El cepo hard fue una medida acordada. En Casa Rosada están dispuestos a sumar al equipo económico de Alberto Fernández a próximo encuentro con el FMI.
Fue una señal a los mercados, a la sociedad y a la dirigencia. Mauricio Macri y Alberto Fernández descomprimieron la tensión económica y política acumulada durante una extenuante campaña que abarcó casi todo 2019. La fumata blanca de una hora que escenificaron ayer en Casa Rosada fue el resultado de una permanente red de contactos entre los equipos económicos de ambos presidentes que, tras confirmarse el triunfo de Alberto en primera vuelta, gatilló la primera cláusula de ese acuerdo de confidencialidad para timonear la transición: endurecimiento del cepo cambiario.
Hernán Lacunza se comunicó en las últimas horas con Matías Kulfas para transmitirle un saludo formal por el resultado electoral y ponerse a disposición, tal cual hizo Macri con el nuevo presidente electo, hasta el 10 de diciembre. Además de preservar las reservas del Banco Central, prioridad uno fijada por Alberto F. a su colectivo de economistas, el objetivo del acuerdo entre peronistas y macristas para endurecer el cepo apuntó a evitar una nueva espiral devaluatoria e inflacionaria.
Superada la campaña, y tras el áspero discurso de Axel Kicillof en la noche del domingo hablando de “tierra arrasada”, en la Casa Rosada y en Frente de Todos empiezan a definir objetivos en común hasta el 10 de diciembre. En el Ministerio de Hacienda de Lacunza tienen un objetivo de máxima. Acordar una misión conjunta del macrismo y el peronismo con destino a Washington para buscar una reestructuración negociada de la deuda ante al Fondo Monetario Internacional. Pero en el búnker del presidente electo en la calle México, San Telmo, no parecen dispuestos por ahora a avanzar tan de prisa.
Un eventual viaje de Lacunza y Guido Sandleris, jefe del Banco Central, con el equipo económico de Alberto F. a Washington en noviembre obligaría al nuevo presidente a apurar la definición de su gabinete. Primer obstáculo. El triunfo con el 48% de los votos, más acotado de lo previsto, podría provocar algún cambio de nombres en el futuro staff del gobierno albertista. Y más allá de Kulfas o Cecilia Todesca, en la calle México siguen esperando a Roberto Lavagna para ocupar Hacienda. Para operar una mayor apertura de su staff de gobierno deberá, además, lograr consensos internos en el pan peronismo, incluido el kirchnerismo.
La indefinición del gabinete económico no es el único impedimento. Hasta ahora, el presidente electo señaló al FMI como corresponsable de la fuga de divisas que se generó después de su desembolso de 44.000 millones de dólares. Más allá de la reestructuración de los plazos de pago ante el organismo internacional, el peronismo debe resolver si aceptará el desembolso pendiente de 5.400 millones que debería ejecutar la nueva dirección del FMI ahora a cargo de Kristalina Georgieva. Por el momento, sólo Emmanuel Alvarez Agis viajó como líbero, sin mandato formal de Alberto F., a Washington para mantener contactos informales con el FMI y los fondos de inversión.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, que ahora trabaja para recuperar el histórico préstamo desembolsado en Argentina, felicitó ayer a Fernández por su triunfo electoral y le manifestó la voluntad del organismo de “colaborar con su administración para enfrentar los desafíos económicos de Argentina”. El presidente electo respondió la gentileza y fijó como prioridad que el país vuelva a crecer antes de volver a trabajar con el organismo: “Muchas gracias @KGeorgieva por su saludo. Los argentinos también esperamos salir lo antes posible de esta crisis para volver a crecer y que eso nos permita cumplir con nuestros compromisos, además de tener una economía sólida que nos beneficie a todos”.
En lo político, Macri y Alberto designaron una mesa de coordinación. Rogelio Frigerio estará a cargo del enlace con Santiago Cafiero. El jefe de campaña del presidente electo coordinará a Eduardo “Wado” De Pedro, a Gustavo Béliz y a Vilma Ibarra. En la reunión de ayer en Casa Rosada sólo hubo café. “Esta mañana recibí en la Casa Rosada al presidente electo, Alberto Fernández. Mi equipo y yo estamos a disposición para trabajar juntos y lograr una transición democrática que beneficie a todos los argentinos”, expresó Macri a través de un mensaje en su cuenta de Twitter.
La reunión, que duró poco más de una hora. Alberto F. llegó a las 10.30 acompañado de su vocero, Juan Pablo Biondi. Tanto a la entrada como a la salida de la Casa Rosada, Fernández se fundió en un abrazo con Víctor Bugge, el histórico fotógrafo de la Presidencia de la Nación.
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