Hay reemplazantes macristas para Interior, Jefatura, Cancillería y Capital Humano. Los tres pilares del mileísmo. El acuerdo programático arranca en el Congreso.
Por Sebastián Iñurrieta
"(Guillermo Francos) está firme como rulo de estatua". El respaldo de Javier Milei a su ministro del Interior, que llevaba pocas horas en Roma con él, no fue azaroso en medio de la entrevista que brindó a Radio Mitre. En la misma charla, el Presidente venía de confirmar que, como visceral reacción al derrumbe de la ley ómnibus, había tomado la decisión de hacerle caso a Mauricio Macri y avanzar en una fusión programática entre La Libertad Avanza y el PRO, tal como quedó reflejada en la sesión parlamentaria para el recuerdo. El apoyo al funcionario de ADN peronista fue para marcarle ciertos límites a su antecesor que no quiere nada que se le parezca al PJ en el Gobierno.
Si bien Milei habría tomado la decisión de dejar el gabinete fuera de la mesa de negociación con Macri, desde que el gobierno libertario desembarcó en la Casa Rosada se sabe qué ministerios mira con entusiasmo el exmandatario. El caótico armado de la administración mileísta fue seguido desde lejos por Macri, luego de que Patricia Bullrich negociara por su parte el regreso a Seguridad, llevando a su excompañero de binomio Luis Petri a Defensa. Lo que pretendía arreglar primero el fundador del PRO, antes de un acuerdo de coalición, era garantizarse el control de la Cámara de Diputados.
No es ningún secreto que el expresidente pretendía a Cristian Ritondo como titular de la Cámara baja, mientras que Francos (el ala "dialoguista" del Gobierno) impulsaba a Florencio Randazzo, uno de los federales que podía ser determinantes en el arbitraje de las leyes en el recinto. Ganó la tercera posición, la interna: desde LLA le insistieron a Milei que ese lugar debía ser ocupado por uno propio, como marca la tradición. Macri en la era de Cambiemos no metió un radical, por ejemplo. Su reproche a Emilio Monzó vino después, al igual que la supuesta traición de gobernadores peronistas que denuncia en su libro Primer Tiempo.
Ese es el consejo que se le atribuye del expresidente a Milei: "No te confíes de los peronistas, te van a cagar". La respuesta fue susurrada hace poco también a oídos del Presidente: "Mauricio te va a cagar", le dijeron, con la enumeración reciente de Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich, dos heridos por el líder del PRO en 2023.
"Vamos a ganar las elecciones. Pero en caso de que eso no pase y gane él (Milei) las elecciones, espero que nuestra coalición apoye cualquier reforma razonable en el Congreso para que Argentina deje atrás este sistema tramposo en el que estamos atrapados. Y como nosotros vamos a ganar, los liberales también nos van a ayudar a nosotros para aprobar los proyectos", auguró Macri en octubre pasado en una charla en Harvard. Así como Cristina Fernández de Kirchner instaló prematuramente la idea electoral de tercios, su sucesor visualizó que era necesario sellar un pacto entre LLA y el PRO.
Ese acuerdo que estuvo cerca de hacerse realidad en la previa de 2023: Milei pretendía confluir con la parte de Juntos por el Cambio que no es "socialdemócrata" (el término es amplio ya que incluye, por caso, a Larreta y a gran parte del radicalismo). Ya en campaña por Milei, en la antesala del ballotage, el latiguillo macrista era que si había cosas del libertario que al electorado de JxC "no le gustan", siempre podía ser "controlado" por el Congreso. Nunca habló de amalgamarse en el Ejecutivo. Al menos en público.
Los blancos de Macri
Con la lógica macrista, si avanzara el acuerdo LLA-PRO, Martín Menem debería ser el primer preocupado. En Balcarce 50, sin embargo, hacen cuentas. "No es tan fácil reemplazar al presidente de la Cámara, más si la oposición hace su juego y termina Máximo Kirchner al frente de Diputados", argumentan en un despacho dialoguista. Con números en rojo en el recinto, si no se quiere ayuda de la UCR, lo natural sería que Ritondo -el pretendido por Macri- quedara al frente de un eventual interbloque oficialista.
Francos trabaja hace dos meses con la hipótesis que Macri no lo quiere en ese lugar. Por eso el choque fue tan inmediato: Ritondo versus Randazzo. La incorporación de Daniel Scioli a su equipo la semana pasada, que sirvió para despejar uno de los tantos rumores de salida del ministro del Interior, fue una mojada de oreja al expresidente. En señal de desagravio, renunció el subsecretario de Deportes de la Nación, Ricardo Schlieper. Se comenta que Macri no quería que se fuera: por decoro, el cargo está aún vacante a la espera que lo ocupe un macrista.
Con el respaldo presidencial de este sábado y agenda compartida en el Vaticano, todo indica que seguirá en el banco de suplentes de esa cartera Diego Santilli. La expaloma de JxC suena como el candidato de Macri para Interior. El diputado fue uno de los más férreos defensores de la ley ómnibus, más aún incluso que algunos libertarios. El exprecandidato a gobernador bonaerense no es el único miembro del disuelto team larreta que suena para el gabinete de Milei.
En teoría, Macri apunta alto. La Casa Rosada cree que hasta le gustaría reemplazar a Nicolás Posse, el jefe de Gabinete de extrema confianza de Milei y con pasado en común. En modo silencioso, el ex-Corporación América pobló de gente de confianza toda la administración, lo que llevó al choque de frente con Guillermo Ferraro, al nombrarle los titulares de las empresas públicas mientras demoraba aprobarle el organigrama al exministro de Infraestructura. El reemplazante macrista sería Guillermo Dietrich, una figura que ya fue vetada supuestamente por Milei cuando se lo mencionaba como responsable de Transporte, un lugar que fue para Franco Mogetta, cuyo pecado original hoy es ser cordobés.
Mogetta zafó, por ahora, de la razzia que se cargó a Osvaldo Giordano en la ANSES y Flavia Royón en Minería. Para el primer hueco debería tener prioridad Sandra Pettovello, quien respaldó al cordobés a quien ubicó en primer lugar en el organismo al vetar a Carolina Piparo.
Para la ministra de Capital Humano, amiga presidencial y con despacho en la quinta de Olivos, también hay una suplente macrista: María Eugenia Vidal. Experiencia tiene: la exgobernadora bonaerense dirigió Desarrollo Social cuando Macri fue jefe de Gobierno porteño. LLA ya pactó en parte con ella: es vicepresidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales y desde ahí se convirtió en otra férrea defensora del articulado de la ley ómnibus en particular y de Milei, en general.
"Sería muy extraño que Milei entregara a sus propios", reflexionan en uno de los ministerios en juego. Posse acompaña al economista desde que era asesor en el grupo Eurnekian; lo mismo que Francos. Sin dar el nombre de Pettovello, en 2022 Milei ya pensaba en su amiga para el área social de su eventual Gobierno, cuando no muchos creían que llegara a ser Presidente. "Falta que Mauricio quiera reemplazar a Karina (Milei)", ironizan en otro despacho. Llamativamente de los Caputo (Toto y Santiago) todavía no se habla.
Herido, se cree que a Macri tampoco le desagradaría reemplazar a Bullrich en Seguridad. Para ese lugar no hay nombres tallados en piedra. Durante la crisis por el enojo de China, trascendió que el exmandatario no aprobaba la gestión de Diana Mondino. En el peor momento de la economista del CEMA, Federico Pinedo se mostraba rodeado de diplomáticos. Como coordinador argentino del G20, el exsenador está armando un impresionante portfolio con embajadores.
MIlei regresará al país después de ver al papa Francisco el lunes en audiencia. El mandatario se anticipó al contacto en Roma que contó Letra P las palomas buscaban tener con el Presidente para calmar su enojo. Pettovello ya le había dicho por teléfono que quería que Giordano se quedara, pero el Jefe de Estado insistió con la dignidad y lo echó. La tropa cordobesa que persiste en sus cargos remarca, para justificar su continuidad, que no hubo un acuerdo marco entre el libertario y Martín Llaryora.
Lo cierto es que la depuración quedó a mitad de camino. Con Milei en la Argentina, restará que Macri abandone su refugio en el sur para avanzar en la fusión LLA-PRO y sus verdaderos alcances.
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