Luis Caputo reconoció que no está definido cuál será el futuro del esquema cambiario luego del acuerdo con el FMI y generó más nerviosismo. La suba de los futuros también reflejan la expectativa de una aceleración cambiaria.
Por: Pablo Wende.
La fuerte presión cambiaria que vivió en los últimos días el mercado local, y especialmente ayer, no resultó aislada. También hubo ola de ventas, o “sell off” en la jerga financiera, de acciones argentinas que cayeron hasta 6,5% en Wall Street y el riesgo país trepó a 784 puntos básicos, volviendo a su máximo anual.
La brecha cambiaria ya roza el 20% y si bien no es un diferencial dramático preocupa por la rapidez del incremento. En pocos días los dólares financieros pasaron de niveles de $ 1220 a $ 1.300. Solo ayer el dólar MEP aumentó 3,9% y el contado con liquidación 3,5%.
Quedó claro que el Central esta vez hizo poco para detener la suba, en el medio de un mayor nerviosismo de los inversores por la falta de precisiones respecto al acuerdo con el FMI y un contexto internacional mucho más complicado.
Las declaraciones de Luis Caputo a primera hora tuvieron escaso efecto para calmar a los mercados, todo lo contrario. El ministro de Economía reconoció que no se sabe cómo seguirá el esquema cambiario si se firma el acuerdo con el FMI, lo cual provocó especulaciones de todo tipo. También reconoció que el organismo todavía no definió el monto del préstamo a favor de la Argentina.
“Lo que está ocurriendo más que una corrida parece una corrección por parte de los actores más sofisticados del mercado”, consideró Carlos Rodríguez. El ex viceministro de Economía le viene aconsejando al Gobierno que deje flotar la moneda para evitar un salto mucho mayor del tipo de cambio en el futuro.
El aumento de los dólares financieros y de la brecha cambiaria obviamente posó la lupa sobre el tipo de cambio oficial. El comportamiento del mercado indica que un creciente número de inversores no cree que el “crawling peg” del 1% vaya a sostenerse por mucho tiempo, pese a que recién arrancó en enero.
La reducción del 2% al 1% del dólar oficial arrancó en febrero, con el objetivo de acelerar la baja de la inflación. Sin embargo, el mes pasado el índice repuntó a 2,4% y se mantendría al alza en marzo. Esto generó aún más dudas, porque significa que los precios se sigue encareciendo en dólares, aumentando el riesgo de sobrevaluación cambiaria.
Además del incremento de la brecha, los futuros de dólar en Rofex sufrieron fuertes incrementos. De esto se deduce que los inversores empiezan a descontar que el tipo de cambio oficial no seguirá aumentando mucho tiempo más a un ritmo del 1% mensual. Incluso Caputo no quiso responder cuándo le consultaron sobre el tema.
El colmo fue el dólar futuro para fin de marzo, que finalizó a $1.120, cuando debería cerrar a $1.070 al ritmo actual de devaluación. Semejante salto da cuenta del nerviosismo de muchos inversores, que prefieren cubrirse pagando más caro aún cuando faltan pocas jornadas para que termine el mes. “La expectativa es que el directorio apruebe el nuevo programa con Argentina en abril, es muy improbable que suceda ningún movimiento antes”, explicaban ayer en el mercado.
La expectativa de un salto del tipo de cambio oficial se refleja en incrementos fuertes de dólar futuro. Para fin de año la cotización ya se ubicó ayer en $ 1.390, lo que implicaría un salto cambiario del 30%, muy alejado del ritmo de ajuste oficial actual del 1%.
Ahora todas las miradas confluyen al acuerdo con el Fondo y sobre todo las exigencias que el organismo tendrá con Argentina, junto con el esperado desembolso para fortalecer las reservas. Todo indica que se exigirá una mayor flexibilidad cambiaria, como una manera de salir de la sobrevaluación del peso y sobre todo preparando una salida ordenada del cepo cambiario hacia fin de año.
Esa expectativa de ajuste del tipo de cambio también está llevando a que los exportadores retrasen su liquidación y, como contracara, que las empresas se apuren para importar aprovechando que por ahora se mantiene el dólar barato. El viernes el Banco Central vendió USD 474 millones, el lunes USD 56 millones y ayer otra vez la cifra saltó hasta los USD 215 millones, reflejando este desbalance.
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