El puerto verde, o green port, es uno que realiza sus actividades de modo sostenible y que aplica medidas para mejorar y controlar la calidad del aire, el agua, los ruidos y los residuos, mientras que un puerto inteligente, o smart port, es el que echa mano de la tecnología para transformar los servicios que presta y hacerse más eficiente.
Ambos conceptos fueron mencionados en la reunión de la Coordinadora Portuaria, en el marco del 102 aniversario de la Administración de Puertos (ANP) de Uruguay, en la que se planteó dotar al puerto de Montevideo de esas dos premisas.
En ese espacio de intercambio de ideas entre funcionarios públicos y representantes del sector privado, el presidente de la ANP, Alberto Díaz, aseguró que sin embargo, hay temas claves que resolver en el puerto de la capital uruguaya, como los tiempos para la habilitación de los operadores portuarios, ya que los permisos exigidos constituyen aspectos burocráticos complicados.
“Ya comenzamos a trabajar para lograr la certificación que nos reconozca como puerto verde. Esto nos compromete a cumplir cierta normativa medioambiental hacia el 2020”, apuntó Díaz.
El puerto de Montevideo va a tener una nueva terminal de cruceros una vez que el Ministerio de Turismo se mude, ya que la terminal ocupará el inmueble que ahora mismo es sede de este organismo.
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