Milei montó un tanque de guerra en un desfile militar grandilocuente y con aires refundacionales

Milei montó un tanque de guerra en un desfile militar grandilocuente y con aires refundacionales

Javier Milei asistió al desfile por la avenida Libertador junto a la vicepresidenta, promotora de la actividad. La locución buscó enaltecer un nacionalismo libertario, que acompañó un costoso despliegue.

Mauricio Caminos

 

Javier Milei parado encima de un tanque de guerra. Agita los brazos al lado de Victoria Villarruel. Grita “¡Viva la libertad, carajo!”. Con esa sorprendente postal sobre uno de los vehículos del Ejército reacondicionados por el Estado, el Presidente tuvo su desfile militar por el Día de la Independencia con una grandilocuente apuesta narrativa en la que el Gobierno buscó enaltecer ciertos valores nacionalista, mientras lleva adelante un feroz ajuste económico y desguace de la estructura estatal.

“Recuperando la alegría de las familias argentinas”, fue una de las frases de la locución durante el acto. Pese a que la temperatura no superó los 5 grados, simpatizantes oficialistas vieron el desfile desde ambos costados de la avenida, entre las calles Austria y Olleros. Hubo banderas argentinas, pero también libertarias: pañuelos amarillos con la inscripción “Milei Presidente”, imágenes de un león. “¡A matar el frío con palmas, con banderas, que se note!”, pidió el locutor, antes de repetir –como en varias ocasiones durante todo el desfile– el clásico grito “¡Viva la patria!”.

Milei se ubicó en el centro de un palco techado y adornado por una bandera argentina, al que arribó al borde de las 11 acompañado por su hermana Karina. Antes lo hizo Victoria Villarruel, que se recuperó de la gripe que anoche le había impedido asistir al Pacto de Mayo en Tucumán. Con un tapado rojo, la vice caminó al escenario mientras la banda musical interpretaba la Marcha de San Lorenzo justo en la parte que reza “Avanza el enemigo / al viento desplegado su rojo pabellón”.

Hacía rato ya esperaban a Milei el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, el gabinete nacional en pleno y las autoridades militares, más invitados especiales como el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley. Milei se estrechó en fuertes abrazos con Patricia Bullrich y Luis Caputo, que se mostró públicamente en un diálogo fluido con el flamante ministro Federico Sturzenegger, con quien lleva una disputa política desde que ambos fueron funcionarios macristas.

El Presidente llegó al desfile luego del tedeum donde escuchó temprano en boca del arzobispo porteño Jorge García Cuerva una crítica homilía sobre la situación social. Desde la Catedral, Milei camino a la Casa Rosada para compartir un chocolate con sus funcionarios. Entonces tuvo unos 20 minutos “libres” antes de ir al acto militar en los que aprovechó para responder preguntas de su seguidores en Twitter. Allí dijo que había desayunado un té con limón, confesó que su canción favorita de The Beatles es “Let it be” y dijo qué tiene que pasar para levantar el cepo al dólar en los próximos 90 días: “Terminar con los pasivos remunerados. Terminar con los PUTs. Y convergencia de la inflación con la devaluación en un entorno cercano a cero mensual...”, escribió. Luego avisó: “Me voy al desfile... Saludos!!!”

El desfile militar comenzó con un paseo aéreo de aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea y del Ejército. “Este cielo será surcado por las fuerzas del cielo, los guerreros del cielo”, anticipó la locución. Milei siguió la prueba hablando con Macri, en medio de la disputa que tiene la Ciudad por los fondos de coparticipación con la Nación. El Presidente aplaudió sin ruido: llevó guantes negros todo el evento. A su lado se ubicó Villarruel, que no cruzó casi palabras con Karina, situada a su izquierda. La primera hora el mandatario y sus invitados estuvieron parados en el palco; luego se sentaron en varias oportunidades y hasta disfrutaron un café al ver pasar las tropas. Detrás del Presidente estuvieron sus padres.

De manera inédita, encabezaron el desfile los veteranos de la Guerra de Malvinas. En oportunidades anteriores no habían sido invitados o, como en los de Mauricio Macri, fueron al final de la columna militar, momento en que el entonces presidente ya estaba ausente. El paso de las distintas agrupaciones de ex combatientes –las más ligadas al kirchnerismo no aceptaron el convite– consumió casi la primera hora del desfile.

“Es el desfile más importante del que participan los veteranos de Malvinas desde 1982”, señaló el locutor. “Aquí está el motor de la patria. Si ellos lo hicieron, nosotros también. Nos empujan a ir por más”. Con varios veteranos Milei cruzó sonrisas, un puño en alto, pulgares arriba.

“Estamos participando todos de un desfile histórico”, enalteció el locutor cuando pasado el mediodía fue el turno de las tropas del Estado Mayor Conjunto, el órgano que nuclea el planeamiento de las tres fuerzas armadas, a cargo del brigadier general Xavier Julián Isaac, el principal responsable de todo el desfile. Luego, en línea con el protocolo militar, las fuerzas desfilaron desde la más joven a la más antigua: primero hizo su paso la Fuerza Aérea, luego la Armada y, por último, el Ejército. También desfilaron oficiales de las fuerzas federales –que conduce Bullrich– y agentes de la Policía de la Ciudad. La apuesta del Gobierno fue desplegar unos 7.000 militares y efectivos de seguridad sobre la avenida Libertador.

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