Milei criticó a la ONU y propuso crear la "Agenda de la Libertad" a nivel global: cuál es su objetivo

Milei criticó a la ONU y propuso crear la

El Presidente anunció que el país abandona la postura de neutralidad histórica y busca limitar la influencia del organismo. Qué implica su mensaje

 

En su primera presentación ante las Naciones Unidas (ONU), el presidente Javier Milei volvió a mostrar su intención de convertirse en un referente mundial contra "el socialismo", con un durísimo discurso contra el organismo multilateral y un giro en la posición internacional histórica de la Argentina, al tiempo que invitó a los países miembros a crear una nueva "Agenda de la Libertad" para la institución.

El Presidente no apuntó, como había trascendido, contra la influencia de China en la ONU. Evitó tocar ese tema que podía ser espinoso para la Argentina por las inversiones que mantiene el gigante asiático en el país. Pero no dejó pasar el tema que más lo irrita: el condicionamiento indebido -a su criterio- de Naciones Unidas sobre "los países más relegados" con una agenda "de corte socialista".

Para Milei esto es la "Agenda 2030", el compendio de objetivos acordados por los países miembro de la ONU para promover políticas contra el cambio climático y de igualdad de género, entre otros temas principales, y también el "Pacto del Futuro" que se firmó el pasado domingo y que es una extensión de aquella otra iniciativa hacia 2045.

En ese marco, Milei aprovechó su primera presentación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas para afirmar que la Agenda 2030 "fracasó" y proponer a los países miembro no solo que desistan de seguir en ese rumbo, sino crear un nuevo programa apoyado en los principios de "gobierno limitado" y libertad absoluta para el comercio.

Javier Milei, contra la ONU: las señales de ruptura y el giro histórico que intenta el Presidente 

 

Como lo había hecho en el Foro Económico Mundial de Davos, el Presidente intentó ponerse en el rol de referente internacional que tanto le gusta y que él mismo ha mencionado en distintas entrevistas. Para ello, apeló nuevamente al perfil rupturista que lo caracteriza, pero esta vez con implicancias más directas para la política internacional del país.

En primer lugar, señaló que la ONU tuvo un rol importante tras la Segunda Guerra Mundial para preservar la paz, pero advirtió que en algún momento "comenzó a mutar" y "se transformó en un leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no solo qué debe hacer cada Estado Nación, sino cómo deben vivir los ciudadanos" de todo el mundo.

Milei criticó fuertemente el rol de la ONU en diversos temas. Aseguró que hoy es una institución que ha incurrido en una "violación de la libertad" y puso como ejemplo la cuarentena durante la pandemia de Covid, que según dijo debería considerarse "delito de lesa humanidad".

Pero además, señaló que "en esta misma casa sistemáticamente se ha votado en contra del Estado de Israel, que es el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal". Más allá de su alineamiento irrestricto con ese país, el Presidente resumió así su opinión de que el organismo internacional se alejó de sus principios fundacionales.

Se trata de la primera vez que un presidente argentino se diferencia tanto de los consensos generales que existen en la ONU, incluso a riesgo de alejarse de los países aliados. Pero por si eso no fuera suficiente para dejar claro el ánimo rupturista que lo guía, el Presidente anunció además que "la República Argentina va a abandonar la postura de neutralidad histórica, que y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad".

 

Un reclamo "al paso" sobre Malvinas: ¿por qué Javier Milei le dedicó apenas una línea?

 

Ese anunció implica un giro inédito en la política internacional de la Argentina, que se ha caracterizado por la neutralidad en los foros internacionales frente a los distintos conflictos internacionales y el intento de promover siempre las soluciones dialogadas.

Y no fue el único cambio en la posición histórica del país. Milei mencionó tangencialmente el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, algo a lo que sus antecesores siempre le dieron mayor lugar en sus discursos frente a la ONU.

El Presidente libertario, en cambio, usó el tema para darle mayor volumen a su confrontación directa con el organismo, al señalar como una más de sus fallas que "tampoco ha cumplido su misión de defender la soberanía, como sabemos los argentinos en la situación de las Islas Malvinas".

Esto se debe a que el objetivo central del mandatario no fue llevar los reclamos del país al foro internacional más importante sino más bien amagar con una ruptura con un organismo que, según afirmó Milei, "impone la agenda ideológica a sus miembros sobre un sin fin de temas que hacen a la vida del hombre en sociedad".

En el eje de esa controversia está la "Agenda 2030". Para Milei, este compendio de compromisos políticos de largo plazo "no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados y violentan el derecho a la vida y la libertad".

La "batalla cultural" en la ONU: qué hay detrás del discurso del Presidente

 

Milei sostuvo en ese contexto que "se ha promovido una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional exigiendo a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las élites globales".

En rigor, con ese discurso el Presidente siguió la línea de varias teorías conspirativas (en las redes se las llama "conspiranoicas") que hace años hacen circular las usinas de la llamada "nueva derecha" en todo el mundo. Se trata de una visión para la cual hay una "élite" que promueve políticas "de izquierda" como el aborto y la lucha contra el cambio climático, que atentaría contra los intereses privados que "generan riqueza". Parte del llamado "marxismo cultural".

Milei siguió ese libreto porque cree fervientemente en él. Esa creencia es la que está detrás de la "batalla cultural" que el Presidente y su círculo más cercano intentan librar en la Argentina, pero también en el escenario global con una premisa que quedó clara en su discurso ante la ONU: evitar que cualquier organismo internacional con una agenda "socialista" condicione al país.

En ese marco el mandatario aseguró que hay una "pérdida de credibilidad" en las Naciones Unidas y que hoy es una organización "impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos, como ha sido la invasión rusa a Ucrania".

Para Milei, la ONU "en vez de enfrentar estos conflictos, invierte tiempo en imponerle a los países pobres como deben producir, con quién vincularse y en qué creen, como pretende dictar el presente Pacto del Futuro".

La "Agenda de la Libertad": ¿una arenga de Javier Milei contra la ONU?

 

"Estamos ante un final de ciclo. El colectivismo y el postureo moral de la agenda 'woke' se han chocado con la realidad y ya no tienen soluciones creíbles para ofrecer a los problemas del mundo. De hecho, nunca las tuvieron", advirtió el Presidente.

En ese contexto, aseguró que "la Agenda 2030 fracasó" y que no se puede persistir en el error". Como alternativa, el mandatario planteó una "doctrina de la nueva Argentina" como guía para la "nueva agenda" que recomendó adoptar a los países miembro: la "Agenda de la Libertad".

Al presentar el rechazo oficial de Argentina al Pacto del Futuro, Milei también lanzó un llamado: "Invitamos a todas las nacionales del mundo libre a que nos acompañen no solo en el disenso (con ese acuerdo multilateral) sino en la creación de una nueva agenda para esta institución: la Agenda de la Libertad".

La guía para esa otra agenda con la que el Presidente arenga a los países en contra del rumbo que trazó la ONU sería la doctrina de la nueva Argentina" que, según afirmó, "ha decidido abrazar las ideas de la libertad".

En ese sentido, aseguró que los principios que guiarán la conducta internacional del país a partir de ahora serán "la defensa de la vida de todos; la defensa de la propiedad de todos; la libertad de expresión para todos, la libertad de culto y libertad de comercio para todos" y "los gobiernos limitados: todos ellos".

La postura de Milei en la ONU fue similar a la que exhibió en su momento el ex presidente de Estados Unidos Doland Trump, admirado por el libertario: el rechazo al multilateralismo que promueve el organismo.

Las bases de ese rechazo, para Javier Milei, se encuentran en la agenda "socialista" que, según él, es la que orienta a la ONU e intenta imponerse sobre los países miembro, especialmente, los más relegados como Argentina. La "Agenda de la Libertad" sonó a una arenga del Presidente contra el organismo, en un nuevo intento por armar una alianza internacional donde él se destacaría como referente.

 

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