El cementerio municipal de laciudad capital estuvo abierto desde primera hora, aunque la gente empezó a llegar a media mañana, debido a la lluvia.
Los primeros en llegar fueron los vendedores de flores, que ven en este día la oportunidad de obtener una ganancia mayor a la habitual, por lo que las calles aledañas a la Necrópolis quedaron literalmente invadidas de pequeños puestos, que ofrecían todo tipo de flores, naturales y artificiales, con distintos precios (ver aparte) para que la gente pueda llevarles a sus familiares sepultados.
El clima hizo que el movimiento comience de manera pausada, debido a que llovió hasta las 8.00 y entonces la gente esperó para dirigirse al cementerio, aunque ya a las 10.00 se observaba una importante cantidad de fieles.
En la capilla ubicada en el acceso, se rezaron misas durante toda la jornada, pero se destacó, especialmente, la que fue presidida por el Obispo Diocesano de Catamarca, Monseñor Luis Urbanc, a las 9.00, mientras que el Presbítero Molas, capellán del cementerio municipal, celebró otra a las 11.00. Durante el resto del día continuaron los recordatorios.
Los visitantes aprovechan el día, no solo para recordar y rezar ante las tumbas de sus seres queridos, sino que también de paso las limpian, renuevan algunos souvenires, les dejan flores y se encargan de limpiarlos.
Las avenidas del cementerio se vieron pobladas durante todo el día con escenas de este tipo.
Olvido
Pero así como muchos concurren asiduamente y más aún en una fecha como esta, también se pueden observar nichos o mausoleos totalmente abandonados, principalmente en el sector antiguo del cementerio, donde se nota la falta de mantenimiento por parte de las familias.
Sin ir más lejos, el mausoleo que guarda los restos de la familia de Fidel Mardoqueo Castro, evidencia daños en algunos vidrios que lo recubren.
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