La estatal mexicana Petróleos Mexicanos perdió 163.172 millones de pesos (unos 8.790 millones de dólares) en el segundo trimestre del año y el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, prometió aumentar la producción de 1,8 a 2,5 millones de barriles diarios.
El resultado de Pemex se compara con una utilidad neta de 32.780 millones de pesos (unos 1.766 millones de dólares) en el segundo trimestre de 2017.
La empresa dijo que la depreciación del peso frente al dólar ocasionó una pérdida cambiaria de 118.300 millones de pesos (unos 6.370 millones de dólares)
En el segundo trimestre, el peso mexicano pasó de 18,34 unidades por dólar a 19,86.
Sin embargo, la empresa dijo que sus ventas totales aumentaron 36% para llegar a 436.174 millones de pesos (unos 23.400 millones de dólares).
El aumento en las ventas obedece a una recuperación en los precios internacionales del petróleo y a la liberación de los precios de la gasolina y el diésel en México.
La empresa dijo que su producción de crudo promedió 1,8 millones de barriles por día. Se trata de una reducción de 7,3% frente al segundo trimestre de 2017.
Con al agotamiento del yacimiento de Cantarell, en el Golfo de México, la producción de la petrolera mexicana ha ido menguando desde 2004, cuando producía 3,3 mbd.
El gobierno del presidente saliente Enrique Peña Nieto busca detener ese declive con una vasta reforma energética, que abrió el sector por primera vez al capital privado en más de 70 años.
Pero el presidente electo Andrés Manuel López Obrador acusó este viernes a los anteriores gobiernos de haber “abandonado” el sector energético y prometió aumentar la producción con millonarias inversiones en exploración y producción.
“Vamos a intervenir con urgencia (…) vamos a aumentar en dos años 600.000 barriles diarios”, dijo el izquierdista en rueda de prensa.
Pemex suele participar en las licitaciones que permite la citada reforma y en los “farm outs”, proyectos intensivos como el que tiene con la australiana BHP Billiton desde 2016.
Sin embargo, se espera que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que asume en diciembre, detenga temporalmente las licitaciones petroleras para revisar que no estén manchadas de corrupción.
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