Durante el final de la semana pasada se conoció que Walter Borsotti, hombre del radicalismo de la Capital cordobesa, es el nuevo director de la delegación del Correo Argentino en esta ciudad.
Borsotti, de las filas del aguadismo pero con pasado en el mestrismo, fue designado por el propio ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, para ocupar el despacho principal del edificio de Colón y General Paz.
Durante el final de la semana pasada se conoció que Walter Borsotti, hombre del radicalismo de la Capital cordobesa, es el nuevo director de la delegación del Correo Argentino en esta ciudad. Borsotti, de las filas del aguadismo pero con pasado en el mestrismo, fue designado por el propio ministro de Telecomunicaciones, Oscar Aguad, para ocupar el despacho principal del edificio de Colón y General Paz.
Y parece que esto fue precisamente lo que desencadenó un fuerte enojo del propio jefe comunal capitalino ante la falta de hombres de su espacio en los organismos nacionales; y convirtiéndose el Correo en una nueva batalla que Mestre pierde en la intención de imponer a sus hombres: antes fueron el Pami y Fadea, por ejemplo. Ante esto, un miembro de “Cambiemos” y con peso dentro del centenario partido, contó café de por medio en un bar que fueron varios los nombres propuestos por el intendente cordobés, pero que así como viajaron a Buenos Aires “rebotaron tras no superar ‘la prueba del Google’”. ¿Cuál sería el método? Simple, según contó el operador. “Ya viajaron a Baires para tener su entrevista laboral algunos exfuncionarios municipales en la Era de Ramón, como Juan Pablo Díaz Cardeilhac o Facundo Cortés Olmedo, pero cuando llegan allá y ponen el nombre de ellos en el buscador de Google, lo primero que salta es alguna denuncia o citación a indagatoria. Y con eso, la chance de formar parte del Gobierno se esfuma con sólo un clic”, disparó con sorna el armador.
Llamando a “Tatu”
La decisión del diputado Ernesto Bernabey de abandonar el bloque del FpV en la previa del extenso debate y votación de la semana pasada en el Congreso tuvo su correlato en Córdoba, con una serie de gestiones y llamadas que salieron desde El Panal. Al peronista de Totoral, reemplazante en la Cámara baja de Carolina Scotto y quien además amagara con ser candidato a gobernador el año pasado, le dejaron en claro en un par de cruces telefónicos que, si quería que se reactivaran las obras para su región que estaban paralizadas desde la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, debía saber que las llaves para esa salida del stand by las tienen el gobernador Juan Schiaretti y el ministro de Gobierno, Carlos Massei. “Por eso ‘Tatu’ se abre, vota como querían en Córdoba y de yapa al flamante bloque le pone Brigadier Juan B. Bustos, el prócer preferido del ‘Gringo’” contó un peronista en un asado de fin de semana. Sin embargo, en medio de costillares y achuras bien regados con algún Malbec, el peronista contó que en la jugada Bernabey también impuso condiciones. “El hombre quiere quedarse con la conducción del PJ en el norte, donde disputa la cuestión con ‘el Tata’ Palomeque, apellido referente en Tulumba. Por eso, Bernabey busca la venia de Schiaretti, está haciendo los deberes y por ahora, según lo que pretende el peronismo cordobés, viene bien” contaron ya en la sobremesa.
Semana caliente en la Legislatura
La discusión por el proyecto de la obra de Gasoductos en Córdoba derivó en un encendido debate en la Unicameral durante los primeros días de la semana pasada. El martes, porque en la reunión de comisión, mismo día en el que además el oficialismo dio a conocer que no habría segunda lectura por el endeudamiento, se cruzaron fuerte algunos legisladores por una discusión añeja: interior y Capital. El legislador Aurelio García Elorrio se manifestó sobre la responsabilidad de algunos colegas del Interior al avalar la obra con el discurso “oficialista” de la necesidad del acceso al gas de toda la ciudadanía (algo que varios opositores venían sosteniendo como demagogia) y terminó motivando el enojo de Oscar González, uno de los referentes de Unión Por Córdoba en el Palacio Legislativo. El presidente provisorio del cuerpo no sólo trató de “fascista” al líder de Encuentro Vecinal sino que además le recordó: “Hace más de 30 años me rompo ... por la gente del interior de la provincia”. Además, y tal como ocurrió en la sesión del miércoles, a García Elorrio salieron a criticarlo también desde el radicalismo con Antonio Rins exigiendo un pedido de disculpa que a muchos no terminó conformando.
La discusión en Juntos Por Córdoba
Se sabía desde hace ya unas semanas que la discusión por los Gasoductos iba a encender el clima interno en la alianza Juntos Por Córdoba. Por tal motivo, y como se estimaba, la representación local de “Cambiemos” tuvo una discusión extensa por la votación en la obra en la cual no sólo está la discutida Odebrecht, sino también se encuentran Iecsa y Electroingeniería, también con polémicos contratos en su haber. El integrante del Frente Cívico, Juan Pablo Quinteros, era uno de los que se sabía iba a ser difícil de convencer con respecto a avalar el proyecto; pero en el radicalismo, hasta el miércoles a la mañana mantuvieron sus dudas también Miguel Nicolás, Gustavo Carrara, Elisa Caffaratti y Amalia Vagni. Finalmente, tres de los cuatro de la UCR dieron el brazo a torcer, y Quinteros ratificó su posición, manteniéndose su posición con respecto a las denuncias que viene realizando acerca de la conexión entre las empresas brasileñas y el exgobernador José Manuel de la Sota. Sin embargo, en el oficialismo eran varios los que estaban confiados con los votos para la obra del gas, no así en la que refiere a la toma de deuda. El motivo es simple, Iecsa, una de las adjudicatarias en el proyecto de gasoductos es propiedad de Angelo Calcaterra, primo hermano del presidente Mauricio Macri. Por lo tanto, para muchos resultaba muy difícil que en Córdoba los aliados locales fueran en contra de la obra que contempla unos 2.500 millones de pesos para la firma de Calcaterra. “Todo queda en familia”, admitieron algunos.
“¡Volvé Pregno!”
La sesión del pasado miércoles en la Unicameral fue la más extensa que le toca a este grupo de legisladores, alcanzando casi las cinco horas de debate. Sin embargo, uno de los motivos que ayudó a distender fue la “queja” que deslizó un integrante de la oposición en los pasillos de la Legislatura, ante la ausencia de catering para las bancadas que tienen las minorías. Sucede que mientras la mitad del recinto que corresponde a UPC recibió un combo con golosinas, el resto de los bloques apenas las vio pasar. “¿Dónde quedaron los tiempos de Alicia (Pregno)? A esta hora, entrada la noche, en muchos casos ya había pasado la ronda de empanaditas, se ve que el ajuste le impide a los muchachos agregar en la repartida a todos los legisladores”, sostuvo el integrante de uno de los escaños opositores.
Esperando a Natalia
Así como la Legislatura provincial vivió con intensidad la primera parte de la semana pasada, el Concejo Deliberante capitalino tuvo su clima caliente durante el desenlace de la misma. Aprovechando la ola de endeudamiento, el bloque del oficialismo ingresó el proyecto para conseguir el aval de una toma de deuda por 150 millones de dólares; pero no sucedió como el conjunto de ediles que responde al intendente Ramón Mestre lo esperaba. La férrea oposición y negativa al apoyo al proyecto oficialista por parte de Esteban Dómina ameritó una postergación ante la falta de votos en el recinto para aprobar el nuevo endeudamiento. El jueves, la alianza Juntos Por Córdoba contaba con los avales de parte de UPC, de los dos ex ADN, Marcelo Pascual y Eugenia Terré, pero les faltaba sólo un voto, por eso el enojo de los radicales con Dómina, sobre todo por el apoyo que 24 horas antes la coalición le había dado al gobernador Juan Schiaretti en la Unicameral. “‘Tito’ critica la deuda desde hace rato, era imposible que le votara el proyecto a Mestre” aseguraron en los pasillos del Palacio Legislativo municipal y agregaron: “El tema es que ellos no la vieron venir y encima se mandaron el papelón de los cuarto intermedio, primero hasta las 2 del jueves y después para el viernes”. El motivo de la postergación fue simple: al oficialismo le faltaba un voto y UPC no contó con la presencia el jueves de Natalia de la Sota, la hija del exgobernador y edil del peronismo. “Estaba de viaje, la esperaron creyendo que podía llegar para el jueves y como no pudo, tuvieron que postergar todo para el viernes”, dijeron. Pero esto no fue todo. La sesión por la deuda incluyó un video que circula en las redes donde se lo ve al concejal de ADN, Tomás Méndez, cuestionando a su colega del radicalismo Javier Lafuente por las más de 20 páginas que le dedicó al beneplácito a Marco Antonio Solís, contraponiéndolas con las dos carillas y media a la toma de deuda. “Sobre que tenemos problemas para conseguir los votos, le terminamos ‘dando de comer’ a la oposición dejándole esto servido en bandeja” contó un radical esperanzado con que el proyecto de Lafuente se postergara y no formara parte de la sesión por contar con un error de ortografía.
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