El gobierno nacional compartió datos de un alza mensual del 25% en la venta de leche. El recorte parcial no muestra el desplome acumulado del año de un 12% a sus mínimos históricos.
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CRISTIAN CARRILLO
La avidez de buenas noticias económicas lleva al gobierno de Javier Milei a celebrar supuestos logros sobre la base de cifras parciales que, con ayuda de seguidores tuiteros, recortan para legitimar el ajuste y no se condicen con la realidad. Este martes la manipulación de datos hizo foco en el consumo de leche, un indicador clave para entender la crisis alimentaria –especialmente en niños— a la que está llevando la política recesiva de la administración de La Libertad Avanza. El Presidente reposteó una publicación de Antonio Aracre, ex asesor de Alberto Fernández y ahora acérrimo defensor del líder anarco capitalista, quien destacó un alza de 25 por ciento en la venta de leche.
El recorte se realizó sobre la base del último informe provisto por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). Si se analiza en su totalidad, evidencia que esa mejora se da sobre el peor mes en la historia del sector y que, en el acumulado del año, el consumo es 12 por ciento menor al 2023. Como resultado, tres de cada diez personas dejaron de consumir lácteos durante el último año.
“Primer indicador de CONSUMO que se positiviza en la comparación interanual e incrementa el VOLUMEN un 25% en JULIO respecto al mes anterior de acuerdo al Panel de Industrias Lácteas. Es una señal clave en materia de nutrición INFANTIL”, publicó en la red social X, el ex CEO de Syngenta, Aracre, sobre la base de un informe de OCLA. El mensaje oculta el resto del informe y las cifras arrojadas en lo que va del año, que evidencian una retracción nunca vista en la historia para el sector.
Es el peor golpe a la industria láctea y a los consumidores. Según los datos disponibles por la propia Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, hasta el momento la peor caída había sido en 2019.
La población dejó de consumir lácteos desde que llegó Javier Milei al poder. Las ventas de todos los productos lácteos sumados por la Dirección Nacional de Lechería muestran una merma interanual del consumo de lácteos de 15,3 por ciento en diciembre, 32,8 por ciento en enero, 30,5 por ciento en febrero, 31,7 por ciento en marzo, 32,4 por ciento en abril, 33,2 por ciento en mayo y 35 por ciento en junio. En la comparación interanual de los primeros seis meses de 2024 respecto de 2023, la caída es de 32,6. Se ubicó así, en junio, el nivel de ventas promedio en sus mínimos históricos: leche fluida (79.763 miles de litros), leche en polvo (4.532 toneladas) y quesos (27.051 toneladas).
Este martes el Observatorio de la industria láctea difundió las cifras de julio. Las ventas internas presentaron un volumen 28 por ciento superior al mes pasado y en litros de leche equivalente crecieron un 25,1 por ciento en la comparación total mensual y un 21 por ciento en el promedio diario. La comparación interanual arrojó una disminución en volumen del 0,1 por ciento y un leve aumento del 0,2 por ciento en litros de leche equivalentes. En el acumulado de enero-julio muestra una caída del 14,8 por ciento en volumen de productos y del 12 por ciento en litros de leche equivalentes, lo que equivale a un retroceso de 12,7 por ciento en el promedio diario.
Si se analiza por grupo de productos, hubo una caída muy importante en todos los rubros, en el que quesos lleva la menor reducción en litros equivalentes. Los productos de mayor valor agregado y unitario como quesos de pasta muy blanda, quesos rallados, leches saborizadas, yogures, flanes y postres presentaron una gran caída asociada a las subas de precios y al retraso en el poder adquisitivo del sector medio de la población que demanda en mayor cuantía estos productos. La recuperación de julio se explica por la mejora puntual de salarios por el cobro del aguinaldo que se volcó a mejorar la mesa de los hogares.
“Escenarios como el actual donde hay un fuerte deterioro de los ingresos reales de la población, hacen que proliferen las “ventas informales” que obviamente ninguna estadística puede registrar y además han crecido fuertemente productos que por precio sustituyen el consumo de lácteos, como rayados, bebidas con lácteos, margarinas y otros similares”, señala el informe de OCLA.
Para el período enero-julio del 2024 el balance lácteo determinó una caída de consumo doméstico total del 14 por ciento y del 15 por ciento en el consumo per cápita, siempre medido en litros de leche equivalentes y en cantidad de días del período.
“Respecto al cuidado que hay que tener al analizar las bajas y subas de ventas de los diferentes productos en el período actual, lo que es contundente es que las ventas y por ende el consumo, presentan en los últimos años una tendencia a la baja en general y una primarización del mismo (productos más básicos: leches fluidas no refrigeradas, quesos al peso de segundas y terceras marcas y yogures bebibles de litro) en detrimento de aquellos productos de mayor valor agregado y por ende económico”, explica el relevamiento de OCLA.
Esta situación sin duda se da por un fuerte deterioro de los niveles de ingresos reales, fundamentalmente de los segmentos medios de la pirámide de ingresos, lo cual, al margen de reducir el volumen de consumo, afecta el valor del mix de ventas haciendo que se facture un menor valor en las ventas internas.
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