pelea.
Por César Pucheta y Andres Miquel
En la previa a una reunión nacional que tendrá lugar este lunes en Mar del Plata, el gobernador de Jujuy y titular del Comité Nacional de UCR, Gerardo Morales, le volvió a meter picante a la interna bonaerense en una foto que, con relevancia a nivel país, volvió a ubicarlo a la par de Diego Santilli, el precandidato mejor pocisionado del partido de Mauricio Macri para disputar la gobernación de la Provincia de Buenos Aires en las elecciones de este 2023.
Ya en la costa atlántica Morales recorrió las calles marplatenses y se reunió con equipos económicos en el marco de la construcción de la propuesta nacional opositora junto con Martin Lousteau, aspirante a la Jefatura de Gobierno porteña y Horacio Rodríguez Larreta, uno de sus eventuales rivales en la carrera presidencial opositora. A toda esa recorrida, también se sumó Santilli.
A pesar del peso del paseo del sábado, desde el intendentismo radical buscan quitarle responsabilidad a Morales y llevar la tensión hacia la interna del PRO. “Los otros sectores están mucho más ansiosos que nosotros con el tema de fórmulas y candidaturas. Acá estamos tranquilos porque la UCR provincia está ordenada, no está en la situación que está el PRO”, advierten mientras miran el costado amarillo de la alianza y enumeran las candidaturas que buscan correr a Santilli del centro de la escena: Cristian Ritondo, Néstor Grindetti, Joaquín De la Torre y Javier Iguacel, sólo para empezar a contar. “Ellos tienen que definir muchas más cosas, para nosotros recién es enero”, sintetizan.
Sin embargo, la presencia de Santilli vuelve a generar revuelo en el marco del partido centenario que, a nivel institucional, tiene programado un acto para finales del mes de enero, a partir del cual se busca proyectar la candidatura de Maximiliano Abad, el diputado bonaerense que, desde la presidencia del comité provincial y su jefatura de bloque en la Legislatura presiona para encolumnar a la militancia boinablanca detrás de sus aspiraciones provinciales.
A nivel institucional, la fuerza interna de Abad conduce el partido en la provincia con una clara ventaja por sobre el resto de las expresiones radicales, principalmente referenciadas en Lousteau y en el intendente de San Isidro Gusto Posse. Además de ser el hombre que lideró la lista de unidad en las elecciones partidarias de noviembre pasado, Adelante Buenos Aires, la línea interna de Abad, comanda 100 comités a lo largo de todo el territorio. Más atrás en el rankeo, Evolución conduce 23 y el possismo 12.
Más allá de eso, en la resistencia de los radicales bonaerenses a la insistente presencia de Morales a la par de Santilli se esconde otra disputa que tiene al país como escenario y a la provincia como inicio y válvula de escape del conflicto: el alineamiento de Abad con la precandidatura presidencial de Facundo Manes.
En el fondo del debate, esa es el entuerto que más preocupa al radicalismo a nivel nacional y desde el cual podría descubrirse una eventual solución para las internas en todo el país. Meses atrás, el jujeño había presentado al neurocirujano una propuesta de internas partidarias para definir el aspirante presidencial que luego representaría al partido en las PASO de Juntos por el Cambio. Con un tiempismo clásico de los dirigentes con varias elecciones en sus espaldas, Posse salió a pedir que la Provincia de Buenos Aires aplique el mismo criterio y volvió a alimentar su deseo de alcanzar la candidatura a la gobernación. Sin embargo, la posibilidad de subirse a un acuerdo nacional duró demasiado poco.
Cuando Manes rechazó la propuesta, Morales redobló su jugada y empezó a analizar públicamente la posibilidad de que el diputado se convierta en candidato a gobernador bonaerense. “Ni sueñen con que Facundo va a bajar a la provincia”, dijeron a Buenos Aires/12 desde el radicalismo provincial.
En ese contexto, el grupo de referentes territoriales que trabaja detrás de la candidatura de Abad advierte sobre la dificultad que implica no tener en claro el mecanismo de elección. “Hay miradas diferentes sobre fórmulas híbridas. Pero esto es un juego muy dinámico y la gente está en otro canal. No es fácil decidir hacer campaña en la provincia, poder recorrer los 135 municipios, los recursos, y el conocimiento mediático”, advierten y empiezan a analizar como un riesgo la instalación de otro de los precandidatos cuyo nombre empieza a tomar fuerza, precisamente a partir de su proyección mediática. “Ahí tiene Martín Tetaz tiene un potencial importante porque en 15 minutos puede llegar a un canal y no a otros dirigentes. Por eso hay mucho porteñismo en los candidatos”, dicen casi a modo de queja.
Con todos esos condimentos, hay sectores del radicalismo que esperan que la reunión del lunes sirva para avanzar en la estrategia de cara a la etapa de definición de las candidaturas cuando el verano ya sea parte del recuerdo. “Esperamos que las definiciones aparezcan, los tiempos se acortan y la expectativa es grande” aseguró un dirigente provincial consultado por este medio. De todos modos, todo indica que habrá una silla vacía que se manifestará a partir de su ausencia, la del propio Manes. Como en otras ocasiones, su entorno más cercano no se adelante en confirmar el faltazo, aunque la falta de confirmaciones busca generar, precisamente, esa distancia que se evidencia desde hace tiempo en el radicalismo.
“Todavía no sabemos quiénes vamos a ir el lunes, hay que ver todavía qué pasa, pero si se decide que hay que poner toda la carne en el asador, hay que hacerlo”, anticipa otro de los intendentes consultado por este medio. “Porque si cada uno juega como quiere, esto no es un equipo”, advierte.
“Somos un partido de poder, que está mirando el futuro y que quiere gobernar”, dijo Abad el pasado 30 de octubre, en el acto más importante que el radicalismo logró organizar en el pasado 2022. En la celebración por los 39 años del triunfo de Raúl Alfonsín en 1983, el diputado provincial que quiere ser gobernador llamó a garantizar la unidad pero sin dejar de lado la discusión entre todos los sectores.
Con una fuerte impronta en la estructura, Morales, una de las figuras nacionales más cuestionadas por el kirchnerismo por su accionar contra la dirigente social Milagro Sala, advirtió allí que “la gente está mirando un partido que tiene territorialidad”. Mientras cerraba la lista de oradores, Morales se giró hacia la dirigencia presenta en las gradas y advirtió que el radicalismo se iba a “encolumnar” detrás de la candidatura de Lousteau y vaticinó que Rodrigo De Loredo iba a ganar las elecciones en Córdoba. Mientras enumeraba a los presentes, también se adelantó en proclamar las candidaturas de Roberto Sanchez en Tucuman y Daniel Kroneberger en La Pampa. Cuando se refirió a la dirigencia bonaerense nombró a “Maxi y Gustavo Posse” y se comprometió a “trabajar para la transformación de la Provincia de Buenos Aires”. El detalle no pasó desapercibido por el grueso de la militancia presente.
Mientras se esperan las definiciones que puedan surgir el lunes, el radicalismo nacional pone su mirada en una Congreso doctrinario que tendrá lugar en Córdoba, en algún momento del mes de marzo. En la previa, Abad y la estructura provincial buscarán fortalecer la territorialidad y el armado, con una parada previa en un acto que impulse su candidatura desde el enero marplatense. Ahí sí, va a estar Manes.
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