El ex titular de ARBA, que suena como posible funcionario a cargo de la AFIP, descartó haber presentado una propuesta a Alberto Fernández y definió que no le gustan los derechos de exportación.
Los rumores sobre posibles funcionarios de un gobierno de Alberto Fernández crecen. En la AFIP se descarta que siga el titular actual, Leandro Cuccioli. Un nombre que suena fuerte es el cordobés Santiago Montoya, que fue titular del organismo a cargo de la recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA) en el gobierno de Felipe Solá y parte del de Daniel Scioli.
Su apuesta para mejorar la recaudación consiste en ampliar la cantidad de contribuyentes que pagan impuestos, reducción de la informalidad mediante, que se traduciría en una disminución de la presión tributaria efectiva.
En diálogo con El Cronista descartó haber presentado una propuesta a Fernández para estar en la AFIP y definió que no está de acuerdo con el cobro de retenciones.
¿Le presentó un plan a Alberto Fernández para estar en la AFIP?
Alberto Fernández no me pidió ningún plan ni yo le presenté. Nos conocemos hace unos 20 años, y hace 15 tenemos un diálogo más fluido; cultivamos amistad. Muchas veces le expliqué cuál es mi visión sobre el que creo que es el problema del sistema tributario argentino. No tengo idea de si él me evalúa para el cargo.
¿Cuál es el problema del sistema tributario argentino?
Está en crisis hace mucho. No sólo no alcanzan los ingresos para cubrir los gastos, sino que además se están ahogando a los contribuyentes por la elevada presión tributaria. El nivel de informalidad, con la recesión y crisis, de un 45%. Eso hace que toda la presión tributaria caiga sobre el otro 55%, que queda al borde de no poder hacer tu actividad y hasta a veces termina cayendo en la ilegalidad.
"Alberto Fernández no me pidió ningún plan ni yo se lo presenté. Muchas veces le expliqué cuál es mi visión"
Con ese diagnóstico, ¿cómo se resuelve esta situación?
La manera de resolver es cobrar impuestos más baratos pero pagados por todos, de manera de pasar de que ese 55% que hoy paga los tributos llegue a un 82% u 85%. Así, la presión tributaria se podría distribuir. Se ve muy claro en el IVA: como se cobra un 21%, tendría que tener un impacto similar en la recaudación. Pero es de en torno a 7,2%. Si se toma otros países, como Nueva Zelanda, con una alícuota de 15% recauda un 10% de IVA. En la Argentina podría estar en 10,5 u 11 el impacto en la recaudación. Entonces ayudaría a compensar los impuestos distorsivos. Hay que poder ensanchar la base y cobrar a más contribuyentes. En una primera etapa se traduce en igual recaudación pero alivia la presión de los que pagan.
El razonamiento suena lógico, ¿pero se puede implementar?
Cuando se blanquea se generan una serie de efectos positivos. Pero el fisco en los últimos años tomó el camino de lo fácil: cazar dentro del zoológico, con el que se llegó a una presión muy elevada. Ahí se hace inviable. Es tan grave que hasta afectó la propia capacidad del Estado de poder financiarse. Hace años que vengo diciendo esto.
¿Pero habló últimamente con Alberto Fernández sobre esta propuesta?
Me mantengo en comunicación con él pero no tuve ningún diálogo de incorporarme al Gobierno. No es verdad que yo le haya ofrecido algún plan o que él me lo haya pedido. Él sabe lo que pienso. Si se pudiera recaudar 4 o 5 puntos más en el IVA, se podría reducir los impuestos que entorpecen la exportación, como ingresos brutos.
"Tenemos que pensar un esquema que no consista en cobrar mal un impuesto y luego poner otro y otro"
Menciona "impuestos que entorpecen la exportación". ¿Qué opina de las retenciones?
Los derechos de exportación no me gustan en general. Si en algún momento se los cree necesarios, se debería primero atacar todos los pasos anteriores. Lo que quiero decir es que, por ejemplo, habría que definir qué tan bien se está cobrando el mal llamado Impuesto a las Ganancias y luego evaluar los derechos de exportación. Tenemos que ser capaces de pensar en un esquema que no consista en cobrar mal un impuesto y luego poner otro y otro.
Se dice que Luis Pagani y Cristiano Rattazzi fueron los que lo habrían impulsado ante Alberto Fernández.
Tengo relación con esos empresarios, como con muchos otros. Me parecen importantes los sectores productivos. Pero no es así. Ellos nunca dirían que me impulsan para un cargo.
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