El consumo masivo sigue en niveles mínimos y eso golpea a la industria local. Si bien algunos salarios privados mostraron mejoras, una parte de eso se gasta en mayores tarifas. Otros sueldos siguen hasta 16% por debajo de noviembre del año pasado. El atraso cambiario benefició a sectores acomodados
Por Mariano Cuparo Ortiz
Aunque el presidente Javier Milei celebró por el fin de la recesión técnica, el consumo masivo no termina de acusar recibo. Aunque las ventas mejoraron en productos importados y en shoppings, dando cuenta de una mejora en las condiciones de los sectores más acomodados, las ventas de productos básicos como los lácteos, la yerba y la carne, siguen en niveles bajos. En esa misma línea, la producción trepó en sectores exportadores, pero no despegó en los mercadointernistas.
Este lunes, Milei afirmó: “Hoy ya podemos decir que la recesión ya se terminó. De acá para adelante son todas buenas noticias". Aunque el Indec todavía no publicó números que permitan dar por finalizada la recesión, lo cierto es que resulta verosímil, en base a los datos de privados y los oficiales referidos a la industria, suponer que la contracción sostenida del PBI quedó atrás durante un trimestre completo, más allá de que todavía opera en el fondo del pozo.
La frase puede dejar, de todas formas, perplejos a muchos bolsillos que todavía no ven mejoras. Y es que hay un solo sector cuyo salario no sigue perdiendo por goleada contra la inflación: el de los registrados del sector privado, que “solo” está 1,7% por debajo del IPC en comparación con noviembre. Los públicos todavía están 16,4% por debajo. Y, además, buena parte del incremento se observa en los importados, de la mano del atraso cambiario, mientras que las tarifas juegan en contra para los menos acomodados, ya que buena parte de esos salarios que repuntaron empieza a utilizarse en pagar tarifas más altas, obligando a cambios en los hábitos de consumo.
De hecho, en estos días, tal como destacó NA, desde el Observatorio de Tarifas y Subsidios de la UBA-Conicet, señalaron que el peso de la canasta de servicios públicos sobre el salario privado registrado promedio pasó del 5,9% en diciembre pasado al 12,2% en octubre de este año.
Desde la consultora Epyca señalaron: “El contexto es crítico para quienes producen mercancías de consumo masivo: menos ingresos familiares, mayor proporción del gasto destinado a pagar servicios públicos (luz, agua, gas, etc.) y mayor competencia importada (con medidas del Gobierno Nacional que favorecen la importación de productos terminados y perjudican la producción nacional). En cambio, hay una recuperación del consumo en nichos específicos y en mercancías importadas, artificialmente abaratadas por la política cambiaria”.
Y reseñaron: las ventas en supermercados están en niveles mínimos desde el 2017, con una caída del 11,6% anual en los primeros ocho meses del año; el consumo de lácteos cae 12% interanual, el de leche en polvo un 31% anual y los quesos un 8%; la venta de yerba cayó un 10% en septiembre; y también la carne cayó un 8,9% anual en sus ventas al mercado interno en septiembre. En cambio, los shoppings moderaron su contracción en las ventas e incluso repuntaron en agosto; y los patentamientos de autos importados “se mostraron más dinámicos”.
Desde Vectorial subrayaron: “Si bien existe una tímida reversión de la caída en la actividad económica en los últimos meses, esta recuperación se exhibe de forma lenta y heterogénea, e involucra sectores específicos en su mayoría vinculados al segmento exportador en detrimento de aquellas ramas productivas vinculadas al consumo interno que aún siguen sin despegar. Esta recuperación desigual se traduce en peores condiciones de vida para importantes franjas sociales, principalmente radicadas en centros urbanos en donde las actividades de industria, comercio y construcción son las más preponderantes, a la vez que han sido las que más caídas han sufrido en lo que va del año”.
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