Las palabras elogiososas que Santiago Caputo le dedicó a la figura del líder del PRO pusieron paños fríos a una relación cuya tensión amenazaba con llegar a un punto de no retorno. En Casa Rosada celebran voluntad del exmandatario de volver a lanzar su partido, con intenciones de preservar su “identidad” y parado en la vereda de enfrente de Patricia Bullrich.
Por: Pedro Lacour.
La tensión amenazaba con llegar a un punto de no retorno. El ninguneo que adujo sentir Mauricio Macri durante la fría noche del 9 de julio en Tucumán activó un enojo que parecía ir in crescendo, sobre todo dirigido a una figura concreta del oficialismo: el asesor presidencial Santiago Caputo, a quien el exmandatario apuntó como el principal responsable. La Casa Rosada intentó minimizar lo ocurrido, pero lo hizo solo hasta donde pudo: el lunes, Macri fue recibido por Javier Milei en la quinta de Olivos. Y dos días más tarde, en una breve entrevista con TN, Caputo rompió sorpresivamente su silencio público para enviarle un mensaje. “Siempre es interesante escuchar a una persona que logró tantas cosas”, lo elogió, casi condescendiente.
El momento elegido por el hombre de mayor confianza de Milei para su primera declaración periodística no fue casual. El inminente discurso de Macri en el acto de relanzamiento del PRO en La Boca, que tuvo al expresidente como orador principal, no dejaba de generar inquietud en la mesa chica del Gobierno, que temía por una escalada que llevara la tirantez a niveles más allá de los tolerables. Tampoco ayudaba demasiado otro dato: la sobreexposición mediática que había comenzado a adquirir en los últimos días la figura de Caputo, sobre todo a partir de sus polémicos cruces en las redes sociales.
Milei y Macri se vieron las caras en Olivos y Santiago Caputo elogió al expresidente.
En el marco de esas preocupaciones, no es de extrañar que el Presidente, luego de su cara a cara con Macri, le haya bajado línea a su asesor estrella para que haga a un lado, al menos por un momento, su intransigencia para con el líder del PRO. “Tengo una excelente opinión del presidente Macri”, salió a poner paños fríos Caputo, pese a haber sido siempre uno de los más reticentes a la posibilidad de un cogobierno con el partido amarillo. En esa línea, destacó que el exmandatario, con quien compartió un encuentro privado en abril, “sentó las bases para que la Argentina finalmente pudiera cambiar” y añadió que “siempre ha sido extremadamente generoso” con él.
“Nadie le pidió tanto”, bromeaban este jueves cerca de Macri. Y ponderaban, no sin ironía, los dichos elogiosos del consultor de 39 años ya que, a entender de la dirigencia que rodea al exjefe de Gobierno porteño, “cada día que pasa son más los argentinos” que, como Caputo, “valoran” lo hecho por el expresidente.
Así y todo, durante su alocución en La Boca, Macri no escatimó en dardos hacia el asesor presidencial. “A pesar de la voluntad de sumar que sé que tiene el presidente, lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno”, expresó, sin mencionarlo, el fundador del PRO, en uno de los pasajes más certeros de su exposición. No faltó a la verdad: tanto la mano derecha de Milei como su hermana Karina, que hoy oficia de secretaria general de la Presidencia, fueron quienes siempre más reparos pusieron a un virtual desembarco formal de los amarillos en la gestión.
Macri saluda a Milei en su asunción en el Congreso el 10 de diciembre pasado. Télam
En Balcarce 50 nunca dejaron de considerar a Macri una amenaza para la independencia política de La Libertad Avanza, pese a que la alianza con el PRO en el recinto de ambas cámaras del Congreso haya demostrado ser un sostén para la gobernabilidad. Por ese motivo, en el oficialismo no faltan quienes celebran la voluntad del exmandatario de volver a echar a andar su partido, parado en la otra vereda de Patricia Bullrich y con intenciones fundadas de preservar su “identidad”. “Es saludable para todos”, sintetizaron.
Hace un mes, sin embargo, fue el propio Caputo el que debió blindar al Gobierno de los coletazos de la interna amarilla. Apenas ocurrida la tumultuosa asamblea del PRO, llamó personalmente a Bullrich para disuadirla en su intención de escalar en la confrontación con Macri. Su prematura intervención surtió efecto: la ministra no solo no salió a agitar el tema en público, sino que hasta se la pudo ver saludando a su exjefe político durante el acto en Tucumán. A Bullrich le resultó difícil disimular su enojo luego de ver cómo el expresidente tomaba el control del PRO, le daba una impronta de mayor distanciamiento del Gobierno y colocaba al exintendente de Pinamar, Martín Yeza, como flamante presidente de la asamblea partidaria.
Bullrich, hoy más cerca de Milei que de Macri. NA
Pero un detalle de lo dicho por el joven Caputo a TN pasó desapercibido: su explícita referencia a la supuesta “incondicionalidad” del apoyo de Macri al “cambio” que estaría llevando adelante hoy el gobierno de Milei. “Estamos enormemente agradecidos”, dejó en claro el asesor. Aquel fue el término que, en octubre pasado, al día siguiente del recordado cónclave en la casona bonaerense del expresidente que dio por sellado el acuerdo electoral PRO-LLA, utilizó una derrotada Bullrich antes de leer un texto en el que se enumeraban 11 puntos “que la Argentina necesita para salir adelante”. Algo que, en ese entonces, sonaba más a pliego de condiciones.
Nueve meses más tarde, cerca de Milei repiten que la “fusión” con el PRO –rechazada abiertamente por Macri durante su discurso de esta tarde– “se va a dar naturalmente”. También, que “nada puede interferir” en la relación política que supieron estrechar ambos espacios en los últimos meses. Sin embargo, cuando se les consulta por posibles alianzas electorales de cara al 2025, en el oficialismo evaden todo tipo de definiciones. “Ahora no es momento de discutir eso”, deslizan, cautelosos, al tiempo que asumen que es lógico que sus aliados decidan continuar en la oposición. Las bases y condiciones de aquel “Pacto de Acasusso” se encuentran en plena reescritura.
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