Mientras se espera el resultado de la inspección de ayer, hoy habrá una audiencia de conciliación

Mientras se espera el resultado de la inspección de ayer, hoy habrá una audiencia de conciliación
Un inspector del Ministerio de Trabajo de Olavarría llegó ayer a esta ciudad para relevar el estado del edificio donde funciona Control Urbano. Lo hizo luego de que los gremios SOEMPA, ATE y STMA denunciaran la falta de seguridad e higiene del lugar y pidieran su intervención.
Muy poco fue lo que trascendió del resultado de la inspección que llevó poco más de una hora. Hoy los gremios y el Ejecutivo fueron citados en la delegación local de la cartera laboral a una audiencia conciliatoria. Mientras tanto, el paro de los trabajadores sigue.

Poco más de una hora fue lo que duró la inspección que ayer realizó en la sede de la Dirección de Control Urbano un inspector regional de la delegación Olavarría del Ministerio de Trabajo, luego de que los tres gremios con representación municipal denunciaran graves fallas en las condiciones de seguridad e higiene en ese edificio y pidieran su intervención.

Según informaron desde ATE, SOEMPA y STMA -los sindicatos que el miércoles declararon el cese de actividades en el lugar- el inspector observó algunas cuestiones como falencias en la instalación eléctrica -no había disyuntores ni térmicas- con filtraciones de agua importantes; problemas en la puerta de ingreso; y advirtió la colocación de los cebos para las ratas. Sólo eso se pudo saber, ya que el acta no tomó estado público.

Por lo pronto, hoy sigue el paro de los trabajadores. Los pasos a seguir se decidirán después de lo que suceda en la audiencia a la que hoy están citados los tres gremios y el Ejecutivo. Desde las organizaciones sindicales se espera que el municipio se presente con un cronograma de las acciones a seguir para mejorar las condiciones que fueron denunciadas.

La inspección

Gastón Lucero -ese es el nombre del inspector- llegó al edificio de Avenida Mitre cinco minutos antes de las 13. Ingresó acompañado por representantes gremiales y luego fue recibido por el secretario de Gobierno, Mauro Grandicelli, quien se encontraba desde temprano en el lugar, aunque desde la llegada de la prensa y los gremios no salió de las oficinas.

Lucero inició su recorrida -cámara fotográfica en mano- junto a los dirigentes sindicales. En algunos lugares se detuvo, tomó fotografías, anotó lo observado, y en otros pasó raudamente sin siquiera ingresar. Tal fue el caso de tres oficinas que se encontraban cerradas con llave y no pidió que se abrieran para relevarlas.

Algo similar casi sucede con el Centro de Monitoreo de las Cámaras de Seguridad que allí funciona. Al golpear la puerta que estaba cerrada, uno de los empleados apenas la abrió, asomó la cabeza y le preguntó al inspector si tenía autorización para ingresar. Luego de que le dijera que era del Ministerio, abrió y le dio paso. Allí se vio el lugar con todos los elementos decomisados amontonados en un amplio espacio.

El recorrido siguió hasta que el inspector entendió que había concluido su tarea. Se reunió entonces Pablo Villarreal (STMA), Marcela Milutinovich (SOEMPA), Eduardo Bercovich (ATE) y el secretario de Gobierno, para darles a conocer lo observado.

Acá cabe decir que el acta de inspección es elevada al Ministerio de Trabajo, donde luego los auditores evaluarán el informe presentado y allí se definirá cómo sigue todo esto.

“De ayer a hoy ha cambiado”

Cerca de las 3 de la tarde, los dirigentes de los tres gremios dialogaron con la prensa que aún estaba presente esperando los resultados.

Eduardo Bercovich, de ATE, fue el primero en hablar. Indicó que “la medida ha tenido efecto porque de ayer a hoy ha cambiado. Ayer la realidad era una y hoy es otra”, sostuvo en referencia a la limpieza realizada en el edificio.

Explicó que luego del relevamiento, el inspector les comunicó que “las peores falencias que encontró están relacionadas con la parte eléctrica, porque no encontró térmicas ni disyuntor, además de todo lo que es cable a tierra. Todas las instalaciones son subterráneas y hay filtraciones importantes”.

Dijo también que se hicieron observaciones sobre el estado del baño y la puerta de entrada al edificio. “Esa es una puerta trampa, porque una abre para un lado y la otra para el otro” y eso hace que “no sea accesible si hay algún tipo de incidente o siniestro”.

En lo que hace a los cebos colocados en todo el edificio para desratizar, luego de la denuncia formulada por los sindicatos, Bercovich apuntó que “se habló de cómo fueron colocados, que no se le informó a los empleados cómo trabajar. Según Grandicelli habló con Saneamiento Animal y con una empresa privada, pero la realidad es que no puede haber cebo en los cajones, cerca de los trabajadores. Además, acá viene gente con chicos y ojala que jamás suceda que uno de ellos toque el veneno”.

“Presiones a trabajadores”

Por su parte, Omar Varela del STMA indicó que hoy por la mañana se reunirán los gremios con el Ejecutivo para debatir la problemática y que ahí evaluarán los pasos a seguir.

Se refirió a la denuncia que Grandicelli hizo contra el dirigente de su gremio Pablo Villarreal y el secretario General del SOEMPA Rubén Rodríguez.

Dijo en este sentido que “es un avasallamiento a la parte gremial” y que hoy en el Ministerio “vamos a marcar muy fuertemente que no haya represalias ni sanciones a los trabajadores que adhirieron al paro ni quite de contrato a algún trabajador, como así tampoco persecución”.

Sostuvo inmediatamente que el Ejecutivo “está intentando dividir a los trabajadores” y añadió que “hubo presiones a trabajadores para que vayan a trabajar. Me parece muy tonto porque eso no les garantiza lealtad”.

“Avasallamiento sindical”

Rubén Rodríguez, del SOEMPA, también manifestó que los afiliados a su gremio fueron amenazados. “Ni bien declaramos el paro, empezaron los llamados telefónicos generando presión sobre todo a los trabajadores contratados”.

No obstante, dijo celebrar que la gran mayoría de los empleados se sumaron al paro “y lo mantiene hasta que el gremio decida levantarlo”, que se resolverá luego de la audiencia de hoy.

“Esperemos que mañana (por hoy) el Ejecutivo lleve una propuesta concreta de lo que falta, porque no podemos abandonar la lucha en este momento. Ojala podamos llegar a un entendimiento para el bien de los trabajadores y de todos los vecinos de la comunidad”.

Volviendo a las amenazas, apuntó que “desde el inicio hemos denunciado persecución y no veo por qué no iban a hacerlo en este caso que es extremo”.

Señaló que con los abogados del gremio están evaluando denunciar al Ejecutivo porque “hubo un avasallamiento sindical que no podemos dejar pasar”.

Por último, advirtió que “no vamos a permitir que haya avasallamiento en la defensa de los trabajadores. Lo único que hacemos es tratar de proteger a los municipales”.

Bercovich se sumó al tema para expresar su sorpresa ante la denuncia de Grandicelli, porque según comentó, mientras recorrían el edificio de Control Urbano, “en ningún momento vimos los indicios de los que habla el secretario de Gobierno”, en referencia a las supuestas amenazas realizadas a una empleada que no se iba a adherir al paro.

“UNA PUESTA EN ESCENA”

La oficina de la Dirección de Control Urbano se vio ayer muy distinta a lo que se pudo apreciar el miércoles cuando los tres sindicatos municipales decidieron el cese de actividades.

Es que ya al ingresar y dar los primeros pasos en el lugar, el olor a lavandina invadía cada rincón como un signo evidente de que hacía pocas horas se había higienizado, haciendo caso a uno de los reclamos realizados por los gremios.

Pero no solamente eso, en el pasillo aparecieron sillas y un sillón nunca antes vistos allí. Al observarlos en detalle, eran los mismos que el día anterior se fotografiaron arrumbados en una de las oficinas junto a cajas, papeles y demás elementos.

Esas primeras impresiones de cambio dispararon los primeros comentarios. Un sindicalista no dudó en decir que todo era “una puesta en escena” para recibir al inspector del Ministerio de Trabajo. Y la limpieza reinante en el lugar -en realidad no era más que la que corresponde para cualquier espacio público- también dio que hablar. Los comentarios corrieron como reguero de pólvora: según indicaban desde la tarde noche del jueves y hasta la madrugada personal contratado realizó una limpieza a fondo en cada rincón del edificio. Tal es así, que ni siquiera quedaron los cebos que el día anterior se veían desparramados por todo el lugar. “Por lo menos la denuncia sirvió para que limpiaran un poco”, aseguró otro dirigente.

El estado de la cocina no pasó desapercibido. Según se comentó, hace unos años se incendió y nunca la volvieron a poner en condiciones. Sin embargo ayer, apareció limpia y con una pequeña cocina colocada.

La llegada del repartidor de agua envasada fue un dato aparte. Su presencia llamó la atención de un gremialista que, al verlo, le preguntó cuánto hacía que no le encargaban aunque fuera un bidón. La respuesta fue elocuente: sin palabras, el repartidor río, hizo un gesto de “mucho” con su mano y siguió su camino. Las risas se hicieron sentir y las críticas también: “no pueden ser tan truchos”, se escuchó claramente.

Todo esto era observado por los pocos empleados que había atendiendo a la poca gente que concurrió al lugar a hacer algún que otro trámite. El detalle es que gran parte de esos empleados no eran de Control Urbano sino de otras áreas del municipio que fueron trasladados allí ante el paro de actividades que vienen llevando adelante desde el miércoles.

RECHAZO A LAS PRESENTACIONES DE GRANDICELLI

Ayer por la mañana, dirigentes del SOEMPA, del STMA y de ATE se presentaron en la delegación local del Ministerio de Trabajo para rechazar la presentación que el miércoles hizo el secretario de Gobierno, Mauro Grandicelli, contra dos gremialistas.

Cabe recordar que ese día el funcionario radicó una denuncia penal en Fiscalía contra Rubén Rodríguez, del SOEMPA, y Pablo Villarreal, del STMA, por “amenazar” a una empleada de Control Urbano que no tenía intenciones de adherirse al paro. Además, hizo otra denuncia en el Ministerio de Trabajo bonaerense por considerar ilegitima la medida de fuerza.

Ante esto, dirigentes de los tres gremios rechazaron todas las expresiones vertidas por Grandicelli y dejaron constancia que el personal municipal efectuó retención de tareas decidida en asamblea del personal, “de la cual existe amplia prueba a través de la filmación del canal local”.

También, que la medida adoptada se debió a que las instalaciones donde se desempeñan no cumplen con las más elementales condiciones de salubridad. “A raíz de esto y considerando que se está ejerciendo un derecho constitucionalmente garantizado ninguna conducta de los empleados y/o representantes gremiales puede ser tildada de ilegítima o antijurídica”, señalaron en el descargo.

Asimismo, negaron enfáticamente que en el conflicto se hayan empleado metodologías moral y legalmente impropias, como aseguró Grandicelli.

Por otra parte, los gremios dejaron expresa reserva de formular la denuncia correspondiente ante el Ministerio de Trabajo de la Nación.

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