El debate minero se pone caliente en Legislatura. Hay más voces a favor que en contra de Hierro Indio, pero la mina de cobre deberá esperar a que concluyan informe de glaciares.
El debate minero hace calentar los ánimos en la Legislatura. Mientras un grupo de legisladores (tanto del oficialismo como de la oposición), además de empresarios y Gobierno, impulsa el desarrollo de dos iniciativas en Malargüe (Hierro Indio y Cerro Amarillo, para explotación de cobre) otro grupo, formado por legisladores y ambientalistas, intenta desmenuzarlos, ponerlos debajo de una gran lupa y leer hasta la última letra chica en busca de incompatibilidades con la leyes de protección del ambiente vigentes: la provincial 7.722 (cuidado del agua) y la nacional 26.639, de inventario de glaciares.
En este contexto, en donde existen muchos intereses en juego, los legisladores pudieron sacar ayer algo en limpio: la etapa de prospección y exploración de Hierro Indio tiene muchas posibilidades, mientras la de Cerro Amarillo entró en un compás de espera, que podría ser de hasta 6 meses.
Esto porque a Cerro Amarillo le falta un documento fundamental para que los legisladores decidan si es viable o no: el inventario final de glaciares que alimentan la cuenca del Río Grande. El proyecto Cerro Amarillo involucra al río Grande en 85% y en 15% al Río Atuel.
Por esto, se decidió continuar con el tratamiento de Hierro Indio y poner en un compás de espera a Cerro Amarillo hasta que lleguen los informes.
Luz verde para Hierro Indio
En el plenario de las comisiones de Ambiente e Hidrocarburos que se llevó adelante ayer en el Senado, participaron dos organismos de consulta fundamentales para definir acerca de la utilización de agua en estas iniciativas, Irrigación (DGI) y el Ianigla.
Tanto Mario Salomón, director de Planificación y Recursos Hídricos del DGI), como el director del Ianigla, Ricardo Villalba, explicaron que no se afectan los recursos hídricos de la provincia en la etapa de prospección y exploración de la mina de hierro.
Salomón explicó que no hay napas subterráneas afectadas. “Nosotros no vemos complicaciones superficiales ni subterráneas. Hay que dejar en claro que esta mina ya fue explotada”, sentenció, y agregó que el sector a explorar está totalmente fuera del área de glaciares y periglaciares, y que no existen acuíferos afectados.
“El cauce más cercano es el río Atuel, que está a 2,3 kilómetros de la mina”, subrayó el funcionario.
En tanto, Villalba aportó acerca del estudio de los glaciares que alimentan las cuencas del Atuel que en la etapa no involucra a los afluentes de este curso de agua. La razón es que la altura de los glaciares es de 2.832 metros, mientras Hierro Indio se encuentra a 2.400 metros de altura. Y aclaró que no son el departamento de aplicación de la ley de inventario de glaciares, pero sí son los encargados de proveer la información a quienes tienen que tomar las decisiones. El Ianigla es el organismo encargado de realizar un exhaustivo estudio de los glaciares no sólo de la provincia, sino de todo el país. En lo que concierne a Mendoza, tienen una porción de este estudio terminada, específicamente las que corresponden a las cuencas de los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel. Sin embargo, aún falta concluir el inventario de los glaciares que alimentan a los ríos Malargüe y Grande.
Los ministros Marcos Zandomeni, y Guillermo Elizalde aportaron lo suyo, explicando el bajo impacto ambiental que tendrá esta etapa del proyecto Hierro Indio. Dijeron que la prospección (estudio del terreno sin toma de muestras) se realiza a través del método magnético, no utiliza agua ni impacta en la tierra.
En el momento de exploración sí hay impacto, porque se realizan perforaciones para tomar muestras del material.
Hubo cuestionamientos del radicalismo (Alejandro Molero) y de la Izquierda (Noelia Barbeito), quienes pidieron aclaraciones acerca de la etapa de Prospección y de la de Explotación. Según interpretaron, no son lo mismo y necesitarían dos Declaraciones de Impacto Ambiental diferentes.
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