Después de las PASO, hubo pases de legisladores en los bloques del oficialismo y la oposición. El massismo ya dejó de contar como propios a los ex kirchneristas que votaron el Presupuesto 2014.
El FpV tuvo siete deserciones, entre los díscolos y los que ya se habían enrolado en la oposición parlamentaria antes de las primarias. Esto complicó las posibilidades del oficialismo para conseguir quórum propio en la Cámara baja, aunque sólo tres de esos legisladores tienen mandato más allá de diciembre: el santafesino Oscar Martínez, que ya había planteado sus disidencias con el kirchnerismo y ahora tributa al bloque del Frente Renovador; Facundo Moyano, el hijo del líder camionero y de la CGT opositora, que sin abandonar el bloque oficialista tampoco acompaña ninguna de sus decisiones, y el fueguino Rubén Sciutto, la única sorpresa luego de las primarias, que armó su monobloque Peronismo Más al Sur para articular su actividad legislativa con el massismo, pero que ahora, después de anunciar su incorporación al interbloque renovador, éste ya no lo reconoce como aliado porque votó a favor del Presupuesto 2014.
Los otros cuatro también habían emprendido el camino opositor antes de las PASO. La bonaerense Mabel Muller hacía tiempo que no votaba con el oficialismo y fue una de las primeras en anunciar su pase a las filas del intendente de Tigre, Sergio Massa, en cuyo bloque cumplirá su mandato, que vence en diciembre. El canillita Omar Plaini siguió los pasos de Hugo Moyano y abandonó el kirchnerismo para formar su propio bloque con el nombre del partido del camionero, Cultura, Educación y Trabajo, al que no pudo arrastrar a Facundo Moyano. La renovación de su banca –va segundo en la fracturada alianza de Francisco de Narváez con Moyano– corre peligro si el Colorado no remonta en la intención de voto que le adjudican las encuestas tras las primarias.
El riojano Jorge Yoma ya se había convertido desde la Comisión de Justicia –que preside en representación del FpV– en el adalid de la oposición a los proyectos del Gobierno para “democratizar” el sistema judicial. En las PASO de su provincia se presentó en alianza con el macrismo, con el que dividió el voto peronista que favoreció el triunfo de la UCR, aunque Yoma quedó lejos de alcanzar la renovación de su banca en el Congreso. Un cálculo que ya estaba en sus pronósticos: su boleta también lo lleva como candidato a diputado provincial por la capital riojana, donde se aseguraría un escaño.
La esposa del gobernador de Santa Cruz, Blanca Blanco, tampoco respondía ya al FpV por el enfrentamiento de Daniel Peralta con la Casa Rosada y se daba por descontado su pase a las filas massistas. Pero sorprendió a propios y extraños cuando se sentó en su banca para dar quórum junto al oficialismo para el debate del presupuesto. Si en la elección del domingo 27 se repiten los resultados de las PASO santacruceñas, tampoco lograría la renovación de su banca.
Pases opositores
Los reacomodamientos en la oposición también habían arrancado antes de las primarias y, aunque parecían consolidarse luego de ellas, la discusión por el Presupuesto en el Congreso volvió a patear el tablero.
Después de las PASO, Massa tomó la iniciativa y provocó el cisma en el Frente Peronista, para mostrar su propia fuerza parlamentaria al resto del PJ opositor y tentar a los kirchneristas díscolos a sumarse a sus filas. De todas maneras, el bloque del Frente Renovador se constituyó luego de las primarias con once diputados, la mayoría de ellos provenientes del Frente Peronista que reunía a todo el arco del peronismo disidente y cuyos mandatos vencen en diciembre. Varios de ellos –incluidos los tres diputados macristas bonaerenses que integran la lista del FR– van por su renovación.
El primero en desertar fue Eduardo Amadeo, que abandonó en plena campaña electoral de las PASO su candidatura en la boleta bonaerense de Compromiso Federal para plegarse al massismo.
En cambio, las adhesiones conseguidas desde el kirchnerismo fueron escasas: la bonaerense Muller, el santafesino Martínez y el fueguino Sciutto, al que luego negaron como propio después de su apoyo al Presupuesto.
Las huestes de los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá emularon al massismo, abandonaron el Frente Peronista que antes compartían y armaron su propio bloque: Compromiso Federal, con nueve diputados y un aliado. La experiencia también duró poco. Los diputados puntanos Nora Videla y Sergio Pansa (que terminan sus mandatos en diciembre) fueron expulsados por “inconducta política” luego de dar quórum y votar a favor del Presupuesto. La aliada Ramona Puchetta (del MIJD) también fue separada del interbloque por haber aportado al quórum en la misma sesión, aunque votó en contra. El líder del MIJD, Raúl Castells, ya lanzó su arremetida para hacer renunciar a Puchetta –quien por ahora resiste– y asumir su banca hasta 2015.
La UCR tampoco salió inmaculada de las deserciones partidarias. Varios diputados radicales asistieron impávidos al rol del correntino Rodolfo Fernández, quien aportó quórum al oficialismo para el tratamiento del Presupuesto en la Cámara baja, y salieron a reclamar su expulsión del bloque, con el mismo fervor con que en su momento otorgaron la amnistía a los díscolos que luego atraviesan tiempos de bonanza, como Julio Cobos.
El propio jefe de la bancada radical, Ricardo Gil Lavedra, salió a aplacar a sus correligionarios y aclarar que Fernández –quien había apoyado en su provincia la candidatura a gobernador del kirchnerista Carlos “Camau” Espínola– ya había renunciado por carta al bloque radical.
En medio de proyectos que promueven oficialistas y opositores para que las bancas pertenezcan a los partidos y no a las personas, los resultados de las elecciones del 27 de octubre reabrirán la posibilidad de escribir otro capítulo del trasvasamiento político en el Congreso.
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