En la provincia litoraleña “se pelea codo a codo contra el dengue, por la cooperación de las autoridades sanitarias que están trabajando en conjunto con organizaciones sociales, los Municipios y la Policía”, informó en Radio Gráfica, Julio Moyano, periodista y director de Radio El Libertador de la ciudad de Posadas.
En diálogo con Panorama Federal, Moyano subrayó que “las zonas más afectadas, si tenemos que hacer referencias geográficas, son desde el centro de la Provincia hacia el norte”.
Hasta el momento, la Provincia cuenta con 2.200 casos sospechosos de dengue y con 75 casos positivos. Las localidades más complicadas son Oberá, Andresito, Libertad y Puerto Iguazú. “Son pocos los casos detectados en Posadas”, indicó el corresponsal, pero advirtió que “hay que tener en cuenta que la mayor epidemia se dio en el 2015, y fueron 13 mil las personas afectadas por el serotipo DEN-1”. Por esta razón, “estas personas hoy tienen inmunidad para ese serotipo, pero se puede complicar con la aparición de los restantes tres”, explicó.
“Las zonas más afectadas, si tenemos que hacer referencias geográficas, son desde el centro de la Provincia hacia el norte”
“Hasta el momento hay sesenta y siete casos con el serotipo DEN-1, y el resto es del tipo DEN-2 que son importados”, detalló el cronista desde Posadas.
Moyano afirmó que por el momento “la situación está controlada con fumigación, descacharrizado y concientización en los setenta y seis municipios de la Provincia. Esa es la receta que se aplica en la ‘tierra colorada’”.
El pasado lunes (24 de febrero), el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, se reunió en Buenos Aires con el Ministro del Interior Wado de Pedro, y juntos acordaron que el Gobierno Nacional atenderá las demandas de la Provincia con recursos económicos para continuar la tarea de prevención. El corresponsal confió que “Herrera Ahuad le hizo saber al Ministro ‘que Misiones está conteniendo el dengue de dos grandes países’”.
“Es que los misioneros estamos haciendo un trabajo tremendo para que esta enfermedad no ingrese a la Provincia ni se propague en la frontera”, destacó Moyano.
La situación en Paraguay es crítica: hay dieciséis muertes por dengue y cuatro mil doscientos contagios, incluido el presidente de ese país, Mario Abdo Benítez, y su esposa.
“Los misioneros estamos haciendo un trabajo tremendo para que esta enfermedad no ingrese a la Provincia ni se propague en la frontera”
Hay que tener en cuenta que en América Latina “hubo un aumento de esta enfermedad en lo que va el año”, alertó el director de Radio El Libertador, y añadió que el año pasado “en todo el continente americano se reportaron más de tres millones de casos”.
“Sólo en Brasil hubo dos millones doscientos mil y el número de fallecidos ascendió a 789”, precisó el periodista.
“En estos dos primeros meses del 2020 hay reportado en toda América cincuenta mil casos y 86 fallecimientos, en el Cono Sur 44, 29 en la subregión Andina, 12 en Centroamérica y una muerte en El Caribe”, puntualizó.
El ciclo vida del mosquito aedes aegypti comienza en el agua estancada, posteriormente, el huevo se convierte en larva y luego forma la pupa, que es donde se transforma en el mosquito listo para la reproducción. Tarda en promedio de 10 a 13 días en desarrollarse y vive solo un mes, ilustró el periodista.
En América Latina “hubo un aumento de esta enfermedad en lo que va el año”
Cuando el microorganismo todavía es huevo puede permanecer hasta ocho meses inactivo, pegado sobre la línea del agua estancada. “Por eso es importante el descacharrizado”, insistió Moyano, y agregó que “incluso, este mosquito (cuando aún está en fase de huevo) puede estar en lugares secos y fríos hasta encontrar las condiciones ideales para transformarse en larva, y en esta instancia necesita calor y estar cubierto por agua”.
Cuando es larva se alimenta de bacterias y hongos presentes en el agua y en tan sólo cinco días se convierte en pupa. De allí tarda entre dos y tres días para ser mosquito, que ya hecho adulto, está listo para volar y reproducirse, explicitó el corresponsal. Por lo tanto, “va a necesitar de sangre humana y de animales, momento donde ocurre la transmisión de las enfermedades”, esclareció.
“Es muy importante saber que, en promedio, una hembra del mosquito puede producir unos tres mil huevos en todo su ciclo reproductivo”
El mosquito aedes aegypti pica de día, especialmente a la mañana y a la tarde. Vuela bajo como máximo a un metro de distancia del suelo por lo cual ataca piernas, tobillos, pies y su picadura no suele doler ni causar comezón.
El director de la radio posadeña evidenció que “históricamente, desde los años 600 d.c., los chinos ya conocían esta enfermedad”, y continuó: “con el paso de los siglos y las migraciones vía marítima, el dengue se fue propagando al resto de los continentes”. En esas travesías el mosquito se mantenía vivo en los depósitos de agua de las bodegas de los barcos. La epidemia comenzó en los años 1700 asolando África, Asia y América del Norte.
En el siglo XX aparece otra epidemia en la región de El Caribe y en Venezuela, luego Jamaica sufre una epidemia y termina diseminándose por la mayoría de las Islas caribeñas.
Ya como historia reciente, hay que remitirse “al año 2008 en Rio de Janeiro, donde hubo 30 muertos en menos de 3 meses, y un año más tarde se produce una epidemia en el sur boliviano, en Santa Cruz de la Sierra, que afectó a más de cincuenta mil personas”, reseñó el periodista.
En febrero del 2009, en Argentina la epidemia se expande en toda la provincia de Chaco con 14.500 afectados. El corresponsal recordó que para esa época “se da a conocer una teoría impulsada por el ingeniero agrónomo Alberto Lapolla, quien falleció en el año 2011, ‘que vincula la epidemia de dengue de ese año con la sojizacion y la utilización del glifosato’”.
“La expansión sojera y el glifosato hicieron desaparecer a los depredadores naturales de los mosquitos, como lo son los sapos, las ranas y los escuerzos”
Fue en ese momento “que se produce una invasión de mosquitos de la especie aedes y culex que duró más allá del verano”, evocó.
Por último, Moyano se lamentó del proceso de “expansión sojera y el glifosato, que hicieron desaparecer a los depredadores naturales de los mosquitos, como lo son los sapos, las ranas y los escuerzos”. También produce otro efecto: “la destrucción del equilibrio ambiental, pues ganar terreno para la plantación de soja implica la deforestación en toda la región”, concluyó.
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