Milei quemó las naves y ahora depende de Trump

Milei quemó las naves y ahora depende de Trump

El presidente agotó muy rápido el crédito del establishment local y tramita un respirador aritificial para llegar a las elecciones. El documento que expone el blindaje de la Corte y el Congreso para la extrema derecha y la denuncia de un poder mafioso que no reconoce límites.

Por

Diego Genoud

El autoproclamado mejor gobierno de la historia ingresó en una nueva fase de inestabilidad. Lo que marca la suba del riesgo país lo tuvo que admitir Javier Milei ante la Asamblea Legislativa, cuando se apuró a anunciar un acuerdo con el Fondo y admitió que las cosas pueden no salir como la propaganda oficial promete. 

Para continuar con su aventura de gobierno y la ficción de un superpeso en tiempos de Trump, Milei precisa que el presidente de Estados Unidos ejecute un salvataje urgente. Agotada la fiesta financiera, Milei quiere que Trump obligue al Fondo a inyectarle a la Argentina una nueva dosis de deuda. Deuda del FMI para pagarle la deuda a los fondos de Wall Street.  Lo que se termina es el experimento económico de la inflación descendente basada en el dólar planchado que favorece el festival de importaciones y la salida récord de dólares por turismo.

 

En paralelo a la sangría de reservas del Banco Central, expira también otro proceso, el de la sistemática complicidad de la casta con el ajuste más grande de la historia de la humanidad. A 15 meses de la asunción de Milei, la obra del colaboracionismo es extensa y explica en parte la facilidad que tuvo el presidente para avanzar con un plan que se propone refundar la relación capital-trabajo y habilitar un nuevo ciclo de negocios. 

En un documento que acaba de difundir, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) describe con precisión la acción y omisión de los otros dos poderes del estado para allanar el camino del plan Miei. El presidente del INECIP es Alberto Binder, un reconocido constitucionalista que denuncia el poder de las mafias que dominan el funcionamiento del sistema democrático desde el tiempo en que Milei era un desconocido. 

En el texto que escribió junto al director ejecutivo de la entidad, Julián Alfie, Binder advierte la muy peligrosa tendencia del gobierno a ignorar los límites que le fija al Estado de Derecho. “Es como si se hubiera decidido que el país debe ser gobernado desde las relaciones de facto, que suelen esconder un Infra-Estado mafioso, que se gobierna desde relaciones ocultas y opacas”, dicen. 

Los autores encuentran un hilo conductor en el caos que fomenta Milei. Enumeran la vuelta de la vieja SIDE con fondos reservados para operaciones sucias, la contaminación de la inteligencia criminal y la aparición del colaboracionista Edgardo Kueider con una mochila de dinero de origen no explicitado. Además, agregan la construcción de un polo de poder alrededor de un “asesor” todopoderoso que ignora los controles a los que deben someterse los funcionarios públicos, el clima de violencia social promovido desde el Poder Ejecutivo y la nominación a la Corte Suprema de un juez federal con una trayectoria basada en cajonear causas por enriquecimiento ilícito a cambio de brindar impunidad. 

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Binder y Alfie apuntan directo a la inacción de los supremos ante el decretazo de Milei para nombrar a Ariel Lijo y Manuel Garcia Mansilla en el máximo tribunal. La Corte pre Milei, sostienen, dejó correr el inconstitucional DNU 70/2023 y se apuró en tomarle juramento a Mansilla. Este miércoles, INECIP presentó junto a Poder Ciudadano, el CELS y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) un amparo para que se declaren inconstitucionales los nombramientos y se dicte una cautelar que suspenda sus efectos hasta tanto se resuelva la cuestión. 

En el texto titulado “La hora de los jueces”, Binder y Alfie marcan también la inacción y complicidad de un Congreso que nunca trató el megadecreto  70, ni el DNU de reforma al sistema de inteligencia, que rechazó en el Senado la creación de la Comisión Investigadora de $Libragate, y que se entregó a “una insólita demora” en rechazar las postulaciones de Lijo y Mansilla. Por eso, sostiene, que un cambio de actitud demandaría que el Senado rechace de inmediato los pliegos de la Corte para frenar los nombramientos en comisión, y que Diputados revierta el DNU 70/2023 y obligue al Gobierno a seguir el procedimiento ordinario de sanción de leyes.

“Estamos hablando de candidatos que están por debajo del nivel general de idoneidad y de una composición equilibrada entre hombres y mujeres que no se está cumpliendo. Acá hay una responsabilidad compartida de muchos senadores que están especulando de una manera espuria. García Mansilla puede mentir públicamente en la audiencia del Senado y desdecirse al poco tiempo de manera vergonzosa. La negociación política tiene límites y acá los estamos cruzando todos”, le dijo Binder a El Destape. 

La descripción que hace el INECIP señala a una Justicia que cede por temor al poder mafioso del subsuelo estatal, aunque también podría pensarse que muchos de sus miembros son parte de ese entramado. Son jueces que se esconden, demoran los casos y sólo se hacen sentir cuando sus privilegios pueden ser afectados, dicen. Es la casta que funcionó como soporte principal de su experimento de gobierno y permitió que llegara mucho más lejos de lo que le hubiera permitido a otros presidentes. Cuestionado por Milei en base a un concepto que ideó el recaudador influencer Agustín Laje, el “partido del Estado” funciona hoy como socio del topo que dice haber venido a destruir el sistema. Todo en una fusión de compromiso ideológico con intereses económicos. Sin embargo, Milei está en una instancia en la que no le alcanza la convergencia de los poderes del estado y el establishment local para seguir adelante. Necesita un salvataje internacional organizado por Trump para que el Fondo vuelva a elevar la deuda de la Argentina por segunda vez en menos de 7 años. 

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