La sorpresiva visita de Jorge Yoma a la Casa Rosada no hizo más que demostrar el sentido de la oportunidad con el que es capaz de moverse La Libertad Avanza. Quintela debió salir a despegarse de la reunión al admitir que su apoderado fue víctima de “una picardía” del Gobierno.
Pedro Lacour
Por más que las voces oficiales prescindan del tema en público, el Gobierno no deja de seguir con atención la novela que por estas horas cruza al Partido Justicialista (PJ). La premisa, por básica, no deja de ser trascendente: en el entorno de Javier Milei entienden que, como condición para “reinar” en el firmamento político argentino, deben garantizarse una oposición lo más “dividida” posible. Así lo deslizan en los pasillos de la Casa Rosada, donde este lunes tuvo lugar un capítulo más de la pulseada por la jefatura institucional del peronismo que protagonizan Cristina Kirchner y Ricardo Quintela.
La sorpresiva visita del exsenador Jorge Yoma a Balcarce 50 no hizo más que demostrar el sentido de la oportunidad con el que es capaz de moverse La Libertad Avanza. Fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos el que convocó al apoderado de la lista de Quintela, quien llegó a la reunión confiado de que su presencia pasaría desapercibida. Nada más alejado de que sucedió: el cónclave entre ambos fue leído inmediatamente como un guiño del oficialismo al gobernador de La Rioja, cuya candidatura acababa de ser rechazada por la Junta Electoral del PJ.
Ricardo Quintela y Javier Milei elDiarioAR
No alcanzó con que los propios protagonistas aclararan que la reunión giró en torno al reclamo del gobierno riojano a Nación por una millonaria deuda en concepto de coparticipación, ya que Yoma es también uno de los abogados representantes de la gestión provincial. Este martes, además, debió salir el propio Quintela a despegarse del convite. Lo tildó de “inoportuno”, al tiempo que acusó a la gestión libertaria de actuar con mala intención ya que, a su entender, citaron a Yoma adrede.
“Yo le dije al doctor Yoma que esperara a que se expidiera la Corte Suprema de Justicia para no alimentar especulaciones que no deberían corresponder”, comentó Quintela en diálogo con Radio RE FM, para después terminar admitiendo que fueron víctima de “una picardía” del Gobierno. “Hemos caído en esa camita porque los recursos son muchos, más de US$300 millones, por lo tanto [Yoma] también necesita dar una respuesta, no quería quedar como que lo habían citado y no había concurrido”, añadió, en un guiño a su apoderado.
Jorge Yoma, exsenador y apoderado de la lista de Ricardo Quintela en el PJ.
Esta mañana, Quintela también aseguró que le “cae mal” que Milei se haya metido en la interna partidaria, sobre la que ahora deberá expedirse la jueza María Servini. “Aprovecha la situación para involucrarse en un problema que no es de ellos, es del peronismo, y en el peronismo lo vamos a resolver entre nosotros. Por eso le pedimos que se dedique a gobernar, que lo hace bastante mal”, lanzó el mandatario, quien hizo referencia a un mensaje retuiteado por el Presidente en el que el periodista Eduardo Feinmann aseguraba que Cristina Kirchner no lo había dejado competir.
Son numerosos los motivos que empujarían a la Casa Rosada a interesarse por el desenlace de la interna del PJ. Pese a que Quintela se erigió a lo largo de estos meses como uno de los gobernadores más opositores a la gestión de Milei, no faltan en el oficialismo quienes se entusiasman con que la candidatura del riojano logre independizar a los dirigentes provinciales del liderazgo que propone Cristina Kirchner. De hecho, en la lista “Federales” figuran dirigentes peronistas que pertecen a las filas del tucumano Osvaldo Jaldo o del salteño Gustavo Sáenz, dos de los mandatarios que cenaron con el Presidente en Olivos hace poco más de una semana.
Javier Milei recibió en la Quinta de Olivos a los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca); Osvaldo Jaldo (Tucumán); Gustavo Sáenz (Salta y Hugo Passalacqua (Misiones).
Milei suele hacerse el desentendido cuando se le consulta por su consideración acerca de la vigencia de la expresidenta en el tablero político. Sin embargo, el fin de semana, en diálogo con Radio Mitre, aclaró que “el morbo existe”, en una implícita alusión a su polémica frase en la que aseguró que le “encantaría” ser quien colocase “el último clavo al cajón del kirchnerismo”. “Los kirchneristas son como los gatos”, graficó el Presidente para advertir sobre que “jamás” hay que subestimar a la fuerza política liderada por Cristina Kirchner.
En Casa Rosada consideran que las estrategias no son excluyentes: la polarización con el kirchnerismo es una opción más que tentadora y hasta complementaria de la consolidación de una línea fluida con los referentes locales dispuestos a seguir dándole gobernabilidad al oficialismo. Milei no solo busca asegurarse el apoyo de los legisladores que responden a estos mandatarios al Presupuesto 2025. También aspira a que, a la hora del cierre de listas electorales, esa buena vecindad que supo construir Guillermo Francos con varios de los caciques provinciales no se ponga del todo en duda.
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