Déborah de Urieta

La hiperactividad que mostró la Vicepresidenta Cristina Kirchner en las últimas semanas, con el acto del 25 de mayo como corolario, lejos está de reflejar la dinámica que rige en la Cámara que ella misma preside. 

Si bien la semana pasada el Senado registró una leve activación en algunas comisiones, en la previa a un nuevo mes cargado de elecciones provinciales, se avizora un nuevo apagón legislativo. En el medio, leyes de corte económico como la que crea el monotributo tecnológico, la reducción de la jornada laboral y la reforma de la Ley de lavado de activos seguirán frenadas hasta nuevo aviso.

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En lo que va del año, la cámara que lidera Cristina Kirchner sesionó apenas dos veces, además de registrar un intento fallido. A la tradicional parálisis de los años impares, en los que la actividad parlamentaria suele reducirse por su "incompatibilidad" con las campañas provinciales, se le sumó un imprevisto. En febrero, el Frente de Todos perdió a cuatro senadores y, con ello, el control del Senado. 

Ahora, para sesionar, al oficialismo no le alcanza con sus tres aliados incondicionales (Alberto Weretilneck, Clara Vega y Magdalena Solari Quintana). 

La bancada que preside José Mayans debe consensuar con el peronismo disidente y, eventualmente, con Juntos por el Cambio para poner en marcha cualquier sesión.

Ante este panorama, hubo un intento fallido en el que la oposición, para demostrar que CFK había "perdido el control de la Cámara", dejó al FdT sin quórum. Luego de negociaciones, se celebró una sesión con temario acordado, en la que se sancionaron, entre otras, la Ley de Alcohol cero al volante, el Fortalecimiento de la Justicia Federal de Santa Fe y la Ley Lucio.

La segunda sesión que se concretó fue para recibir al jefe de Gabinete Agustín Rossi, quien, con fuertes críticas al Poder Judicial, presentó su informe de gestión. 

Mientras CFK se muestra hiperactiva, el Senado permanece casi paralizado.

¿Qué pasa con los proyectos económicos?

Recién la semana pasada, a casi tres meses de que Diputados le diera media sanción y girara al Senado, la Cámara alta avanzó con la firma del dictamen de un proyecto que podría atraer divisas (que tanto escasean) y que tiene como autor al ministro de Economía Sergio Massa.

Se trata de la ley que crea el Monotributo Tecnológico, también conocido como Monotech. Esto es un nuevo esquema tributario para que los profesionales independientes que facturan en dólares puedan cobrar en esa moneda. Como contra parte, se incrementa la recaudación por servicios de exportación no registrados. Según Ariel Sujarchuk, exsecretario de Economía del Conocimiento, de sancionarse el proyecto, podrían ingresar más de u$s 2000 millones al año.

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Si bien el texto fue dictaminado por la Comisión de Presupuesto y quedó listo para ser llevado al recinto, la gran duda es cuándo será la próxima sesión que celebre el Senado para su sanción. Desde el oficialismo reconocen que, en la antesala de un nuevo mes cargado de elecciones provinciales, acarrear a la tropa para sesionar será difícil.

A esto se le suma que Juntos por el Cambio se muestra reacio a sesionar, sobre todo si el oficialismo intenta colar en el temario los pliegos de magistrados que se dictaminaron la semana pasada. "Buscan entregarles juzgados a sus amigos", dicen desde la bancada opositora.

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Otro proyecto que está pendiente es el que modifica la ley de lavado de activos. La semana pasada, en el marco de la comisión de Acuerdos, el senador oficialista Oscar Parrilli dio a conocer que las intenciones del Frente de Todos son convocar a las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y Presupuesto y Hacienda para este jueves, a fin de avanzar con la firma del dictamen del proyecto enviado por el Ejecutivo el año pasado y que fue girado por Diputados hace un mes.

A grandes rasgos, el proyecto tiene tres ejes centrales. Por un lado, incluye modificaciones en el Código Penal para elevar las penas del delito de lavado; reforma de la ley de Encubrimiento y Lavado de Activos de origen delictivo (Ley 25.246) y crea un registro de activos virtuales, incluyendo a las criptomonedas.

La iniciativa está entre las prioridades del Gobierno de Alberto Fernández, ya que debe ser sancionada antes de septiembre. Para esa fecha está prevista la visita del GAFI, que llevará adelante una nueva inspección en la Argentina. De allí que el oficialismo expresó sus intenciones de pisar el acelerador.

¿Y la reducción de la jornada laboral?

Por último, un tercer proyecto que directamente parecería haber quedado en el olvido es la reducción de la jornada laboral. 

El 1 de mayo, el camporista Mariano Recalde envió un proyecto de ley que busca llevar de 48 a 36 horas semanales. "Es un tema urgente que merece insertarse en el debate nacional", dijo en ese momento la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, al referirse al asunto.

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Fuentes del oficialismo habían asegurado que el debate en la comisión de Trabajo y Previsión Social comenzaría a los pocos días, pero lo cierto es que el tema sigue sin figurar en agenda. La presidenta de ese cuerpo de trabajo, la cristinista Juliana Di Tullio, tampoco expresó sus intenciones de avanzar en el debate.

Aun si el oficialismo impulsara su tratamiento, el futuro del proyecto es incierto. Es que Juntos por el Cambio rechaza la propuesta. "Los argentinos hoy necesitan trabajar más por el desastre económico que dejó el Gobierno", le dijo en aquel momento el jefe de la bancada, Alfredo Cornejo a este medio. Y continuó: "Con un sueldo no alcanza. Es insólito que vengan a proponer esto".

Juntos por el Cambio no acompañaría la reducción de la jornada laboral.

Mientras la Vice encabeza actos, participa de encuentros a puertas cerrada, recibe a dirigentes en su despacho del Senado y hasta da entrevistas televisivas, la Cámara que lidera registra una actividad casi nula.