Casi todo el mundo recuerda que durante la última Eurocopa que se disputó en junio pasado, el jugador portugués Cristiano Ronaldo, en una rueda de prensa, apartó de la mesa dos botellas de Coca Cola que la organización había colocado junto a los micrófonos.
El gesto de Ronaldo invitando a beber agua antes que Coca Cola tuvo una enorme repercusión mundial, hasta el punto que supuso unas pérdidas millonarias para la marca, según se desprende de la evolución de las acciones y del precio de la compañía antes y después del gesto del portugués.
Desde luego, no hay ningún parecido, ni físico ni futbolístico, entre el goleador portugués y el Ministro de Salud Pública de Salta, señor Juan José Esteban, a quien (con cierta generosidad) se podría definir como un portly fellow.
Pero las diferencias escapan a los estereotipos físicos y se proyectan hacia las preferencias escenográficas. Ronaldo no quiere tener botellas de Coca Cola a su alrededor, porque entiende que las bebidas carbonatadas no son buenas para la salud, y al ministro Esteban -encargado de velar por la salud pública de todos los salteños- parece que le da igual.
Aunque el impacto de estas bebidas sobre la salud es todavía objeto de una agitada controversia científica, no está demás recordar que un estudio más o menos reciente de la Escuela TH Chan de Harvard de Salud Pública puso de manifiesto que las personas que ingieren grandes cantidades de bebidas azucaradas (incluyendo líquidos carbonatados y zumos) se enfrentan a un "moderado" mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2; en concreto un 16% más. Este estudio afirma haber monitorizado durante nada menos que 26 años el consumo de 192.000 participantes a los que se evaluaba su salud general cada cuatro años.
Aun sin considerar estos datos, siempre es preferible que si el Ministro de Salud debe fotografiarse con alguna bebida (lo cual no es, por supuesto, imprescindible) lo haga con agua, como Cristiano Ronaldo.
Una botella de plástico con Coca Cola sobre la mesa no es precisamente el mejor mensaje que un Ministro de Salud puede enviar, ni al páncreas de las personas ni al medio ambiente.
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