Midieron en el mundo un particular efecto del consumo de gaseosas

Midieron en el mundo un particular efecto del consumo de gaseosas

Investigaciones científicas revelan el impacto de los alimentos ultraprocesados en la mente humana, desde la liberación de dopamina hasta cambios duraderos en las estructuras neuronales.

 

La relación entre la ingesta de productos con alto contenido de azúcar y el incremento de casos de diabetes tipo 2 es bien conocida. Sin embargo, investigadores estadounidenses han dado a conocer un estudio internacional que evalúa el impacto específico de consumir bebidas azucaradas, con un enfoque particular en las gaseosas. En este sentido, Argentina ha salido desfavorecida al posicionarse entre los tres países con mayor aumento en esta relación.

La investigación fue publicada en la revista Nature Medicine y cuenta con contribuciones de expertos del Instituto Food Is Medicine de la Universidad Tufts en Boston. Su título es "Cargas de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares atribuibles a las bebidas azucaradas en 184 países".

Diferencias de impacto a nivel global

Según el artículo en Nature, "a nivel global, las proporciones de carga atribuibles a las bebidas azucaradas fueron más elevadas entre los hombres que en las mujeres, adultos jóvenes que en los mayores, personas con mayor nivel educativo que las menos educadas, y entre habitantes urbanos comparados con los rurales. En cuanto a regiones, América Latina y el Caribe adolecieron las más altas proporciones."

El análisis reveló que en todo el mundo, en 2020, las bebidas azucaradas fueron responsables de 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y de 1,2 millones de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares en comparación con 1990. Esto representa alrededor del 10% de los casos nuevos de diabetes tipo 2 y el 3,3% de las enfermedades cardiovasculares. Los científicos destacaron que aproximadamente 340.000 personas murieron ese año por estas dos condiciones asociadas al consumo de dichas bebidas.

Bebidas azucaradas y las enfermedades

¿Cómo se relacionan las muertes y los casos de diabetes y enfermedades cardiovasculares con el consumo de bebidas azucaradas? Este tipo de estudios utiliza un enfoque de observación y correlación: "Estas estimaciones se sustentan en los datos más precisos disponibles y en suposiciones fundamentadas", detallan los investigadores, aclarando que emplean "un enfoque contrafactual para valorar los efectos de la actual ingesta de bebidas azucaradas en comparación con un escenario sin dicha exposición".

El consumo de bebidas azucaradas es el tema central del estudio liderado por expertos de Estados Unidos. Foto: iStock.

Impacto en países específicos

Entre las 30 naciones con más habitantes, el máximo incremento en casos de diabetes tipo 2 atribuibles a las bebidas azucaradas lo tuvo Colombia, con 793 casos adicionales por millón de habitantes, seguido de cerca por Estados Unidos (671), Argentina (544), Myanmar (522) y Tailandia (512).

El análisis mostró que el consumo de bebidas con azúcar afecta más a la incidencia de diabetes tipo 2 que a la de enfermedades cardiovasculares. Según los investigadores, esto se debe a que la adiposidad tiene mayor repercusión en la diabetes tipo 2 que en las enfermedades del corazón, y se observa que esta forma de diabetes suele iniciarse en edades más tempranas, coincidiendo con una elevada ingesta de estas bebidas, en contraste con las enfermedades cardiovasculares.

Los científicos también concluyeron que los "factores competitivos de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, como el tabaquismo, el colesterol alto y la hipertensión, disminuyen el impacto relativo de las bebidas azucaradas en comparación con su efecto en la diabetes tipo 2".

Desafíos para las políticas de reducción de consumo

El estudio concluye que los "intereses comerciales de los productores de bebidas azucaradas, tanto internacionales como nacionales, que invierten en la cadena de suministro y en marketing para incrementar las ventas, mientras se oponen a políticas que busquen reducir el consumo, son probablemente los factores que más impulsan el consumo de bebidas azucaradas".

Se mencionan ejemplos específicos: "En México, la industria hace frente al impuesto a las gaseosas a través de informes que argumentan sobre su ineficacia en reducir el consumo, sugiriendo además un impacto en los empleos y en la economía del país. Asimismo, recurren a publicidad, ofertas de precios y productos bonificados como estrategias de contraataque".

Respecto a Colombia, en 2016 los intentos de establecer un impuesto a estas bebidas fueron frustrados por la resistencia de la industria, aunque en 2022 se retomaron con éxito. Sin embargo, Tailandia fue un caso de éxito tras establecer un impuesto a las bebidas azucaradas en 2017, evidenciando resultados prometedores en las personas mayores y de bajos ingresos, pero no en los jóvenes, posiblemente debido a la fuerte publicidad dirigida a este grupo.

En el Reino Unido, un impuesto progresivo a las bebidas azucaradas proponía la reformulación para reducir el contenido de azúcar, pero las ventas de estas bebidas aumentaron, posiblemente debido a estrategias de marketing por parte de la industria que contrarrestaban las medidas.

Se aclaró que "además de los intereses comerciales, la insuficiencia de agua potable también podría contribuir al incremento de problemas de salud relacionados con las bebidas azucaradas en muchas naciones, como en áreas rurales de Colombia, México y Tailandia. La falta de agua limpia parece relacionarse con concesiones de agua a empresas de bebidas".

Por último, señalan que ciertos sectores de la industria han comenzado a reducir el azúcar en sus productos en algunas regiones: "En Europa, empresas como Coca-Cola y PepsiCo han disminuido el contenido de azúcar en un 30-50% en algunas de sus bebidas, como Sprite y 7-Up. No obstante, la distribución de bebidas azucaradas suele ser sustituida por aquellas que contienen edulcorantes no nutritivos que, aunque puedan tener efectos menos problemáticos a corto plazo, evidencia creciente sugiere que podrían afectar el microbioma y la tolerancia a la glucosa."

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