Guzmán hablará sobre la deuda, las posibilidades de cerrar un acuerdo con un porcentaje alto de los tenedores de bonos, responderá preguntas y conversará con Jason Marczak, director del Adrienne Arsht America Center.
De China a Estados Unidos. De Buenos Aires, a Vaca Muerta. Y así. El ministro Guzmán volverá a Wall Street esta semana. Será mediante una visita virtual a uno de los think tanks más conservadores de los Estados Unidos como es el Atlantic Council. Guzmán hablará sobre la deuda, las posibilidades de cerrar un acuerdo con un porcentaje alto de los tenedores de bonos, responderá preguntas y conversará con Jason Marczak, director del Adrienne Arsht America Center. Para tomar dimensión de qué ribetes ideológicos impregnan ese reducto del pensamiento, el 23 de abril de este año el inefable Juan Guaidó fue presentado allí como presidente interino de Venezuela. Pero quizás todos hayamos conservado otro recuerdo más inquietante de este celebérrimo ámbito: en 2018, en septiembre, un martes a la noche, de visita en los Estados Unidos, el ex presidente Macri se permitió bromear con ese amor de primavera que todos tenemos -o del otoño neoyorquino-, al recibir un premio como “Ciudadano Global 2018” por “su labor al servicio de la cooperación internacional”. “No sé cómo describirlo, porque estamos hablando de estos enamoramientos”, comenzó el expresidente en aquella oportunidad. “Hemos empezado una gran relación. También con Christine debo confesar que hemos iniciado una gran relación ya desde hace unos meses y espero que funcione muy bien y que lleve a que todo el país termine enamorado de Christine”, dijo Macri y arrancó risas del auditorio: era el Atlantic Council. El “enamoramiento”, en rigor, lo confesó aquella noche Adrienne Arsht, la empresaria y filántropa que entregó la distinción a Macri. Seguramente el evento será cubierto en su totalidad por un prestigioso medio como es el Wall Street Journal. Precisamente un artículo de este matutino fue utilizado hace unos días por el líder de MercadoLibre, Marcos Galperin, para entender cómo cambian las cosas en el mundo empresario. Desde su cuenta de Twitter, Galperin recomendó un artículo que “…ilustra los problemas que enfrentan las grandes empresas industriales para adaptarse a un mundo cada vez más digital”. La pieza en cuestión se titula “La atenuación de los sueños audaces de GE (General Electric Co.)”, escrito por Ted Mann y Thomas Gryta, y allí se describen las dificultades que tuvo el CEO de la empresa Jeff Immelt para lograr que el gigante estadounidense, conocido por su línea de electrodomésticos, pueda crear software. Vale meternos un poco más: según el artículo, la visión de Immelt iba en el sentido correcto porque quería que General Electric pudiese desarrollar aplicaciones, combinarlas con sus productos y recolectar información de los usuarios, es decir, hacer big data, pero parece que su equipo no contaba con los conocimientos necesarios. Así que la empresa comenzó a recortar presupuesto de algunas de sus ramas tradicionales para desarrollar la nueva veta de la compañía. Hubo innumerables problemas hasta que finalmente Immelt dejó el cargo. Recién ahora, la división digital de GE está logrando no perder plata…
El que seguramente no pierde es el titular de Pampa Energía, Marcelo Mindlin. Semana con éxitos cosechó el ex-IRSA. Por un lado, a través de una resolución, la Secretaría de Energía de la Nación autorizó a la compañía Pampa Energía como nuevo titular en su carácter de agente generador del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), en el Parque Eólico Las Armas y el Parque Eólico de La Bahía, localizados en la provincia de Buenos Aires. Por otro, avanza el emprendimiento de viviendas premium (mega torre) que la empresa Compañía Buenos Aires SA, de la familia de Marcelo Mindlin, construirá donde está el conocido restaurante-bar Selquet, frente a los bosques de Palermo. Legisladores del Frente de Todos elevaron un pedido de informes al Ejecutivo porteño para que explique el “sorprendente otorgamiento de la factibilidad urbanística”. De todas formas hay quienes podrían decir (con cierta liviandad) que, después de todo, a Mindlin no le fue tan bien, sino no se explica que haya salido del Top 50 de los argentinos más ricos que rankea Forbes, junto con las familias Vicentin y Ayerza. En estas pujas, el empresario petrolero Alejandro Bulgheroni, del grupo Pan American Energy, escaló a la primera posición, con una fortuna valuada en u$s5.400 millones, unos u$s800 millones menos que en 2019. El mayor crecimiento patrimonial lo experimentó Galperin, con un salto del 68% en el año, hasta alcanzar los u$s4.200 millones, con lo que alcanzó el segundo puesto a nivel local entre los más ricos (se llegó a aclarar en la semana que el líder de Mercado Libre fue el número uno según el ranking de Forbes Estados Unidos, porque la diferencia en la valoración, se explicó, consistió en que la versión local toma en cuenta las fortunas familiares y no las individuales). Si se suma a la familia de Gregorio Pérez Companc, que está en el cuarto lugar, con una fortuna u$s2.700 millones. En el quinto puesto quedó Alberto Roemmers, y detrás Hugo Sigman y Silvia Gold, el matrimonio que controla el Grupo Insud. Del sexto al décimo lugar se ubicaron Jorge Pérez (u$s1.900 millones), los hermanos Werthein (u$s1.900 millones), Edith Rodríguez (u$s1.700 millones), Eduardo Eurnekián (u$s1.100 millones), Luis Pagani (u$s920 millones, Arcor) y Francisco De Narváez (u$s920 millones, accionista de Tía, TaTa, Multiahorro, San Roque y El Cronista Comercial.) Lionel Messi, es otro de los que junto a Galperín mostró un crecimiento este año y alcanzó los u$s500 millones. Su vínculo con Barcelona actualmente expira a mediados de 2021 y tiene una cláusula de rescisión de 700 millones de euros, cifra inalcanzable para cualquier institución del mundo, incluido el Inter. Prácticamente lo mismo registró Máximo Cavazzani, al frente de Etermax.
Con todo hay un detalle más importante que la saga millonaria. Se estima que las 50 mayores fortunas de la Argentina, todas ellas por encima de los u$s300 millones, a través de las participaciones que tienen en sus múltiples empresas originan alrededor del 14% del PBI. Para terminar, dos sectores (pero son más) complicados de la economía. Uno, vía zoom, un encuentro, del que participaron el presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Daniel Herrero (Toyota), y los de las terminales Fiat, Cristiano Rattazzi; Ford, Martín Galdeano; General Motors, Federico Ovejero; Mercedes Benz, Manuel Mantilla, y Peugeot, Rodrigo Pérez Graciano, y, a través de Zoom, lo hizo Andrés Ramírez Rojas (Scania). En esa reunión virtual hicieron de anfitriones el ministro Marías Kulfas, y los secretarios generales de los gremios mecánico (Smata) y metalúrgico (UOM), Ricardo Pignanelli y Antonio Caló, acordaron dar fuerte impulso al desarrollo del autopartismo nacional, el aumento de las exportaciones y la promoción del proyecto de ley autopartista para declarar “estratégico” a ese sector para el país. Menos opinado, el sector de alimentos, bebidas y lácteos parecen atravesar una crisis de dimensiones particulares. En mayo, el rubro de los yogures, postres y quesos exhibió una caída del 23,1 % en mayo respecto al mes de abril, bajando de 11,1 a 8,5 toneladas comercializadas. La ecuación es difícil porque los salarios representan más del 60% y tienen insumos en dólares. También las bebidas tuvieron su fuerte descenso (agua mineral cayó 40% y las gaseosas en torno a un 20%). “Estamos frente a la crisis más severa de la historia”, señaló el Centro de la Industria Lechera (CIL). Se trata de un sector sumamente atomizado donde Mastellone y Saputo mantienen un 11,8% y 11,5% del universo en el ranking de leche producida, y después vienen Williner Ilolay, Sancor, Noal, García Hnos, Nestlé, Milkaut y Danone con participación que va del 4,9% al 2,2%. La crisis, que es transversal a la economía, hace más duro el desafío de salir. Esta semana el Gobierno buscará tomar la iniciativa. Claro, eso después de cerrar el capítulo de la deuda.
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