Por Carlos Ruckauf
Hay una izquierda golpista en América Latina que apuesta a tomar el poder en lugares donde hay petróleo, gas y litio
“La izquierda llevó al poder a Pedro Castillo con Dina Boluarte como vicepresidente, caído aquel asume la segunda siguiendo la Constitución. ¿Quién está detrás de las protestas? El mismo Partido“ - Ronald Cárdenas, profesor de la Universidad de Lima.
El dirigente kirchnerista y consultor del Papa Francisco, Juan Grabois, es una persona muy informada, pese a lo cual ha desgranado aseveraciones basadas en falsedades. Pero con gran coherencia discursiva.
La defensa del peligroso Jones Huala y su “misión en Perú” parten de la base de negar una realidad muy evidente: hay una izquierda golpista en América Latina que apuesta a tomar el poder en lugares donde hay petróleo, gas y litio.
Los mecanismos son parecidos en todos los países: destrucción de los gobiernos existentes, con grandes movilizaciones fundadas en reclamos reales, entronización de gobiernos propios ,por el voto popular y ulteriores maniobras para evitar la democracia y la alternancia política con la trillada excusa de que es… “para evitar la vuelta de la derecha manejada por el imperialismo y FMI”.
Así cayeron Nicaragua y Venezuela, hoy feroces dictaduras violadoras de los derechos humanos, y otros países latinoamericanos tienen gobiernos marxistas.
La Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y su líder Jones Huala son una estructura con comportamientos mafiosos que utiliza la cobertura de los “pueblos originarios”.
Vale recordar que los mapuches no están reconocidos como ”pueblo originario” de nuestro territorio.
Pese a ello, el actual gobierno (para el que milita Grabois) le ha regalado a autopercibidos mapuches gran cantidad de hectáreas (con petróleo) en violacion de la Constitucion Nacional y en detrimento de la Provincia de Mendoza.
Sobre la ”represión de la derecha en Perú” valen algunas reflexiones imprescindibles.
Protestas en Perú (Photo by Diego Ramos / AFP)
El líder de la ultraizquierda peruana es Vladimir Cerron, dos veces Gobernador de Junín, no podía ser candidato por sus condenas penales. Por lo tanto, eligió para la elección presidencial de 2021, a dos títeres: Pedro Castillo y Dina Boluarte, por el Partido Perú Libre del que conservó la conducción.
Ellos ganaron (en segunda vuelta) la conducción del Estado.
Castillo, investigado por corrupción, intentó cerrar el Congreso y este, con el apoyo de los diputados de Perú Libre, declaró la “vacancia” y encumbró a Boluarte. Es decir que la presidenta constitucional es la izquierdista Dina Boluarte.
El Primer Ministro del actual Gobierno, acusado por Grabois de violaciones de los DDHH, es Alberto Otalora, ex ministro de Defensa de Ollanta Humala y muy cercano (en aquellas épocas) a Hugo Chavez. De modo que, de “derecha”, nada.
Lo que hay en Perú es un intento golpista con “cobertura de masas”, inspirado por Evo Morales, instigador externo, y Vladimir Cerron, el “titiritero” peruano. Es decir, los dirigentes bien guardados y los manifestantes al matadero.
Los argentinos debemos comprender que lo que ocurre en los vecinos se puede replicar aquí.
Quien asuma el gobierno el 10 de diciembre de este año, no solo recibirá una bomba de tiempo económica, se enfrentará también con intentos de enerdecer los conflictos sociales.
Es una historia que ya vivimos y no queremos volver a vivir.
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