Milei y Caputo mintieron sobre la baja de la pobreza e intentan ocultar el drama social

Milei y Caputo mintieron sobre la baja de la pobreza e intentan ocultar el drama social

Las estadísticas difundidas por el Indec evidencias los cuestionamientos estadísticos al índice. Aún así, el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo mintieron sobre la supuesta cantidad de personas que salieron de la pobreza en 2024.

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RODRIGO NÚÑEZ

El índice de pobreza se realizó en base al de una inflación distorsionada en la canasta de consumo actual le permitió al Gobierno salir a festejar el último informe de Indec. Sin embargo, las cifras evidenciaron las mentiras del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, incluso sobre una muestra que refleja serios cuestionamientos estadísticos. Mientras tanto, los salarios del sector privado registrado se contrajeron por segundo mes consecutivo y la suba de precios se acelera a la par de una devaluación que pende de un hilo.

Para analizar los últimos datos de pobreza a indigencia hay que partir sobre dos aristas: las falsas afirmaciones del Gobierno y las fallas estructurales en la metodología del Indec. Sobre el primer punto, tanto Milei como Caputo se jactan públicamente de haber sacado de la pobreza a 10 millones de personas. Tras darse a conocer el informe del Indec, el Gobierno emitió un comunicado en el que remarcó que la pobreza "sin precedentes que había dejado el gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, que llegó a un pico del 52,9% en la medición del primer semestre de 2024, se redujo al 38,1% en el segundo semestre mientras que la indigencia disminuyó del 18,1% al 8,2%, como efecto directo de la lucha contra la inflación que ha llevado adelante el presidente Javier Milei", además de la "estabilidad macroeconómica y la eliminación de restricciones que durante años limitaron el potencial económico de los argentinos".

 

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Es decir, La Libertad Avanza afirma que los niveles de pobreza registrados durante el primer semestre -a siete meses de asunción de Milei- no es resultado del programa económico puesto en función desde el 10 de diciembre de 2023, sino del gobierno integrado por Fernández, Kirchner y Massa. Discursivamente, el argumento es disparatado pero en cifras es aún peor.

En el segundo semestre de 2023 se informó que alrededor de 19.599.000 personas estaban bajo la línea de pobreza, tras el impacto de la liberación de precios que ejerció el mercado al día siguiente de las elecciones presidenciales y luego de la megadevaluación anunciada por Caputo en diciembre de aquel año. La disparada de precios se sintió con fuerza en los meses siguientes, lo cual derivó en que la pobreza alcance a 24.863.000 personas en el primer semestre de 2024.

Para el cierre del segundo semestre, había cerca de 18 millones de pobres. Es decir, en la comparación interanual hubo una caída aproximada de 1.692.000 personas y de 6.956.000 individuos respecto al primer semestre de 2024. Bajo ninguna comparativa se puede afirmar que el Gobierno haya rescatado a 10 millones de personas de la pobreza.

El drama de la pobreza y la indigencia que quiere ocultar Milei

Las alzas y bajas bruscas de la tasa de incidencia de la pobreza despiertan las dudas en torno a la metodología de su medición. Según explicó un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)la súbita modificación de los precios relativos durante 2024 distorsiona el índice de inflación. Esta problemática es extensible a la estimación de la incidencia de la pobreza por ingresos.

A grandes rasgos, la medición de pobreza por ingreso establece una canasta de alimentos de una cantidad de calorías que, se supone, son las calorías necesarias de un adulto para sobrevivir con el sesgo de los patrones de consumo, así como la relación entre gasto alimentario y resto de los gastos. "Esta canasta se valoriza. Es la línea de indigencia. Luego se cruza con ingresos de un sector particular de la sociedad (cercano a la línea de indigencia) y se establece qué cantidad queda por debajo o por encima, es decir, es indigente o no. Ahora bien, la pobreza no se hace de manera directa como la indigencia, sino indirecta: a partir de la CBA establezco la CBT, es decir, la línea de pobreza", explicó el documento.

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Esto se realiza estimando cuántos pesos de gastos no alimentarios gasta un segmento determinado de la sociedad, por cada peso de alimentos. Y esto se realiza a partir de la Encuesta de Gastos de los Hogares. Es decir, la CBA proviene de la Encuesta de Gastos de Hogares (ENGHo) 1996/97 y la inversa del coeficiente de Engel (CdE) deriva de la Encuesta de Gasto de Hogares 2004/5. De la encuesta 2004/5, surge que el 38,4% del gasto se destinaba a alimentos, mientras que el 61,6% restante se utilizaba para los rubros no alimentarios. Mensualmente, el Indec releva el precio de cada uno de los componentes de esa canasta de alimentos determinada en 2004/5. Así, se determina todos los meses la CBA.

Mensualmente, a su vez, se actualiza también el coeficiente que mide la relación entre el gasto alimentario y el gasto total (Coeficiente de Engel) a partir de la dinámica inflacionaria de cada uno de los rubros (alimentarios vs no alimentarios). Sin embargo, esta actualización mantiene constante la relación de las cantidades de consumo, lo que puede llevar a subestimar o sobrestimar la relación entre CBA y CBT.

En un período de bruscas modificaciones en los precios relativos, el Coeficiente de Engel no alcanza a captar las transformaciones en los patrones de consumo. A modo ilustrativo, en la última medición del Indec, la CBA representa el 44,2% de la CBT: muy por encima de la ENGHo 2004/5 (38,4%) y aún más por encima de la ENGHo 2016/7 (27%). La cuestión entonces gira en torno a si resulta o no representativo de los consumos de los hogares argentinos destinar el 44,2% de los gastos a alimentos y sólo 55,8% a gastos no alimentarios.

 

¿Qué implica esta subestimación? Principalmente, que el peso de lo no alimentario, en particular los servicios y el transporte, en la estructura de consumo de los hogares está muy por debajo de su peso real actual. En los últimos meses, estos rubros tuvieron incrementos muy superiores a los de los alimentos, pero este cambio no se refleja adecuadamente en el coeficiente que determina la Canasta Básica Total (CBT).

El efecto concreto es que, al multiplicar la Canasta Básica Alimentaria (CBA) por la inversa del coeficiente de Engel subestimado, el valor de la CBT queda artificialmente bajo porque el coeficiente está atravesado por la no actualización adecuada del salto de los servicios. Como consecuencia, una mayor cantidad de hogares aparece por encima de la línea de pobreza, incluso cuando sus ingresos no han tenido un crecimiento significativo en términos reales.

¿Esto se puede constatar numéricamente? La publicación de la CBA y CBT mensual brinda el número de la Inversa de Coeficiente de Engel.

El promedio de enero-noviembre 2024 es de 2,21. Es decir, si gasto $ 100 de alimentos, gasto $ 121 de no alimentos (la CBT sería de $221).El promedio de enero-noviembre 2023 es de 2,19. Es decir, por cada $ 100 de alimentos gastaba $ 119 de no alimentos (la CBT sería de $219).

"Prácticamente no hay diferencia, pese a que algunos rubros (servicios y transporte) aumentaron muy por encima de otros (alimentos). Por ende, el coeficiente no está reflejando los cambios en la canasta de consumo", evaluó el CEPA. El efecto es muy concreto: al multiplicar la CBA por un valor más bajo, la CBT queda en un nivel sensiblemente inferior y permite que los ingresos (aun sin demasiado dinamismo) queden por encima de la línea de pobreza.  Este problema es similar al que ocurre con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), donde el impacto de los aumentos en servicios y transporte queda diluido por la estructura de ponderaciones. 

La crisis se sigue profundizando

Mientras tanto, los trabajadores perdieron poder adquisitivo en comparación con la inflación calculada para el primer mes del año, con una variación del 2,2% (luego acelerada en febrero y previsiblemente en marzo también). El índice de salario de enero para los trabajadores en relación de dependencia registró un alza de 2,3% de acuerdo al último informe del Indec, mientras que los trabajadores del sector público sólo recibieron un incremento de 0,9%. 

Con este guarismo, los trabajadores formales quedaron empatados con el IPC, mientras que los empleados públicos quedaron abajo por 1,3 puntos porcentuales. Dentro de este escenario, los niveles de consumo durante el primer mes del año tuvieron una retracción del 10%. Las familias compran cada vez menos alimentos. 

En paralelo y al cierre de marzo, las consultoras privadas esperan que la inflación se haya acelerado en el mes, debido a las importantes subas en los alimentos, en las tarifas de transporte y en rubros estacionales como la educación. Concretamente, según un relevamiento que hizo El Destape entre los privados, la suba de precios de marzo fue del 2,5% para Analytica, de "entre el 2,6 y 2,7%" para LCG y del 2,7% para C&T y para PxQ. Además, fue del 2,7% en CABA para FIEL, que proyecta un 2,5% a nivel nacional. Del mismo modo, Eco Go calculó la inflación mensual en 2,7%, pero estima que el Indec medirá un 3% a nivel nacional.

Como conclusión, la metodología estadística del Indec propone un análisis de pobreza en un sistema asimilable al juego del limbo que no mide la evolución real de los ingresos. A Milei le tocará "bailar" en el segundo semestre para explicar cuando una inflación al alza pise las paritarias y produzca un salto respecto al periodo previo.

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