Con un porcentual de un dígito, el municipio conducido por Joaquín de la Torre, logra reducir el índice de mortalidad infantil casi dos puntos debajo de la media Nacional y Provincial. Culmina el 2013 con 9.6 puntos, mientras que el promedio nacional y provincial cierra en 11.2 y 11.3, respectivamente. Eso convierte a San Miguel en uno de los municipios con índice más bajo no sólo en el conurbano sino en toda la Provincia de Buenos Aires.
El trabajo realizado por la Secretaría de Salud del municipio conducido por el intendente Joaquín de la Torre, comprendió un programa integral que implicó una fuerte campaña de vacunación, seguido de un importante control materno infantil realizado no solo en los hospitales del partido sino en los más de 20 Centros de Atención Primaria de la Salud, que fueron -con una gran inversión de fondos municipales- especialmente remodelado y equipados con el objeto de atender esta necesidad.
A esto se le sumó un considerable aumento de la complejidad neonatal, sobre todo en la terapia de neo, donde se profesionalizó dicha área del Hospital Raúl Larcade, trayendo tecnología de última generación.
En forma paralela se realizó un fuerte proceso de descentralización de la salud, aumentando el número de Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS), los cuales pasaron a ser fundamentales en la prestación del servicio de salud en el municipio, ello debido principalmente a la fuerte inversión pública en la materia y a la contratación de personal especializado para cumplimentar las tareas conforme la demanda social en los distintos barrios de San Miguel.
Asimismo se aumentó el número de trabajadoras sociales en los barrios, realizando no sólo la tarea de prevención y concientización sino también contribuyendo con control previo y posterior de los recién nacidos.
De la misma manera se implementó un novedoso sistema de “referencia paralela” a través del cual, al darse de alta un paciente -por ejemplo un bebe prematuro- en el Hospital, se da intervención al Centro de Atención Primaria de la Salud correspondiente al domicilio de la persona, para que la trabajadora social, la promotora de salud y la enfermera localicen al paciente y fijen controles posteriores, reduciendo así también el índice de muerte domiciliaria en todo el distrito sensiblemente.
Todo este trabajo redunda en un índice que es equiparable con otros centros urbanos de mayor desarrollo económico, como el partido de San Isidro o Vicente López, muy por encima de los que se encuentran en numerosas provincias argentinas, como Salta o Chaco.
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