Milei, ante sus horas definitivas: por qué suspendió sus viajes, el miedo a Villarruel y el nuevo gobierno de Bullrich

Milei, ante sus horas definitivas: por qué suspendió sus viajes, el miedo a Villarruel y el nuevo gobierno de Bullrich

El Presidente abandonó sus vuelos a Chile y España en medio de la crisis terminal que vive el Gobierno. Vuelve a la carga contra quien está en la línea de sucesión presidencial. En el medio, empezó a jugar la ministra de Seguridad y mira el 2027. 

Por

JONATHAN HEGUIER

 

Javier Milei enfrenta horas definitivas. Está acorralado en una burbuja a punto de explotar rodeado de problemas grandes y graves. Un funcionario en la Casa Rosada describía en la semana ante El Destape"No tengo recuerdos desde la vuelta de la democracia de que haya habido un Gobierno con tantos problemas tan graves y todos juntos". Otro funcionario, de los más importante de la administración libertaria, totalmente vencido explicaba: "Estamos de mala racha". 

Así vive el Gobierno de La Libertad Avanza estas horas. Milei tuvo que tomar una decisión que detesta: suspender viajes. Tenía pautado ir a Chile por un tema privado y no fue. Iba a recibir un premio en España y tampoco irá. 

En Balcarce 50 explican que es por la catástrofe en Bahía Blanca, de la cual finalmente el Presidente cambió su postura y tuvo que hacerse cargo. Luego de la presión de Axel Kicillof y el tuit de Cristina Kirchner salió a involucrarse. Con presencia en el lugar y dinero a los damnificados. Iba a pagar un costo político enorme con su silencio y ausencia y ya no tiene margen. 

En el Gobierno vuela esa sensación: Milei ya no tiene margen. Otro de los motivos por los cuales suspendió sus viajes es la crisis actual de esta gestión y el traslado de la situación al límite que llegó a las calles. El Presidente tiene un problema más: la gente ya no tiene miedo. 

Milei va a cantar retruco ante las marchas venideras. "Están buscando un muerto. Ya lo sabemos. Pero vamos a ser más fuertes en los operativos", advirtieron ante El DestapeEl miércoles tienen otro desafío: se espera que haya más personas en la marcha de los jubilados. Ahora con camisetas argentinas. 

El Gobierno quedó en manos de Patricia Bullrich. La había sufrido Mauricio Macri, como revelaron funcionarios de Cambiemos tiempo después. Sobre todo su jefe de Gabinete, Marcos Peña. "Antes me decían que pare, ahora no", reveló la ministra de Seguridad hace meses en una entrevista en referencia al Gobierno de 2015-2019.

Milei quedó a merced de Bullrich, a quien salió a respaldar, apoyar y sostener. Pero también a rodear. Los libertarios miran con cuidado a Pato. La ambición que tiene ya la conocen: quiere ser Presidenta. Y 2027 puede ser el año. ¿Traicionará al León como lo hizo con los diferentes espacios que ocupó en la política en los últimos 40 años? Es una posibilidad que su entorno por las dudas se encarga de negar: "Como mucho, será la compañera de Milei en la fórmula para la reelección", se atajan. 

Rodeada de inexpertos como los Milei y Santiago Caputo, bebés de la política nacional, Bullrich ya arrancó a jugar. Y su caballito de batalla será el que vimos el miércoles y los días posteriores: reprimir y justificar la represión. 

En el medio se metió otra jugadora: Victoria Villarruel. Una enemiga en común para los Milei y Bullrich. La vicepresidenta aprovechó y arremetió contra los tres. El Gobierno, a través de los caputistas, salió a destruirla. 

La primera en la línea de sucesión presidencial siempre es la primera que mira el círculo rojo y no tan rojo y el círculo azul (el peronismo conservador) cuando empieza a haber olor a estallido. Y ella lo sabe bien. 

Por las dudas, Macri se desmarcó de la vicepresidenta y salió a bancar al Gobierno. Fue para salvar la memoria de su fallido Gobierno y también para responderle a los libertarios que empezaban a hacer crecer una bola en su contra. 

Alrededor de Milei intentan instalar que la represión del miércoles pasado nada tiene que ver con la marcha de diciembre de 2017 que muchos dirigentes de un lado y otro dan como el comienzo del fin del Gobierno de Macri. 

"Nosotros no somos ni vamos a ser tibios como lo fue Macri. Él dejaba que le peguen a la policía, nosotros no. Fue un tibio y nosotros no vamos a hacer lo mismo", afirmó un karinista ante El Destape

El 2017 es el número de la semana y que estará en debate en las próximas semanas. El 17 es la desgracia. Y el Gobierno quiere cambiar el significado, de ese año y de ese final. Saben en Casa Rosada que un muerto en una marcha es el final. 

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