Incluso cada año cerca del 50 por ciento de las muertes en México están relacionadas al consumo de refrescos, los cuales generan elevados niveles de azúcar en la sangre, desencadenando enfermedades como hipertensión y diabetes.

De acuerdo con datos de la Universidad de Yale y Statista, México es el país donde más refresco se consume a nivel mundial. Se estima que cada persona consume un total de 163 litros al año, 40 por ciento más que Estados Unidos, nación que ocupa el segundo lugar de la lista.

El estado donde más bebidas gaseosas se consumen es Chiapas, donde el promedio de consumo es de dos litros por día. En la zona sur del país es más común acceder a refrescos que a agua potable.

Métricas indican que una familia promedio destina el 10 por ciento de sus ingresos totales a la compra de bebidas gaseosas azucaradas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el consumo de refresco está tan arraigado en la cultura mexicana que 7 de cada 10 niños de comunidades rurales beben gaseosas azucaradas durante el desayuno. De ellos, el 15% son más propensos a padecer obesidad desde la infancia.

Ante el alto consumo de refrescos en México, la Secretaría de Salud implementó la Norma Oficial Mexicana (NOM-051) para contrarrestar los problemas de salud que ocasionan las gaseosas.

Con ello, en cada bebida de este tipo se colocó una leyenda con la lista de ingredientes y etiquetas negras con los mensajes de «exceso de azúcares» y «exceso de calorías» para aumentar la conciencia entre la población y así evitar que se beban estos productos con tanta frecuencia.