Milei plebiscita su gestión y quiere asegurarse un tercio de los diputados para blindar nuevos vetos

Milei plebiscita su gestión y quiere asegurarse un tercio de los diputados para blindar nuevos vetos

El oficialismo aspira a duplicar los legisladores propios para prescindir de la ayuda de aliados. Necesitaría acordar con otras fuerzas para aprobar leyes. El vínculo con el PRO de Macri, clave.

 

María Cafferata

 

Javier Milei, el catalizador de rupturas de viejas estructuras. El Presidente se ganó este apodo, una gentileza de un peso pesado del PRO bonaerense, luego de cerrar su primer año de gobierno con un relativo dominio del sistema político. Contra todos los pronósticos, el libertario arrasó con las estructuras partidarias, las fracturó, tentó a algunas partes, atemorizó a las otras y se aseguró, así, el control del Congreso y de gran parte de las fuerzas que la integran. Y, ahora, comenzado 2025, buscará fortalecer este control a base de plebiscitar su gestión en las elecciones de medio término. 

 

La gran incógnita, el telón de fondo que tiene a todas las fuerzas de la oposición en ascuas, es si Milei cerrará una alianza electoral con su socio “natural”, el PRO. En un contexto vincular complicado, con Mauricio Macri recluido en Cumelén, Villa Langostura, masticando enojo contra el entorno mileísta y enviando mensajes a sus operadores políticos para que se preparen “para la guerra”, este escenario parece improbable.

El expresidente sabe que Santiago Caputo y Karina Milei quieren “jubilarlo”, correrlo de la escena política y dejar a Milei como el único líder indiscutido de la derecha en la Argentina. El diálogo está interrumpido y, si las listas cerrasen hoy, lo más probable es que ambas fuerzas jueguen por separado. 

En términos numéricos, el PRO se juega más de la mitad de sus bancas en la Cámara de Diputados. Hay un consenso generalizado de que, con acuerdo o sin acuerdo con La Libertad Avanza, el partido amarillo perderá nombres propios en el recinto. De las 22 bancas que pone en juego, la mayoría proviene de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires: los dos centros de disputa en las negociaciones por un armado que integre tanto a LLA como la escudería macrista.

Karina Milei, junto a Sebastián Pareja y Pilar Ramírez, los referentes libertarios en el conurbano y Capital Federal.“6-11 puntos en PBA”

En CABA, LLA coquetea con la posibilidad de ir solos y salir primeros. Pero PBA es más compleja y el oficialismo, si bien finge indiferencia y provoca con que el PRO no mide más de 7 puntos, necesita a Macri si quiere tener alguna posibilidad de ganarle a Cristina Fernández de Kirchner en su terruño electoral. “Nosotros medimos 6-11 puntos en la provincia. Pero aunque midiéramos 5, sigue siendo lo que Milei necesita para ganarle a Kicillof”, explica un dirigente PRO. 

Como respuesta, hasta ahora, Caputo se abocó a seducir dirigentes amarillos para que peguen el salto a las fuerzas del cielo. Diego Santilli encabeza la lista, pero también hay coqueteos con Cristian Ritondo y Alejandro Finocchiaro, que son quienes encabezan las negociaciones con LLA para confluir en un acuerdo electoral. Pero no son los únicos. La mayoría observa que el PRO, como bloque, ya está partido, que los que responden a Patricia Bullrich –como Damián Arabia– ya tienen un pie afuera y que la solución lógica es confluir a un bloque de unidad LLA-PRO. “El gobierno tiene que darse cuenta que a Macri lo matas sin matarlo. Si confluimos todos juntos en la campaña ya está, se lo comen solito. ¿A quién creen que van a responder los diputados a partir de entonces?”, grafica un dirigente amarillo.

Hay un sector del Gobierno que está convencido, sin embargo, de que este es el año para borrar al PRO del mapa. De que 2025 es la puerta de entrada para hacerse del control de la Ciudad de Buenos Aires. Esta postura, encabezada por Karina Milei, implica forzar una confrontación que podría tener graves consecuencias en la Cámara de Diputados. 

Cristian Ritondo y Damián Arabia, espadas parlamentarias del bloque PRO, en Diputados. Archivo NAUna victoria sinuosa

El objetivo aritmético básico de LLA en lDiputados es conseguir, de mínima, unas 87 bancas: el tercio mágico que blinda cualquier veto presidencial. Hasta ahora, Milei logró sumar este número gracias al apoyo de sus aliados en el PRO, parte de la UCR, las fuerzas provinciales y un sector del peronismo. La posibilidad de conseguir un tercio para blindar el veto al aumento de las jubilaciones o al financiamiento universitario fue la prueba de fuego que le permitió consolidar un mínimo control del Congreso teniendo solo una cuarentena de diputados propios. Y, ahora, en 2025, el objetivo es poder hacerse con este número sin ayuda de nadie.

LLA, inevitablemente, verá crecer su representación en la Cámara baja. Solo pone en juego ocho bancas –la mayoría son diputados que se sumaron al bloque después de la asunción de Milei– y la perspectiva de duplicar el número de bancas es más que factible. Pero si bien el oficialismo crecerá, hay una trampa: así como se engrosará el número de libertarios, se achicará, en consecuencia, el número de aliados. Muchos de ellos quedarán licuados en la polarización entre Milei y CFK y otros, mientras tanto, se sumarán oficialmente a las fuerzas del cielo.

Esto abre un problema para el oficialismo, que más allá de garantizarse el tercio mínimo anti-veto, aún necesitará tejer alianzas con otras fuerzas para aprobar leyes. Y ahí entra en escena la relación con el PRO, a quien se quiere borrar del mapa pero no se puede enfurecer en demasía. Porque Macri todavía puede replegarse en un reducido grupo de diputados con gran capacidad de daño hasta el recambio legislativo de diciembre. 

“Ganamos las elecciones y matamos al PRO, perfecto. Pero te arman un grupo de 15 diputados y ¿de qué me disfrazo hasta diciembre?”, advierte un operador libertario que trabaja con Martín Menem. El riojano es consciente del daño que puede hacer el PRO, aunque sea un sector. El rechazo al DNU de los fondos reservados de la SIDE –el único que la oposición pudo rechazar– todavía está vívido en su memoria.

El peronismo de UP tiene el desafío de aglutinar el descontento con Milei para sumar bancas. NALa oposición fracturada

El oficialismo cuenta a su favor con haber fracturado y fragmentado a gran parte de la oposición. La dinámica de confrontación permanente arrasó con todas las fuerzas que, como el radicalismo, terminaron rompiéndose entre un sector oficialista que se reúne a brindar con Milei en Casa Rosada y otra que sostiene el rol opositor cuestionando a sus ex compañeros por “traidores” y “obsecuentes”.

La UCR es un caso paradigmático porque se arrima peligrosamente a su propia extinción. A 14 de los 20 diputados que lidera Rodrigo de Loredo se les vence el mandato. Y si bien muchos de ellos, como el propio cordobés o los “cornejistas” de Mendoza, especulan con cerrar alianzas electorales, la realidad es que la representación del radicalismo caerá a sus mínimos históricos. El mismo escenario se repite, incluso, con los díscolos de Democracia Para Siempre, comandados por Pablo Juliano: renovarán 9 de las 12 bancas. 

“Está difícil y la mayoría de los que pueden entrar no sabés a quién van a responder. El período que se viene va a mostrar un bloque debilitado y dividido en facciones”, pronosticó un importante dirigente radical.

Un escenario similar se vive en la Coalición Cívica, que renueva la mitad de sus bancas sin un Juntos por el Cambio aglutinador, y en el bloque Encuentro Federal liderado por Miguel Ángel Pichetto. Esta variopinta bancada, que la segunda mitad de año adquirió un fuerte tinte opositor, tiene muchos de sus principales alfiles con mandato por vencer, como el cordobés Oscar Agost Carreño o Emilio Monzó.

Monzó, Massot y Pichetto, espadas de Encuentro Federal.

Unión por la Patria, mientras tanto, atraviesa una situación muy distinta. En tanto representante más cabal de la oposición a Milei, el peronismo tiene la posibilidad de concentrar gran parte del descontento con la gestión libertaria y sumar legisladores. El bloque que conduce Germán Martínez renueva poco menos de la mitad de sus 98 bancas, ya que la elección de 2021 fue poco favorable para el entonces oficialismo de Alberto-Cristina-Massa. Todo depende de su capacidad de sostener la unidad. 

La posibilidad de ruptura flota amenazante desde la partida del santafesino Roberto Mirabella. Varios sectores enojados con CFK amagan con romper y están a la expectativa de ver cómo se resuelve el cierre de las listas que, en muchos casos, quedará en manos de la lapicera de la presidenta del PJ. “Va a tener que haber generosidad en los armados, si no se romperá –advierte un dirigente peronista norteño–. Habrá que ver si ella prefiere sostener la unidad o mantener a los leales”.

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