Hubo insultos para Osvaldo Pugliese, quien cruzó duros gestos con Zúccaro. También intentos de agresiones entre seguidores de ambos dirigentes. El intendente pidió “paz y concordia”.
La de este martes de 10 de diciembre de 2013 fue un acto de asunción de los nuevos ediles cargado de tensión. Se sentía en el aire. Y se plasmó después.
Las miradas se posaron en qué pasaría en el encuentro entre el intendente Humberto Zúccaro y el ex jefe de gabinete y ahora concejal opositor Osvaldo Pugliese, con quien Zúccaro mantiene una fuerte disputa desde que el ex funcionario dejó su cargo, hace 5 años.
Pero, además, tanto Zúccaro, aunque en voz baja, y Pugliese, de manera más pública e incluso en las redes sociales, se han encargado de sostener y agrandar esas diferencias, que ya parecería que llegan a lo personal.
Pasadas las 10:33 de la mañana, Zúccaro arribó al Concejo Deliberante para encabezar el acto de jura de los nuevos ediles. Como suele hacer en este tipo de ocasiones, comenzó a saludar a uno por uno. Un apretón de manos, y una palmada en la mejilla a casi todos.
Cuando llegó el turno de Pugliese, el jefe comunal extendió su mando, pero el concejal la eludió y se acercó al oído del intendente. “Escuchame”, sólo se llegó a percibir por parte de Pugliese, quien luego bajó el tono de voz y le susurró algunas palabras al mandatario. El intendente retiró el rostro, pero Pugliese insistió y volvió a acercarse y a decir algo más. Zúccaro lo miró, no sonrió, y le dejó varias palmadas en la cara a Pugliese antes de irse.
-¿Qué le dijo al intendente en el saludo?-, preguntó Pilar de Todos a Pugliese.
-Nada, es algo privado-, esquivó Pugliese.
Zúccaro tampoco quiso hablar sobre el tema. “Es algo que quedará entre nosotros, es íntimo”, respondió el jefe comunal más tarde, luego del acto.
Pero los cruces entre ambos no terminaron ahí. Fueron más de una las miradas de pocos amigos que se dedicaron, e incluso Pugliese volvió a señalar con el índice alzado a Zúccaro cuando desde la tribuna comenzaron a llover insultos y silbidos contra él, casi como responsabilizándolo sobre la situación.
La tensión entre ambos terminó de reflejarse entre los concurrentes. Cuando Pugliese se acercó a jurar, comenzaron a aparecer insultos de todo tipo contra su figura, provenientes de un grupo de seguidores del intendente. Pero personas presentes del entorno del concejal respondieron, y fueron más de uno los golpes y manotazos que volaron por el aire. Si hasta fue necesaria la intervención de José Molina, Director de Seguridad Vial de la Provincia, para que las aguas se calmen, aunque sea un poco.
Desde el escenario, a la hora de hablar, Zúccaro pidió dejar de lado “odios y rencores”, palabras que casi parecían tener como destinatario a Pugliese, y señaló que “ya vendrán los tiempos de las elecciones”. “Los concejales fueron elegidos para que cumplan su labor, con autonomía, pero con la posibilidad de sentarnos en una misma mesa para trabajar en lo que pueda ser útil y positivo para Pilar. Ya habrá épocas de elecciones, pero más que nunca hoy me ofrezco a ser el símbolo de la paz, la concordia y la unidad de todos los pilarenses. Les pido a todos que dejemos de lado odios y rencores", expuso Zúccaro en el acto.
Antes, los 12 ediles electos tomaron jura, y fue así que pasaron Ricardo Male, Alberto Zapata, Guillermina Sánchez, Alfredo Hermida y Marcela González (Frente Renovador), Santiago Laurent y Juan Luna (FpV), Gustavo Trindade y Hugo Rosso (Unión Popular), Nicolás Ducoté y Pugliese (Denarvaísmo), y Sebastián Pérez (Frente Social).
El kirchnerismo se hizo sentir fuerte
Las juras de los kirchneristas Santiago Laurent y Juan Luna fueron de las más festejadas por los concurrentes, no solo los presentes en el recinto de sesiones, sino por la numerosa cantidad de militantes que se reunieron en los pasillos y la puerta del Palacio Municipal.
El primero en jurar fue Laurent, quien gritó fuerte "por Néstor y Pilar, sí juro", y fue uno de los más aplaudidos. Tanto canto y bombo que provenía desde afuera del recinto por parte de los militantes del FpV, entre los que había un nutrido grupo del Movimiento Evita, obligó a los organizadores del acto a tener que cerrar las puertas del Concejo, para poder escuchar las alocuciones.
Luna, en tanto, juró por "los trabajadores, los desaparecidos, Néstor y Cristina", en medio de un fervor que contagió a varios.
"Estamos convencidos que se abre un nuevo espacio de discusión y debate dentro del Concejo Deliberante, donde se prioricen las necesidades de los vecinos y no se trabaje a espaldas a ellos", señalaron desde el kirchnerismo de Pilar.
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