La heterogeneidad propia de nuestra provincia hace que mientras en la franja este el estado deba atender una emergencia por un extraordinario exceso hídrico, en el otro extremo, en el oeste, tenga que trabajar en obras tendientes a lograr el reaseguro del vital líquido en esa región con marcada escases de lluvias.
En efecto, en las últimas semanas en una amplia franja de la considerada zona crítica del rio Pilcomayo en territorio formoseño, se acentúan las labores tendientes a lograr el reaseguro del ingreso de las aguas durante el ciclo de crecida que esta a poco de comenzar. Al mismo tiempo, se mantiene un monitoreo permanente por sectores de correderas y anillos defensivos, a fin de establecer trabajos de correcciones o consolidaciones que fueran necesaria.
Así lo expuso el diputado provincial Roberto Vizcaíno, aludiendo a que “se dispusieron importantes frentes de trabajo a fin de tener los kilómetros necesarios de correderas listas durante el ciclo de aguas altas que se dará en poco tiempo más”.
Expuso que “el agua del Pilcomayo se debe repartir en un 50% en términos iguales a nuestro territorio y a la vecina Paraguay, pero en los últimos dos años ha estado ingresando, y este podría ser el tercero, en un 90% a nuestro país solamente”.
Amplio diciendo que este escenario también trae derivaciones negativas, “ya que no solo ingresa agua, sino toneladas de sedimento, que estimamos se depositan en la zona de repartición de aguas que se conoce como “El Pantalón”, cerca de 150 millones de toneladas anualmente. Pero al no ser de manera igualitaria la repartición, la mayor parte ingresa y decanta en nuestro territorio”.
Advirtió que ante tamaña cantidad de sedimento que eleva el terreno debemos ejecutar todos los años trabajos para las correderas que permitan el escurrimiento de las aguas, y que lo hago con mayor energía.
Destaco que “se viene trabajando mucho a través de una encomiable tarea de los técnicos de la provincia a partir de la estrategia dispuesta ante la especial característica del rio Pilcomayo. Es que antes el concepto era hacer defensas, y si bien existen estos anillos de protección ante crecidas en poblaciones como Potrillo, El Quebracho, La Rinconada, entre otras comunidades de la zona, se desarrollo ingeniosamente el concepto de correderas que dan buenos resultados”.
Indico que se establecieron permanentes labores de anfi-excavadoras, lo que permite mantener activo el ingreso de agua, si bien en un caudal mínimo, pero de todos modos se lo considero como muy importante.
Incluso el despliegue de recursos humanos y maquinas viales se direcciono asimismo en torno a las correderas, las que permitirán conducir de manera optima las riadas durante el ciclo de crecida hasta el bañado La Estrella.
Explico que todo esto se ejecuta a partir de los estudios topográficos preliminares, con lo cuales se formula el proyecto de los trabajos realizados, en algunos de los cuales interviene personal de la DPV, que cuenta además con un campamento en la zona de trabajo, garantizando de esta manera la presencia permanente de personal técnico y logística en una zona muy sensible desde el punto de vista estratégico en lo que hace al manejo de los recursos hídricos de la provincia.
Preciso Vizcaíno que dado el carácter errático del curso se deben efectuar correcciones permanentes a partir de María Cristina punto desde el que ingresan las riadas en el territorio formoseño, revelando que se han ejecutado trabajos de mejoramiento de la capacidad de conducción y también terraplenes de defensa con carácter definitivo apelándose a la técnica de resistencia que demanda una compactación especial.
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