La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, urgió ayer a todos los ciudadanos a decir “basta” ante el “intolerable” trato hacia las mujeres del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, porque “no es algo normal” ni se puede seguir ignorando.
Decir, como ha hecho Trump, que los comentarios en los que alardeaba de abusar sexualmente de mujeres son sólo una “charla de vestuario” es “un insulto” a todos los “hombres decentes”, subrayó Obama durante un mitin a favor de la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, en la ciudad de Manchester, en el estado de New Hampshire.
La primera dama, en un discurso muy crítico hacia Trump, dijo que los hombres “realmente fuertes” y poderosos “no necesitan ningunear a las mujeres”.
Obama admitió que, desde que apareció, la semana pasada, un video de 2005 con esos comentarios de Trump, no puede dejar de pensar en ello, en que un hombre candidato a la Presidencia del país “se ha jactado de agredir sexualmente a mujeres”. “Puedo decir que los hombres en mi vida no hablan así sobre las mujeres y sé que mi familia no es una excepción”, dijo.
A su juicio, los “vergonzosos” comentarios de Trump en ese video no son “un incidente aislado”, sino la muestra de cómo el magnate trata a las mujeres, y escuchar ese tipo de lenguaje “duele”.
“Ninguna mujer merece ser tratada así”, enfatizó la primera dama al instar a la audiencia a preguntarse sobre “qué mensaje estamos dando” a los niños al tolerar actitudes y comentarios como los de Trump.
Ha llegado la hora de “plantarse y decir ya basta”, instó Obama al enfatizar la importancia de acudir a las urnas el 8 de noviembre, porque quedarse en casa equivale a impulsar a Trump en detrimento de Clinton. Por ello, pidió a todos los ciudadanos que en estas elecciones rechacen “el odio y el miedo”, para seguir siendo “el mejor país de la Tierra”.
Las declaraciones de la mujer del presidente Barack Obama llegaron horas después de que varias mujeres denunciaran haber sido abusadas sexualmente o vejadas por Trump en los últimos años.
La campaña del candidato y el propio magnate inmobiliario negaron las acusaciones.
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