Los industriales critican que se avanzó tal como pedía Brasil y en un mundo que va a estrategias de "nearshoring". Brasil pedía que la reducción fuera del 50%. Se preservará a sectores "sensibles". Impacto en la balanza comercial.
Por Florencia Barragan
Los países del Mercosur sellaron finalmente la baja del 10% en el Arancel Externo Común (AEC), tal como exigía Brasil. La medida generó fuerte preocupación dentro de las cámaras industriales, tanto por la pérdida de competitividad y de mercados, como por el contexto político de Brasil y del mundo, según criticaron en diálogo con Ámbito. Desde Cancillería afirmaron que, si no hubiera sido por los pedidos de Argentina, la reducción podría haber llegado hasta el 50%. La medida podría tener impacto negativo en la balanza comercial.
Lo definido en el Consejo del Mercado Común entre los cancilleres fue que las posiciones con arancel del 2% pasan a 0%, y las que están entre 4% y 14% se reducen en 10%. Por ejemplo, una alícuota del 4% de arancel baja al 3,6%. Desde Cancillería afirmaron que este universo está compuesto por materias primas e insumos que “en general” no se producen en Argentina, por lo que podría “contribuir a la competitividad de productos finales”.
En tanto, también se definió que los Estados podrán reducir un 10% los aranceles que actualmente están entre 16-35%, aunque Argentina no avanzará en esta vía. No se incluirá al sector automotor, principal complejo exportador de Argentina a Brasil, y se mantendrán los regímenes especiales que tienen mayor protección de aranceles en sectores considerados “sensibles”, como textiles, calzados, juguetes, lácteos, duraznos en almíbar, entre otros.
Además, aclararon que habrá 100 ítems en los que se permitirá elevar los aranceles nacionales aplicados hasta el límite de la Organización Mundial de Comercio, o reducir aranceles para fomentar la competitividad, como la lista de excepciones al Arancel Externo Común, (AEC), el régimen nacional de bienes de capital, y bienes de informática y tecnología. “El acuerdo preserva el interés argentino”, afirmaron cerca del Canciller, Santiago Cafiero.
Preocupación industrial
Fuentes de la Unión Industrial Argentina (UIA) afirmaron que la baja del arancel genera “preocupación” en la industria, sobre todo en un contexto de apreciación del tipo de cambio, en donde se pierde competitividad con Brasil, principal socio comercial. La principal crítica tiene que ver con el contexto en el que se define la medida.
A nivel político, consideraron que se “cede” ante la presión del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en un contexto donde está “débil” en su país, sin apoyo del Congreso, y a dos meses de las elecciones, donde podría perder. “Más allá de qué postura pueda tener Lula Da Silva, el diálogo debiera ser distinto que como es actualmente con Paulo Guedes”, explicó la misma fuente, en relación al ministro de Economía del país vecino.
Además, desde la UIA consideran que tampoco es propicio en el actual contexto internacional. “No tiene sentido bajar aranceles en un mundo que no tiene una agenda de apertura, sino donde se observan más trabas al comercio”, comentaron desde la central que conduce Daniel Funes de Rioja. Mencionaron que en el mundo se habla del “nearshoring”, un concepto que hace referencia a cambios en las cadenas globales de suministro, donde las empresas trasfieren su producción a terceros en otros países, con la producción cercana a los destinos de consumo. En la última Cumbre de la Américas, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proyectó que el nearshoring podría aportar u$s 4000 millones en exportaciones para Argentina.
También manifestaron preocupación desde la Confederación Empresaria Argentina (Cgera). Si bien hay sectores sensibles que quedaron por fuera de la baja de aranceles, manifestaron que se trata de una “avanzada” que va a continuar. “La avanzada viene de hace muchos años por parte de Brasil, y ahora se suma Uruguay con un tratado de libre comercio con China. El Mercosur se está debilitando”, afirmó Raúl Zylbersztein, secretario general de Cgera.
“La medida afecta a la actual industria, pero también condena a que no pensemos en industrializar más, y más en un momento de escasez de divisas”, agregó. En tanto, opinó que con la baja de los aranceles se debería avanzar en otros factores que puedan aportar competitividad. “Si no es la protección comercial, podría haber una reforma tributaria o planes de inversión, aunque todo es a mediano plazo”, señaló Zylbersztein.
Presión de Brasil
El proceso de baja de aranceles lo inició Brasil en 2019, con una propuesta inicial de baja del 50% promedio en todo el nomenclador. Luego presentó propuestas de baja transversal del 20%, y finalmente aceptó implementar una merma del orden del 10%. En mayo pasado, anunció la rebaja del arancel en más de 6.000 posiciones de manera "transitoria" hasta diciembre de 2023, de manera unilateral.
Según un trabajo realizado por equipos técnicos en 2019, la medida con la que finalmente se avanzó podría tener impactos negativos en la balanza comercial. Las importaciones netas podrían aumentar en u$s 240 millones, mientras que las exportaciones caer en u$s 11 millones, lo cual podría aumentar el déficit comercial en $251 millones.
Comentá la nota