El diputado massista busca construir un frente que exceda a Alternativa Federal. Ya hubo contactos con el GEN, el socialismo y el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, entre otros
La marca Lavagna se instaló con fuerza y a la velocidad de un rayo en el inicio del año. Pero mientras Roberto aún macera la posibilidad de encabezar una fórmula presidencial su hijo Marco ya tiene decidido ir por la jefatura de Gobierno porteño.
El objetivo del diputado massista es llegar a las elecciones con el aval de un entramado político que rompa la grieta y exceda a Alternativa Federal, el espacio que lo contiene. Ese espíritu frentista ya lo hizo compartir un largo café con Matías Lammens antes del crepúsculo del 2018 y agendar otro similar para las próximas semanas.
El presidente de San Lorenzo busca desembarcar en la política y Lavagna hijo lo está tentando para sumarse a una empresa de antemano nada sencilla, como es vencer a Horacio Rodríguez Larreta en la Capital Federal.
Si no logra ese objetivo de máxima, el "team Lavagna" irá al menos por el de mínima: instalarse como la principal fuerza de oposición en el distrito, que le ha sido esquivo el peronismo. Para ello deberá desplazar de ese lugar al radical Martín Lousteau, a no ser que el ex embajador en Estados Unidos le haga el favor yéndose a pelear la presidencial.
Además de buscar el cetro porteño, Lavagna intentará consolidar su fuerza en la Legislatura y colaborar en la proyección de diputados a nivel nacional. En ningún caso el plan incluiría al kirchnerismo.
Sergio Massa suele repetir que Marco es una de las revelaciones de la política desde la irrupción del Frente Renovador en el 2013. Y que su doble rol de técnico y político le abre un enorme abanico de posibilidades en el firmamento, que va desde una candidatura a senador hasta la ya mencionada a jefe de Gobierno. Incluso, llegó a decir que no desdeña tenerlo como compañero de fórmula, tal como promueven algunos militantes del espacio.
Marco Lavagna ayer junto a Luis Barrionuevo en Mar del Plata
"Si llegara a ser presidente, Marco sería uno de los tres tipos centrales de mi gobierno", recalca el tigrense sin dejar de reclamarle en privado que gane esa batalla interna de personalidad que lo muestra como un político retraído, y que muchas veces le impide hacer visible sus acciones.
De hecho, la fiesta de fin de año de Alternativa Federal tuvo, entre otros propósitos, instalar a Marco como referente en la Ciudad para que en la compulsa supere los pronósticos que hoy por hoy le asignan las encuestas.
En esa cena, celebrada en un bar de San Telmo, al diputado le hicieron llegar saludos de figuras con las que conversa en privado, como la del gobernador de Santa Fe, el socialista Miguel Lifschitz, además de referentes porteños del GEN, la Democracia Cristiana y el MID.
A nivel nacional su máximo promotor es Miguel Angel Pichetto y en la Ciudad aparece apadrinándolo una mesa sindical conformada por el estatal Andrés Rodríguez, el judicial Julio Piumato, y el referente del personal de organismos de control Hugo Quintana.
A ellos se sumó ayer de manera simbólica Luis Barrionuevo, quien en su tradicional y difundido asado marplatense logró sentar a Marco a su lado. Es ostensible, no obstante, que el ubicuo líder gastronómico hace más fuerza para que Roberto llegue a la Casa Rosada que para que su descendiente suceda a Rodríguez Larreta.
El que se ocupa denodadamente por la suerte de Lavagna hijo es Daniel Amoroso, referente porteño de Integrar, el partido cuya cara visible en la provincia de Buenos Aires es el concejal Mauricio D´Alessandro, paradójicamente sondeado para ser vice de María Eugenia Vidal.
Amoroso fue el que tendió puentes entre Marco y Lammens, un outsider de la política. Este y otros armadores aseguran que existe una profunda corriente de afecto hacia el diputado massista. Habrá que ver ahora si la instalada marca Lavagna se traduce en votos.
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