La falta de reciclado hace colapsar los ecosistemas.; a diferencia de los residuos orgánicos, las bolsas y botellas plásticas se degradan recién en 400 años, por lo menos.
México tiene 130 millones de habitantes y costas extensas tanto en el Pacífico como en el Atlántico. En 1950, el 43% de la población vivía en localidades urbanas; en 1990, en cambio, el porcentaje era de 71%, y en la actualidad llega al 80%. Más del 10% de los mexicanos viven en Ciudad de México, el distrito Federal.
Este cambio demográfico, asociado al incremento de los envases plásticos, generó un altísimo nivel de residuos sólidos no degradables que contaminan los ecosistemas. De acuerdo a los datos oficiales, en todo el país se producen cerca de 44,6 millones de toneladas de residuos urbanos. Alrededor del 7% son de origen plástico y terminan en la basura para su disposición final en enterramientos o directamente tirados en ríos o mares.Según datos de la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE), los promedios mundiales no difieren mucho de la realidad mexicana. Solo el 10% de los residuos plásticos son reciclados en la Tierra. El resto perjudica la naturaleza y crea daños a la salud humana.Los programas de reciclado en México lograron un reciclado de apenas el 8%, de acuerdo al Programa de Residuos y Agua de Liderazgo Climático C40. La sede de Greenpeace en México realizó un estudio que indica que más del 90% de los plásticos producidos a nivel nacional no se reciclan. Toneladas de papel, plástico, cartón, vidrios y latas terminan diseminadas en la naturaleza o, en el mejor de los casos, enterrada junto a residuos orgánicos.
Los programas de separación de residuos en origen, tanto domiciliarios como comerciales e industriales, tienen una injerencia bajísima en el país azteca.La OCDE afirma que más 140 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, a la deriva de las corrientes o ingeridas por aves, peces y animales de vida marina. Los datos son abrumadores: al menos el 40% de los envases plásticos se utilizan una sola vez y terminan en la basura cuando se trata de material reutilizable. Pero el problema es que, aún con mayor conciencia ciudadana para separar residuos, la industria debería volver a envases biodegradables o establecer la devolución de los envases para quienes compran productos que están contenidos en plásticos o vidrios.
ECOCE es una organización ambientalista sin fines de lucro con sede en Ciudad de México líder en los programas de Responsabilidad Social Empresaria, conformada por el sector de Alimentos y Bebidas, dos grandes generadores de envases. Jaime Torres, director de comunicación y miembro de esta ONG explica que “la industria tiene parte de responsabilidad y debe apostar por el ecodiseño que favorezca el reciclaje, así como reducir los plásticos innecesarios, pero los consumidores deben hacer su parte”.Desde Greenpeace México, no obstante, opinan que el reciclaje no es el camino, ya que no cambia el modelo, debe reducirse sustancialmente la producción de plásticos y sobre todo reducir su uso para envases de alimentos y bebidas.La OCDE constató que los confinamientos del Covid-19 produjeron una disminución en la producción de plásticos en 2020 del orden del 2,2%. Los dos años siguientes, con el repunte del consumo, se volvió al incremento de los envases plásticos y, en consecuencia, en el impacto ambiental.
Greenpeace México monitorea no sólo el impacto urbano sino el producido en las costas del Golfo y el Caribe. Las playas se encuentran inundadas de bolsas de supermercado, vasos, platos, cubiertos descartables. Son parte de ese 90% de material no degradable que no se separa en México.
Los programas de reciclado dan buenos resultados cuando se establecen mecanismos de devolución de envases. Tal el caso del PET, que en México llega al 60% en la industria de bebidas y textiles, según ECOCE. El país azteca, con programas de reutilización mejoró los estándares de Canadá y los Estados Unidos, pese a que esos países tienen una cultura de cuidado urbano mayor que México. En 10 años el reciclaje aumentó en un 200%.
Greenpeace México advierte que Ciudad de México es el mayor generador de residuos plásticos del país y que los programas de recuperación de residuos sólidos de la administración de la ciudad dan resultados alentadores.
Claudia Sheinbaum es la actual jefa de Gobierno de la ciudad, y entre 2006 y 2010 fue la ministra de Medio Ambiente del distrito. Su formación académica en Ciencias la llevó a ser parte del grupo de expertos en el Cambio Climático de las Naciones Unidas.
En 2022, su gobierno puso en marcha una nueva planta en Azcapolcapo, la Estación de Transferencia y Planta de Selección de Residuos Sólidos de la ciudad. Allí hay capacidad para recibir 1.400 toneladas de desechos al día. Se trata de la cuarta planta en la ciudad. En 2020, la legislatura de Ciudad de México reformó su normativa en esta materia y prohibió la comercialización y entrega a los consumidores de bolsas de plástico. Los comercios deben proveer bolsas biodegradables a cargo del usuario.
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