Es posible que el centro de Buenos Aires, tradicionalmente destinado a oficinas y la actividad comercial, se convierta en un área residencial y de usos mixtos. Toda el área vivía un lento proceso de decadencia y la pandemia tuvo un efecto devastador: edificios enteros quedaron deshabitados y cerró por lo menos el 25% de los locales.
Por Franco Spinetta
Sin embargo, el centro tienen muchas ventajas. Por ejemplo, es el barrio que más transporte tiene, subte, trenes, colectivos. Y varios proyectos pusieron en discusión cómo convertir los edificios de oficinas en pequeños departamentos que ayuden a paliar la crónica crisis habitacional de la Ciudad.
La semana pasada fueron votadas dos leyes, impulsadas por el oficialismo con el apoyo de UCR-Evolución. Ambas crean incentivos y promueven obras de adaptación de inmuebles para “actividades estratégicas”, como centros de salud y enseñanza.
El “área céntrica” porteña abarca unas 120 manzanas, delimitadas por las avenidas Santa Fe, Crucero General Belgrano, Del Libertador, Leandro N. Alem, Paseo Colón, Bernardo de Irigoyen, Belgrano y Carlos Pellegrini.
Una de las leyes propone que el Banco Ciudad implemente líneas de crédito para “promover la adquisición de viviendas reconvertidas dentro del área céntrica”. También se implementarán créditos “preferenciales” para la realización de “obras de mejoras, refacción y acondicionamientos de inmuebles de oficinas para su refuncionalización a viviendas”.
La otra ley de “transformación urbana del área céntrica”, también fomenta obras de adaptación de inmuebles existentes para destinarlos, en por lo menos un 30% de la superficie, a viviendas o a una serie de “actividades estratégicas” para el “desarrollo habitacional”. Los recursos estarán disponibles para centros de enseñanza o de salud, instalaciones deportivas, lavanderías y tintorerías, peluquerías y centros de belleza, establecimientos gastronómicos, centros culturales, clubes sociales, cines, teatros, talleres artísticos y salas de ensayo, centros veterinarios, son algunas de las actividades contempladas.
“Las leyes se aprobaron tardíamente y buscan reforzar lo que viene pasando: que el mercado resuelva lo que pasa en el centro”, consideró el legislador del Frente de Todos, Manuel Socías, autor de una propuesta para reconvertir el microcentro pero con algunas barreras como la regulación de los alquileres.
“No aprovechan esta oportunidad única de generar una nueva dinámica en esa área de la ciudad ni de abordar el problema más grave de los porteños y las porteñas que es el acceso a la vivienda”, dijo Socías a Diario Z.
El legislador oficialista Hernán Reyes, autor de una de las leyes aprobadas, explicó que “hay que generar vivienda pero también las condiciones para que la gente quiera vivir allí”. Por eso defendió una “baja de impuestos muy agresiva para espacios en desuso que se reconviertan para desarrollar actividades de proximidad”. El beneficio incluye “dos años de exención de Ingresos Brutos para comerciantes que ya tengan allí comercios de alguna de las actividades estratégicas”.
Socías opina que las leyes sancionadas promueven cierta reactivación económica y de inversiones pero carecen de “criterio urbanístico” y de “instrumentos concretos para generar acceso a la vivienda”.
El legislador advirtió que “subsidiar la demanda sin orientar la estructura de la oferta provoca un aumento desmesurado de los precios” y alertó que los “proyectos habilitan el crecimiento de los alquileres turísticos”, lo cual agravará “el problema habitacional de la ciudad” ya que el “alquiler turístico compite con el mercado de alquiler tradicional, lo achica y tiende a dolarizarlo”.
En tanto, el legislador del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Pablo Almeida coincidió en que se trata de “un nuevo proyecto de especulación inmobiliaria, dado el cúmulo de exenciones impositivas que darán a las empresas que están radicadas en esa zona, al sector financiero y a otros grupos económicos concentrados”. “La crisis habitacional de la ciudad requiere una reforma de raíz”, agregó y propuso cobrar “impuestos a las grandes fortunas y a la vivienda ociosa”.
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