Jorge Macri sumó a Antoni Gutiérrez-Rubí, ajusta la estrategia y presenta nuevo layout para el PRO porteño.
La frase del presidente Javier Milei, dirigida al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, “No se pongan en nuestro camino”, encendió las alarmas en el seno del Pro. Lo que para algunos es una expresión más en el estilo disruptivo del líder libertario, para el partido fundado por Mauricio Macri es síntoma de un “clima de violencia verbal y rupturas políticas” que, según señalan, “amenaza los cimientos de una cultura democrática”.
Desde el Pro advierten que La Libertad Avanza (LLA) “no busca consolidar alianzas”, sino destruir a su principal competidor en el discurso del cambio. Están convencidos que el enemigo real no es el kirchnerismo, con el cual LLA mantiene enfrentamientos discursivos estratégicos pero acuerdos privados, sino el propio Pro.
Esta estrategia incluye posicionar al kirchnerismo como un antagonista cómodo en la provincia de Buenos Aires, permitiéndole a Milei mantener a Axel Kicillof como blanco dialéctico mientras evita compromisos de gestión en el territorio bonaerense.
Acuerdos con el kirchnerismo
En el Pro interpretan movimientos recientes de LLA como una demostración de su pragmatismo político. La eliminación de las PASO, por ejemplo, que contaría con el respaldo kirchnerista, favorecería un escenario donde “la lapicera” de Karina Milei sea determinante para definir listas de candidatos. Además, la posible aprobación del pliego de Ariel Lijo en el Senado, al que el Pro se opone, refuerza la percepción de un entendimiento táctico entre LLA y el kirchnerismo.
En este contexto, el Pro no puede esperar y debe ajustar su estrategia. Jorge Macri, consciente del desafío, busca reposicionar al partido en su histórico bastión porteño. Para ello, recurrió a Antoni Gutiérrez-Rubí, estratega político de perfil progresista que ya trabajó con figuras del peronismo, como Cristina Kirchner y Sergio Massa.
El plan de Jorge Macri
La jugada de Jorge Macri tiene varios frentes. Primero, decidió municipalizar la campaña en la Ciudad de Buenos Aires, separándola de la dinámica nacional para protegerse de una posible “ola violeta” que arrastre al electorado local hacia LLA. Esta decisión, aunque controvertida dentro del Pro, evidencia su intención de mantener el control en un distrito clave.
En paralelo, Macri apuesta por un relato renovado, con medidas de alivio impositivo y promesas de reformas que achiquen el Estado, buscando competir directamente con el discurso de Milei. La designación de Laura Alonso como vocera institucional y los cambios en el gabinete, como el desplazamiento de Néstor Grindetti, apuntan a un rejuvenecimiento de la imagen partidaria.
Además, la renovación visual del Pro porteño, con un nuevo logo y un enfoque de comunicación más moderno, marca el inicio de una campaña en “modo fast forward”, según allegados a Jorge Macri.
Mauricio y las sorpresas
La estrategia definitiva del Pro se delineará esta semana en una reunión clave que incluirá al propio Mauricio Macri, quien regresa de Cumelén. Allí podría anunciarse su participación como candidato, un movimiento que daría un fuerte impulso al partido. Sin embargo, no se descarta la aparición de una figura disruptiva como Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, quien ha intensificado su presencia pública y parece dispuesto a asumir un rol político más activo.
Galperín, que ya es vecino de Macri en Cumelén, se perfila como un potencial contrapeso a Milei por su estilo incendiario en redes sociales, similar al de figuras internacionales como Elon Musk. Su incursión podría reconfigurar el panorama, especialmente si logra conectar con sectores del electorado desencantado con las opciones tradicionales.
El juego de Milei
Mientras el Pro intenta consolidar sus filas, Milei avanza en el terreno político. El pase de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, y la incorporación de Diego Kravetz a la AFI, son ejemplos de su estrategia de “caza de talentos” dentro del arco opositor. En ese mismo sentido, buscan tentar al intendente de San Isidro, Ramón Lanús, cercano a Patricia Bullrich, para sumar más nombres a sus filas (también apuntan al marplatense Guillermo Montenegro).
La tensión entre ambos espacios no solo redefine las dinámicas opositoras, sino que también evidencia una batalla ideológica y electoral que marcará las legislativas. Mientras LLA busca consolidarse como el nuevo eje del anti-kirchnerismo, el Pro apuesta a resistir en su bastión porteño y recuperar su peso nacional.
Lo que está en juego no es solo el liderazgo de la derecha, sino también la capacidad de ambos espacios de articular una propuesta de gobernabilidad creíble (el discurso de Javier Milei esta semana en Davos fue para muchos de los propios “piantavotos”) frente a un país en crisis. La próxima movida del tablero definirá mucho más que una elección.
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