Por Pablo Lapuente

Son parte de la dirigencia de distintas vertientes del PRO. Tienen diversas responsabilidades políticas y se reúnen de manera regular para intentar influir en la estrategia electoral del partido. "Tenemos nuestra propia visión de qué hacer con la gestión y nuestra propia manera de relacionarnos con el poder", repiten. Ya tuvieron dos encuentros en Pinamar, donde gobierna uno de los principales arquetipos del nuevo macrismo, Martín Yeza, y pretenden sumar una cumbre en marzo, de la que podría salir una fotografía pública ampliada con todos los nombres de este espacio. En el corto plazo, quieren lugares en el sello que hoy conduce Patricia Bullrich; a futuro, sentarse a la mesa chica donde se confeccionan las listas de candidaturas. Es el PRO 3.0, la tropa sub cuarenta que pretende ser la punta de lanza de la renovación partidaria.

Por fuera de la grieta interna que marcan sus líderes políticos, proponen una renovación generacional en el partido, incluso en el plano bonaerense, donde Jorge Macri continua siendo el conductor. “La sociedad, la representación electoral y la política se vuelven cada día más complejas y el poder está atravesando un proceso de descentralización, que incluso hace que gestionar sea distinto. Por eso, ganemos o perdamos en 2023, tenemos que iniciar un recambio generacional para afrontar las reformas que necesita la Argentina”, le dijo Yeza a Letra P en una entrevista reciente. 

Este grupo, que no tiene un nombre definido ni un manifiesto que le dé una orgánica clara, se reunió dos veces en las últimas semanas. En ambas oportunidades, bajo las luminarias del verano que propone Pinamar. Estuvieron Yeza, el intendente anfitrión que responde de manera incondicional al expresidente Mauricio Macri; Ezequiel Galli, jefe comunal de Olavarría, que trabaja por la candidatura del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; Soledad Martínez, la única intendenta mujer del partido amarillo que gestiona Vicente López bajo la conducción política Jorge Macri; Facundo Pérez Carletti, concejal de Santiago del Estero que también milita por el proyecto larretista; Gabriel Chumpitaz, diputado por Santa Fe; y Rosendo Grobocopatel, hijo del empresario agroindustrial Gustavo Grobocopatel que coodina parte de la comunicación del PRO.

También suelen sumarse de manera regular a estos encuentros Sergio Siciliano, diputado bonaerense que responde a la exgobernadora María Eugenia Vidal; Darío Nieto, legislador porteño que reparte su agenda entre Vidal y Macri; y el entrerriano Emanuel Gainza, secretario del bloque de JxC en la Cámara baja y precandidato a intendente de Paraná de la mano de Rogelio Frigerio. 

De acuerdo a declaraciones de varios de los protagonistas a este medio, tienen por objetivo desprenderse de los clásicos estereotipos políticos, para construir una nueva marca dentro del PRO, aún inclasificable. "Ni halcones ni palomas", dicen y repiten una premisa que busca alejar viejos estigmas: "No somos de derecha, ni pertenecemos a la oligarquía nacional. Ni siquiera somos del grupo de ceos. Somos más bien un grupo de jóvenes nacidos en democracia que venimos de familias de clase media y buscamos una nueva identidad y conducción política. Ya no nos pueden llevar a los tortazos", sostienen. 

De momento, si bien no fue una iniciativa de este sector, hay quienes quieren llevar a Martínez al frente del PRO bonaerense, que hoy controla su jefe político Macri. Empujan el ascenso de la intendenta interina con un razonamiento lógico: con el ministro de Gobierno porteño compitiendo por la sucesión de Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, sería natural que una autoridad municipal con gran peso electoral ocupe ese lugar.